Ayer, rodando por la Catalunya más central, bajo un cielo limpio y un horizonte abrazado por pequeños turons, eran tantas las estelas, tantas que parecia un viaje por el espacio. Unas a las 3 otras a las 8, unas al sur, otras al este, en parejas, opuestas, solitarias. Cortas como la refulgente cola de un cometa, rosadas, brillantes, preciosas. Si, ya se aquello de pensar en las vidas, en las esperanzas de todos los que vuelan, en los sueños que son ligeros entre el aire y pesados como piedras cuando se toca la negra tierra. Pero no era eso, las vidas de otros no me importaban, Bonny, y yo, solos, sobre el asfalto, bajo los cometas, os digo en verdad que en algunos momentos entre ellos. El tiempo se apaga, con mano distraida duerme las flores de colza que dejan para el nuevo dia su no menos nuevo brillo. y solo alla en lo alto, los cometas permanecen encendidos. Y nuestro rodar los vio tambien apagarse, y un dia ese rodar se apagara tambien, de cierto que lo hara, pero una estela, quizas por un momento recordará aquel vuelo y volveremos a vivir fugaces, ligeros como ellas.
Mientras rodaba me acompañaba este tema de Chris Bell que dejo en el va de Blues. Felices rodadas a todos, al atardecer, al amanecer, siempre.
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