EPILOGO: “ALGUNAS CONCLUSIONES”
Pasados unos días, ¿que pienso del viaje?

: que los Alpes me han

enganchado

y que ha sido sensacional

, pero que no lo repetiría en las mismas condiciones.
Es el momento de los “si”, los “podríamos”, los “debiéramos”, etc., pero sobre todo de la reflexión, necesaria para poder continuar con estas salidas anuales que tanto nos hacen disfrutar.
Tengo algo muy claro, cuando se viaja en grupo, se tiene que viajar realmente en grupo, con todas las consecuencias: el que va delante se para en los cruces y desvíos y el que va en medio vigila que el de atrás no se quede descolgado, el último no se puede quedar dormido en los laureles, y por si acaso deben establecerse puntos de encuentro cercanos, a no más de 25 o 30 km entre sí.
Las travesías urbanas se deben hacer despacio y muy cerca unos de otros, para evitar separarse y tener que asumir riesgos innecesarios en cruces o semáforos, afortunadamente no hemos tenido ningún susto o percance (fuera de mis dos aparcamientos de lado

), ni ningún encuentro con la policía, sin contar al “amable” Carabinieri

de la carretera a Mont-Cenis.
La alternativa a esto, es decir, ir cada uno a su aire, con la confianza de que si tienes alguna incidencia tienes amigos en la zona, a mi no me satisface.
Personalmente creo que para eso viajo solo, limitar el viaje a una cerveza

por la noche para comentar los sucesos del día a mi no me justifica lo que supone organizarlo medianamente bien.
Pero, en cualquier caso, si se toma esta decisión, lo que resulta imprescindible es poder contactar de manera inmediata y eso implica llevar intercomunicadores y usar el teléfono lo que dentro de España puede ser razonable pero no en el extranjero; dudo que el coste de todo esto compense una seguridad que es solo relativa.
Si cuando a mí en la Grossglockner se me cayó la moto al suelo fuera de la vista de la carretera hubiera estado solo, con salir a la calzada, estoy seguro que me habría auxiliado cualquier grupo de moteros de los que pasaban, Si sucede algo más serio, pues ya son otras instancias las que deben intervenir.
En conjunto ha sido realmente duro, quizás incluso demasiado, pese al entrenamiento previo, la semana siguiente aún estaba reponiendome física y mentalmente.
Estoy seguro que habríamos sufrido muchas menos tensiones entre nosotros si no hubiéramos estado tan presionados por el reloj en todo momento, pero el no haber aclarado nuestras prioridades personales antes de salir, y no haber sabido o podido dejar atrás la vida cotidiana, nos condujo a problemas de convivencia que en los viajes anteriores no habían aparecido o en los que los roces fueron anecdoticos.
El hecho de que uno de nosotros no viva en la misma ciudad hace que su participación en la elaboración de los planes se reduzca a recibir emails, pero eso no es lo mismo que poder charlar las cosas con el plano en la mano.
Desde luego, recomiendo que a la hora de organizar un viaje de estas características consideréis la necesidad de tener unas expectativas y unos objetivos comunes, compatibles y similares, antes que priorizar la mera amistad; es difícil mezclar churras con merinas y si para salir un par de días con esta basta, para recorridos más largos, yo creo que no es suficiente, que antes o después surgirán roces más o menos serios.
A toro pasado es muy fácil ver cosas que a priori habíamos pasado por alto; durante la planificación, yo ya pensaba que las etapas eran un poco largas, pero el deseo de recorrer los principales puertos, además de pasar por Múnich, me hizo ser excesivamente optimista.
El sustituir las paradas a comer por bocadillos hechos con embutido que nos habíamos llevado desde España, nos permitió ganar algo de tiempo, pero no el suficiente.
Otro aspecto a considerar en la planificación, y que por desconocimiento yo no tuve en cuenta, son las obras; es la época de realizarlas, por lo que hay muchísimas, en la mayoría de los casos se trata de cortes alternos de la calzada, generalmente controlados con semáforos y relativamente rápidos, pero suponen constantes cambios del ritmo. En la medida de lo posible conviene adelantar a los coches que esperan y colocarse inmediatamente ante las luces para poder salir los primeros y no verse penalizado por tener que efectuar después muchos adelantamientos.
La climatología nos acompaño, y aunque el exceso de calor nos cansaba más y no contribuía a enfriar los ánimos

, no quiero ni pensar lo que habría sido recorrer la ruta en las condiciones que he descrito, sometidos a la lluvia o la niebla

, oscureciendo en la montaña

y sabiendo que tienes que llegar como sea a un hotel ya pagado y reservado con antelación.
Con todo, debería haber sido más previsor y haber cogido los vaqueros de moto y una cazadora ventilada, puesto que no ocupan apenas espacio y eventualmente haber llevado el traje de cuero en una mochila sobre el asiento trasero. Igual que ya no se me ocurre salir sin traje de lluvia, tampoco lo haré sin considerar que la climatología adversa no significa obligatoriamente frío y agua, sino que por el contrario puede ser el exceso de calor, incluso en zonas donde no lo hubieras imaginado.
Hay que tener preparadas rutas alternativas por los posibles cortes de carreteras, aunque al final siempre haya que improvisar algo y tener en cuenta que hay muchos ciclistas, muchas motos y muchos coches, especialmente los fines de semana, por lo que si podeis, conviene dejar estos días (especialmente los domingos, en que suele haber pruebas deportivas), para hacer turismo puro y duro y rodar lo menos posible.
Con todo, hay tantas cosas que ver, que aunque te equivoques de ruta o te encuentres alguna zona cortada, seguro (bueno, casi seguro), que la alternativa que tomes te sorprende y te gusta, si no en un sitio, seguro que mas adelante, porque hay carreteras estupendas en todas partes.
El día de Múnich nos vino bien para descansar, pero fue en cierto modo egoísta, yo quería ver a mi hija y eso condicionó la ruta, y aunque a cambio nos permitió conocer Berchtesgaden (que fue todo un descubrimiento), podría haberse obviado y dedicado a recorrer otras zonas de Suiza o Austria con tranquilidad.
Pero por otra parte, si hubiéramos actuado con mayor flexibilidad, tal y como estaba previsto (solo teníamos reserva en los hoteles de Briançon, por ser sábado y Múnich, por ser lugar de paso “obligado”) probablemente hubiéramos ido mejor, podríamos haber dormido en San Bernardo y no subir a Montreux, no llegar a Alemania al final de la etapa suiza y haber llegado a Múnich directamente el Martes y habernos alojado en algún hotel para moteros entre la Grossglockner

