Día 7. Pajala - Nordkapp. 630 km. 15h
Otro día largo nos espera, aunque nos encontramos motivados, vamos a llegar al emblemático Nordkapp!
Nos pegamos un buen madrugón, tanto el equipo papá noel como nosotros. Nos encontraremos en Olderfjord, a 130 km de Cabo Norte, en principio a las 17h hora de Noruega.
Lo primero que tenemos que hacer es cubrir los 20 kilómetros que nos separan de la frontera. El día está un poco lluvioso, así que decidimos empezar con los chubasqueros...
Y en nada nos plantamos en la frontera!!
Nada más entrar en el país nos encontramos con renos. Tantos carteles de renos y alces habíamos visto en Suecia sin encontrarnos con ninguno que ya pensábamos que era un reclamo! El equipo papá noel también los encontró en más de una ocasión y pudo fotografiarlos haciendo de las suyas... hay que andar con mil ojos!
Continuamos hacia el norte por la E8, ruta principal pero no por ello encontramos nada de tráfico, esto está muy poco poblado! Hace frío, no me puedo ni imaginar de aquí unos meses como se va a poner la cosa! Puños calefactables a full y a tirar!!!
Vamos a buscar la carretera 93 que nos llevará a Noruega. En cierto momento, antes de llegar a Eiby la carretera se encañona y nos ofrece algo que ansiábamos y hacía tiempo que no catábamos... curvas!
Íbamos con bastante adelanto respecto a la hora prevista, así que aprovechamos y paramos todas las veces que nos dio la gana y grabamos tomas curveando.
Nos supo a gloria eso de no ir con prisa
Más adelante llegamos a Alta, la ciudad más importante de la zona donde pudimos repostar y tomar un café caliente.
Por fin! El mar del norte!
¿Nos damos un bañito? Va, da igual, tal vez mañana!
Seguimos por la E6 hacia el noreste. Mañana desandaremos este camino.
Esta foto es imprescindible
Nos alejamos de la costa en nuestro camino y nos encontramos con un paisaje lunar, de tundra, que, junto al día tan gris que teníamos, creaba una atmósfera que nos tenía hechizados.
Y el hechizo duró hasta que alcanzamos un altiplano con una recta interminable donde el aire azotaba sin compasión y de una forma extraña. Notaba mucho más aire en la cabeza que por la parte baja de la moto. La cámara de acción tampoco ayudaba!
El paisaje era impresionante. Pequeños árboles quemados y aplastados por las nieves intentaban rebrotar en los meses buenos, antes de ser sepultados de nuevo.
Y pasito a pasito llegamos a Olderfjord, algo antes que el resto, así que nos dimos una vueltecita para admirar el pasiaje...
... mientras los demás MotoRutones se acercaban
Por fin el encuentro, besos y abrazos, compramos comida en la gasolinera de turno, porque para el que no lo sepa, escasean las tiendas. Procurad tener víveres con vosotros por lo que pueda pasar.
Aquí, por cierto, es donde descubriríamos las galletas estrella del viaje, las "Safari"
Ya todos juntos emprendemos rumbo norte hacia el norte del norte por la E69.
En la primera parada risitas...
... pero qué coño les pasa a estos?
Los cabrones habían comprado un muñeco de papá noel y nos lo habían atado con una brida a la moto en nuestra cara mientras otros nos distraían
En cierto momento Manolo, el de la Fazer, el único que no lleva trail, sugiere que tomemos una pista para dirigirnos a una punta en busca de vistas increíbles. ¿Qué le íbamos a decir? ¿Que nos daban miedo los hoyos?
Las mujeres se bajaron. Aquí os esperamos, dijeron.
Mejores vistas no encontramos, pero fotos guapas sí salieron
Más adelante veríamos rebaños de renos pastando plácidamente. Los blancos llaman mucho la atención ahora en verano.
Y continuamos hacia el norte. Carreteras en perfecto estado, una iluminación homogénea a través de la capa de nubes, todo precioso. Esto parece un decorado!
