Esta tierra nos da paz y el viaje de este año era única y exclusivamente para relajarnos, pero tras el concierto de los Judas Priest la noche anterior la cosa empezaba con mucha marcha.
El sábado 14 nos levantamos sin mucha prisa, a las 10:30 hrs pusimos rumbo sur. El día acompaña, un sol agradable hace que los campos brillen y las sensaciones olfativas se impregnen de un olor a primavera, la ausencia de aglomeraciones en carretera nos hizo disfrutar de la ruta y los estupendos paisajes primaverales. A las 20 hrs llegábamos a Almería, nos dirigimos al puerto para el check-in del ferry y después a disfrutar de un delicioso pescaito frito al lado de la catedral.
Ya en la fila de embarque, nos encontramos con dos grupos de motos: unas cuantas GS de italianos con preparaciones Touratech impresionantes con destino a Dakar y otro grupo diverso de españoles. Al road lider italiano le faltó tiempo para acercarse a nosotros contándonos sus planes y pormenores de su viaje y al decirle que nosotros vamos a menudo a Marruecos nos respondió que el también, que todos los años baja. Bueno, pues muy bien amigo, entonces ¿para que me preguntas si es el lugar de embarque para Melilla, que papeles hay que mostrar y donde se colocan las motos? En fin, hay gente pa’to.
La noche estaba en calma y el mar quieto, lo que nos reportó un merecido descanso tras una reconfortante ducha en el sencillo pero cómodo camarote. Por la mañana, todo el mundo estaba ansioso por salir nosotros debíamos esperar hasta que desembarcaran los vehículos de la 1ª planta, para poder acceder a la bodeguilla donde viajaba la moto.

Tras esto, nos encaminamos a la frontera a realizar los lentos trámites que impone el paso a Marruecos, lentos porque nos negamos a sobornar a ningún funcionario marroquí o a dar algunos euros a esos “amigos” que surgen de improvisto. Volvimos a coincidir con los italianos que nos preguntaron si conocíamos alguna aseguradora marroquí pues sus papeles no eran correctos, en sus cartas verdes no estaba incluido Marruecos, por lo tanto no les dejaban entrar . Que fallo de principiantes para alguien que se jacta de bajar todos los años a esas tierras, primero no saber que papeles hay que llevar y segundo, buscar una aseguradora en domingo.
Bueno, nosotros a lo nuestro rumbo sur hasta Erg Chebi, el desierto nos espera. Ya conocemos la ruta de otras veces, aunque realizamos algunos cambios, desde Melilla dista unos 700 km.
Asombra ver el desarrollo que se está produciendo en el país. Marruecos evoluciona apresuradamente, menos burritos, más coches, nuevas carreteras y líneas férreas. Los camiones nuevos abundan y con ello se pierde el encanto de los antiguos camiones adornados con multitud de abalorios con las cabras, burros o vacas en lo alto y los pastores descolgados de las cartolas. Hay más alojamientos y a precios más caros, en definitiva el progreso.
En algunos sitios los niños han pasado de saludar amistosamente a injuriar e incluso tirar piedras a los extranjeros que no paran para dar dirhams o regalos.
Es lo que tiene la evolución?
Volverse más materialistas, más egoístas y menos humanos. Se perciben ciertos cambios en los comportamientos, que nos hacen añorar tiempos pasados, pero aún con ello Marruecos es diferente y engancha.
Este año debido a la nieve y las lluvias el paisaje está más verde que nunca









En el camino justo en el mirador sobre el palmeral del Ziz nos paramos para observar la fabulosa autocaravana de Ulysse y Penelope, un matrimonio Frances que ponen al mundo como su jardín, simplemente alucinante.
El artilugio cuesta la friolera de 80 millones de pesetas, viajan por el mundo con ella ya que están jubilados. www.ulysse-et-penelope.com




Se nos hizo de noche unos Km antes de llegar a casa de Ali el cojo, aunque afortunadamente no había tormenta de arena, como en años anteriores. Y así pudimos contemplar un bonito atardecer.


Unos kms de pista y llegamos al albergue de Ali el cojo, donde disfrutamos de la hospitalidad y buen hacer de la familia de Ali, tras la cena y una larga charla con ellos nos fuimos a descansar.