A decir verdad estas memorias a las que aludo en el titulo aun son muy breves, pero siempre hay un principio, un primer paso, una primera palabra, y estas primeras vivencias son el inicio de unas memorias que poco a poco irán creciendo. Y ella?, quien es ella?, una verdadera geisha?,

pues si es una pequeña GeiSa, dulce, liviana, pero capaz de zarandear los sentidos, de llevarme hasta allí donde solo soñé, tal vez, tal vez lo haga, y eso si que serán unas memorias.
Leyendo por aquí al buen @Rodrigo y sus historias de motos fuera de carretera,

y viendo las fotos y disfrutando de los relatos “africanos” de otros compañeros, se fue forjando la idea de poseer un dia una moto offroad, o mejor dicho “on y off road”.

Con Bonny he buscado carreteras muy perdidas, tanto que en ocasiones nos encontrábamos ante esa línea que separa lo negro de lo marrón, esa tentación que es una puerta a lo diferente, a lo menos transitado, a la soledad en medio de la soledad. En alguna ocasión esa tentación no pudo ser vencida y juntos nos adentramos en alguna pistilla. Hubo de todo en esos tránsitos, alguna vez pensamos, quien nos mando meternos por aquí?,

y alguna vez quedamos con ganas de repetir. El caso es que Bonny que nunca se queja, se que no lleva bien eso de montanear, y menos a diario como me ocurre ahora, que para salvar los atascos utilizo una pista forestal. Hace unos dias, limpiándola del polvo del camino me di cuenta al mirar su semblante que aunque sin quejarse, no estaba feliz.

El traqueteo diario, por un camino ya conocido, sin la emoción de la novedad, era demasiado sufrimiento. Bonny es más que una máquina de rodar, para mi ha sido confidente y amiga inseparable en momentos muy complicados, con ella, a lomos de ella, he dejado atrás tiempos oscuros, ella me enfrento al viento y me lleno de aire con el que poder respirar de nuevo.

Así que mientras pensaba en los caminos de Rodrigo, en el semblante de Bonny, en sus más de 70.000 km,s, empecé a pensar en otra

. De hecho empecé a pensar en otra hace ya algunos meses, cuando creia que el recorrido diario no sería por pistas sino por autopistas...

Por circunstancias relacionadas con mi poca pericia en los negocios moteriles,

no tengo una estupenda y radiante BWM K1100RS, ni una K1100LT, pero esa es otra historia, aunque al final esa impericia haya propiciado toda esta historia. A Bonny no le importa lo de la otra, sabe que intentare tenerla siempre a mi lado, sabe que hay rutas que son nuestras y que con ninguna otra podrán ser iguales, sabe que tenemos pendientes un montón de carreteras, lo sabe, y yo lo se.

Leía hace unos dias un artículo de Alguersuari, relacionado con lo que son 50 CV, para no aburrir lo resumo, es posible que cuando tienes más años que esos caballos, 50 te parecen más que suficientes.

Así que pensando en quien podría complementar a Bonny, ser la de todos los dias, y también la de los días especiales, de largas rutas, de rutas combinadas tierra-aire, de rutas a dúo, quien podría ser ella?.

Pensé en esa pequeña maravilla que al parecer tiene el récord de fiabilidad de la marca por excelencia fiable, con más o menos motivo, pero la fama la tiene, y años atrás no solo la fama. Y si, pensaba en una BMW F65 GS, y pensaba como no, en el presupuesto, menos de 2000 leuros de curso legal, ese era límite, ese era el reto.

