Quedada bastante numerosa en Cuenca, cervecitas en bar motero y luego pequeña ruta hasta la hora de comer.
A la salida del bar, nuestra querida amiga Cassandra se me dirige y me dice: Pues hasta lo de la comida me podías llevar tú un rato en esa peazo BMW
Respondo: Bueno, tenemos un problema, hace años mi mujer me avisó totalmente en serio tras darse una vuelta en mi primera moto ( por probar ) que muy bonita y que le gustaba que la tuviera pero que ella no se subiría nunca más, que le daba terror que un día nos pudiera pasar algo a los dos de forma que si mi mujer no sube nunca he tenido necesidad de llevar a nadie y me he acostumbrado tanto que incluso dudo de si voy a ir fino con pasajero.

Casi se me enfurruña pero le insisto que no se preocupe que iremos tranquis y que no habrá problema que se espere a que terminemos el repostaje y ya nos organizamos.
Me pongo a echar gasolina y cuando miro al surtidor de detrás mío veo una BMW con el caballete puesto cuyo piloto se ha ido al interior a pagar y me veo a Cassandra subida encima sel asiento del pasajero así como esperando acontecimientos.

No es que la moto ni se parecía, que la mía era una K12 amarilla y la otra una R 1200 gris..... ES QUE ESA MOTO NI SIQUIERA ERA DE LA QUEDADA.
Me quedo descojonándome sin decir nada hasta que aparece el pobre colega y ve cómo se le ha colado un polizón con todas las de la ley, no veáis el descojone que nos pasamos, ya la amiga ni quiso montar en mi moto ni nada.
Total que para una vez que pude llevar pasajero perdí la oportunidad de forma que el asunto del post me viene a afectar mínimamente.
Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos relatos para leer y viejos amigos para compartir.