La E-69 es espectacular. Yo ya os he confesado que no las tenía conmigo sobre si iba a valer la pena subir hasta aquí, pero os digo que en este momento ya tenía claro que hubiese lo que hubiese allá al final yo me encontraba pagado. Y kilómetro tras kilómetro no hacíamos más que disfrutar y exclamar por el intercomunicador "guuaaaaaaaaauuuu, has visto eso?". Y creo que no nos pudo hacer mejor día; frío y nublado, para disfrutar de este sitio.
Cruzamos el túnel subterraneo que une el continente con la isla de Magerøya. Este túnel tiene casi 7km de longitud y baja nada más y nada menos que hasta 212 m por debajo del mar.
Pero... ¿una isla? sí, efecticamente, el famoso "Cabo Norte" no es el cabo norte continental, lo es el cabo Nordkinn más al este. Y ya puestos a aceptar islas, tampoco sería el cabo más al norte, lo es cabo Knivskjellodden.
Después de curvas y curvas dejamos a la derecha la pequeña ciudad pesquera de Honningsvåg. Nos dan ganas de visitarla aunque lo dejamos para el día siguiente en todo caso. Nada más acercarnos huele a pescado, supongo que por las industrias que deben procesarlo ahí mismo.
Seguimos curveando con los ojos como platos por la belleza del entorno y finalmente... llegamos.
Con todo el "hype" como dicen los modernos echamos pies al suelo y se nos pasa de golpe. Peaje por entrar, ya lo sabíamos pero duele pagar casi 30 euros por persona. Cierto es que viene incluída la entrada al megamuseo que tienen aquí montado.
Hemos llegado! Sacamos nuestras cervezas que habíamos traído desde casa para brindar al llegar. ¿Se habrán calentado? No creo.
Hace un aire espeluznante! Qué frío! Ha llegado a marcar 3ºC!!!
Ayayay que aquí tenemos la famosa bola!
Oh yeah! MotoRutones en Nordkapp!!!
La archiconocida bola está ubicada en un "balcón" del acantilado a unos 300m de altura que nos brinda unas vistas espectaculares
El cielo es un cuadro. Mientras que sobre nuestras cabezas tenemos densas nubes, en el lejano horizonte se ve despejado y el sol entra iluminando el mar.
Estamos un buen rato echándonos fotos y hablando con unos y con otros. Nos reencontramos con algún motero que nos fuimos cruzando por el camino.
Brindamos por lo que queda del viaje y por el octavo MotoRutón que no pudo finalmente venir, eso sí, en formación pingüino que hace un aire frío que te apremia a beber, sólo por no tener que mantener la mano fuera del bolsillo!
... y mil más!
Nos movemos dentro del museo. Aquí sí que se está bien! Es súper grande, toca un montón de temas desde la fauna y la flora, pasando por museo etnológico, la batalla de cabo norte en la II Guerra Mundial o una proyección para entender por qué no se hace de noche o de día en verano o en invierno.
Lo vimos muy rápidamente porque se hacía tarde.
También, como no iba a ser de otra forma, hay una gran tienda con todo tipo de merchandising.
Poco antes de la hora de cierre nos disponemos a irnos cuando vemos que unos moteros entran hasta la bola con las motos para echarse la foto. En teoría no está permitido hasta las 24h o así, cuando se puede entrar libremente al recinto. Lo cierto es que ya no hay autobuses y la gente va ya de retirada, así que decidimos acercar las motos. Es nuestra oportunidad!
Cuando echamos un ojo al reloj vimos que se nos había hecho bastante tarde. El camping estaba a pocos km, esperemos que la recepción siga abierta!
Repetimos vistas increíbles a la vuelta
Sí que lo estaba, aunque eran ya las 21:30, pese que en las fotos pueda parecer de tarde.
Nos dieron las llaves de nuestras dos casitas. Duchas, cenas, reservamos hotel para el día siguiente y al sobre que hay que descansar. Lástima, porque estos cielos "nocturnos" invitan a salir a contemplarlos.
Hoy algunos dimos buena cuenta de los antifaces que habíamos comprado para poder conciliar el sueño.
Mañana más!