Y un día se presento la ocasión, y aquella impericia fue sustituida por una determinación relámpago, y en dos días asunto cerrado. Una GS del 2004, con ABS puños calentables, gomaticos Annake 3 nuevos, pero nuevos nuevos, recién revisada, menos de 65000 km, maletas BMW de aluminio y top case de la marca tambien, y en aparente estado de impecabilidad. Y si, esa es la pequeña GeiSa de esta historia.
La cosa era que ella estaba en Sevilla y yo cerca de Barcelona, y que últimamente no tengo tiempo de nada, ni de entrar por aqui, ni nada,

y esperar que me la trajeran y marchar de vacaciones al día siguiente de llegar, no me motivaba nada de nada, os lo imaginais?, después de la espera llega y no puedes salir con ella hasta unas semanas después...

No poder organizar un viaje con tiempo tampoco me motivaba, podía ser tan interesante ese viaje. Pero....de una forma u otra teníamos que encontrarnos, y pudiendo hacerlo, por que no de forma épica?, por que no empezar con algo fuerte, con algo que con Bonny aunque he hecho largas rutas de un solo día, nunca había pasado de los 1000 km,s?.

Así que me plante en Sevilla en el AVE, ese si que corre...y no te multan.

Por el camino amenice la espera con el grandísimo Amadis, una lectura siempre socorrida y fuente de experiencias sensacionales, mi amado Amadis.

Llegue a Sevilla pasadas las 14,00, y el agobiante calor del andén no era el producto del calor de las máquinas y la cerrada estación, no, era el natural, era el calor que todo lo envolvía como queriendo derretirlo.

Y allí fuera estaba ella, nos miramos, un poco por encima, venia decidido a llevármela, a quedarme solo con ella lo antes posible, así que acabamos los trámites. Volví a la estación por los regalitos, siempre me gusta llevar algo que se pueda relacionar con un viaje o una experiencia, y volví apresurado a por ella.

Ahora ya estábamos solos, la toque, la mire y me parecía una geisha suave y complaciente, y al mismo tiempo con personalidad y decisión. Me vestí, quería comprobar todo aquello que me parecía, aunque me hubiese quedado en bañador me puse toda la ropa de moto de rejilla claro...y salí de la ciudad buscando una gasolinera donde llenar su deposito. Mientras, calculando la distancia de las manetas, los pedales, los sonidos...en fín lo que es conocerse poco a poco antes de intimar.

Mi idea era salir dirección Granada, para buscar luego Almería y hacer ese puerto tan nombrado

de Velefique. Me puse en marcha pasadas las 15,30 una hora en que parece que estas intentando entrar en la mismísima boca del infierno, y es su aliento lo que sientes por todo el cuerpo, un aliento caliente, ardiente, que no te permite disfrutar del viaje.

La subida al puerto de la Mora, refresco el ambiente bastante, y el paisaje se hizo más llevadero, por la arboleda y por que el sofoco había menguado y te permitía pensar en algo más que ostias me estoy quemando a fuego lento...

Por el camino diversos totems informativos hacían mención a la ruta de Washington Irving, un pequeño reclamo turístico que invita a conocer lugares del trànsito del gran Irving por estas tierras y lo quye supuso.

Recordé sus cuentos de la Alambra, que maravilla de relatos, deben ser libro imprescindible como el Amadis, para cualquiera.

Pasado Guadix empezó lo mejor del viaje. Para mi un viaje en moto es sobre todo un viaje interior, y de momento aquel viaje solo me había permitido estar sintiendo el calor insoportable. Al disminuir este, empecé ese viaje hacía mis recuerdos, hacía vivencias pasadas, hacía deseos futuros. Y recordé que allí en Guadix esta la locomotora Baldwin,

esa protagonista de tantas películas, algunas famosas como el Indiana ese, o el Dr Zivago, para mi es la locomotora de “Hasta que llego su hora”.

De hecho es la protagonista, no es el Fonda, ni el Harmónica, ni la estupendisima Cardinale, es la locomotora. Ella trae el progreso, ella cambia la vida de todos, y se lleva el tiempo pasado que arrastra a Robards hasta la muerte, en medio del trajín del ferrocarril que se aproxima.