y Lienz.
También podríamos haber evitado el sinsentido motero

que fue la vuelta a los lagos y haber dispuesto de otro día para recorrer la zona entre Italia y Suiza, bajando directamente el sábado desde Garda a Génova. Desaconsejo totalmente esta parte de la ruta, salvo que viajéis en plan romántico

con la intención de alojaros a la orilla de los lagos y disfrutar de los mismos, pero eso ya no es un viaje a los Alpes, al menos tal y como yo lo entiendo.
El uso del navegador ha tenido sus pros y sus contras

; en ciertos momentos ha sido muy útil, sobre todo en las poblaciones para cruzarlas o encontrar los hoteles, pero también para “reconducirnos” cuando queríamos ganar algo de tiempo; por el contrario el seguirlo fijamente también te hace perderte cosas interesantes como nos sucedió en Berchtesgaden.
Yo sigo siendo partidario del plano de papel, de la ruta trabajada personalmente sobre este y luego trasladada a Google Maps por practicidad, y en este viaje además también he fotografiado con el móvil el mapa de los Alpes con la ruta marcada y así no ha habido necesidad de abrir “el desplegable”, no precisamente pequeño; Dicho esto, también reconozco que voy a instalar un Tomtom en la Trophy, pero sobre todo por el tema de orientación en zonas urbanas.
Yo tengo muy claro que prefiero mirar el paisaje y la carretera y no la pantalla de un navegador para ver cuando viene la siguiente curva.
Desde luego creo, que anécdotas “marineras” aparte, el volver en el barco fue una decisión correcta

; si al bajonazo moral de estar de vuelta se le une el tener que pilotar muchas horas por unas carreteras largas y aburridas, el coste en términos de combustible, desgaste de motos, peajes, alojamiento, comida, etc., seguro que habría sido superior al del pasaje (600 € en total, en camarote cuádruple con ocupación de tres y las motos)
En conjunto ha sido un viaje caro

. Gracias a la labor de Juan Carlos, que para algo es nuestro Tesorero, os puedo dar unos cálculos estimativos pero bastante exactos de lo gastado, aunque obviamente no incluyen cosas personales, como puedan ser los costes de regalos o recuerdos que cada uno ha adquirido según sus necesidades, o los gastos telefónicos entre nosotros y con nuestras familias, así como los gastos personales en los vehículos o en mapas, ropa y equipamiento (en mi caso concreto el cambio de ruedas previo y el repintado posterior), además de los difícilmente cuantificables (Gasto de neumáticos, aceite, etc, recorrido para la revisión….)
Tuvimos unos gastos previo comunes de 160 € por la compra y serigrafía de las camisetas y las pegatinas, así como los embutidos que nos íbamos a llevar), además de 625 € del barco, así pues 261,6 € por cabeza
El gasto en alojamiento de Juan Carlos y mío, (que compartíamos habitación), en total fue de 322,50 €
Peajes y Vignettes: Peajes 41,4 €; Túnel de Frejus 27,4 €; Tunel de San Bernardo 14,70, Carretera Grossglockner 23 €, Vignette Suiza 33 € (anual) y Austria 6,30 € (10 dias), en total 145,80 €
Gasolina en mi caso unos 340 €
Gastos comunes diarios (hacemos un fondillo común y de allí pagamos los gastos de alimentación y restaurantes) unos 550 €/cabeza
Esto supone 1.619,9 € , sin contar como ya he dicho regalos o recuerdos, es decir un coste medio de unos 162 €/dia
Sin duda se puede viajar más barato: en tema camisetas pegatinas (40 €) alojamiento (pongamos que podríamos haber dormido por unos 240 €) y peajes (evitando los de Italia y los túneles no previstos unos 50 € menos), pero por menos de 1.200-1.300 € yo no creo que sea realizable (salvo durmiendo poco menos que al raso)
En fin, seguro que con el tiempo se me ocurrirán más cosas, por supuesto no dudéis en preguntar aquello que querais y os intentaré ayudar en la medida de mis posibilidades.
Espero no haberos aburrido con un relato un tanto personal y más complejo que los que había escrito previamente, hasta yo mismo me asusto de lo largo que ha quedado

. Por cierto, precisamente es por esto por lo que lo he titulado como “Mi viaje….”, en vez de “Por los Alpes en Trophy y dos muebleuves” o algo parecido.
Y si nada lo impide, el próximo año os contaré el viaje a ……..
Ya veremos, aunque algunas ideas si que tengo.
De momento, os dejo con estas fotos que me hizo el fotógrafo oficial de Stelvio y que a mi sencillamente me encantan….
Escuchad vuestro corazón …. seguro los Alpes os esperan!

A mí, sin duda alguna!