El progreso, que borra el tiempo pasado, y esos tipos que no se adaptan a los nuevos tiempos y que llenan las historias del western, y que son los que más me interesan, quizas por que de algún modo me veo en ellos.

Todo eso ocurre allí mismo, en La Calahorra, a la vista de su magnifico castillo imaginaba la antigua estación, allí donde se filmo un duelo memorable, donde se plasma como en ningún otro sitio lo que es el paso del tiempo en Tabernas y su desierto. El paso del tiempo cuando el tiempo es tan caliente, que su paso se ralentiza.

La larga introducción al duelo nos muestra ese desierto que todo lo admite y todo lo engulle. Paso el western y el sigue allí imperturbable. Pensaba en como apenas unas ruinas dan testimonio de aquel pasado, y como se dejo escapar la oportunidad de trabar una industria paralela a la producción cinematográfica, siempre habrá que filmar desiertos, siempre habrá almas desiertas que mostrar, siempre habrá personas que esperen un futuro mejor. Pero allí prefirieron subir el precio de los hoteles, los taxis, aburrir a aquellos locos extranjeros hasta conseguir que buscaran lugares más baratos, y preparados para seguir con su negoció, eso si que es typical Spanish.
Encontré la entrada a Velefique después de una vueltas, merodeando por los pequeños parques temáticos que viven de las viejas glorias del western, enfile hacia la cumbre con determinación. En sus curvas me encontré con mi GeiSa, note su pulso, su dulzura, y fui consciente de que hay carreteras que son territorio Bonny,

y que con la pequeña GeiSa son otra cosa. En lo alto, solos, batidos por el aire, ante un paisaje inmenso, allí nos hablamos y nos prometimos, son promesas intimas, que tal vez el viento un día deshaga entre la lluvia, o no...Fueron promesas como todas las promesas, que se dejan en manos del destino.

Esa fue la mejor parte del viaje, y el camino hasta Murcia mientras la luz del atardecer envolvía nuestros cuerpos rodantes, cabalgando, solos, solos.

Llego la noche y la vuelta al Velefique me había roto el cronograma, ya lo había supuesto, pero quizás no lo supuse tanto...

Anocheció y estaba aún muy lejos de casa, y tenía que llegar a la mañana siguiente, así que mi GeiSa y yo nos conjuramos para superar el reto.

Y así fue, rodamos toda la noche, con un frescor envidiable, sin quejas, a un ritmo variable, pero siempre suficiente, supe entonces que ella era lo que buscaba, sintiendo su ritmo. Sentí su latido entre los arbolés que aparecen al superar el Velfique llaneando en medio de aquella soledad, supe que con ella iría allí donde solo había imaginado, y así empezó nuestra historia, esta historia.

El resto, amanecer en la Costa Dorada, el mar de lejos, el sueño que empezaba a decir aquí estoy yo, cuidadin...

un poco de Penedés antes de llegar a casa, para que conozca su entorno inmediato, la pista de todos los días, y la llegada. Al final 1300 km,s del tirón,

sin parar ni a comer, solo pequeños descansos para beber, estirar unas piernas que lo llevaron bastante bien, alguna fruta húmeda y seca y más carretera. Es frugal en el gasto, cómoda, manejable, divertida, amigable, suficiente en todo.

Por la tarde limpieza, caricias por todos los lados, miradas, y el deseo de volver a rodar con ella, creo que es la mejor prueba de lo que ofrece, después de la paliza a las pocas horas de la llegada y volvería a subir a ella. La noche, la primera noche en casa, junto a Bonny, me siento afortunado de tenerlas juntas, me siento afortunado de muchas otras cosas, espero que vosotros también, mis mejores deseos para todos, disfrutad, al menos tanto como yo. Un abrazo muy especial a esos compañeros no menos especiales,

esos que me han hecho soñar en estas paginas, esos con lo que he tenido la fortuna de compartir ruta en ocasiones, gracias a todos de corazón.
P.D en unos días pongo afotillos...