Volver a casa sano y salvo y con toda la diversión que puedas traer es mi principal objetivo cuando salgo.
Meterte en problemas aunque tú no los busques o tentar a la suerte más de lo que ya lo hacemos al subir a la moto pues no son más que oportunidades de malograr ese objetivo y desde luego no vale nunca la pena.

Pero es que te ponen .....
El otro día en una calle estrecha un taxista casi se lleva por delante a un matrimonio de edad que iban a pasar por un paso de cebra con un pequeño mueble sujeto entre los dos, el taxista frenó in extremis y no pasó nada pero el otro hombre mientras cruzaba delante de él le reprochó su poca atención.
Bien, una vez cruzados el taxista no reiniciaba la marcha mirando con furia a la pareja, cuando observó que se dirigían a cargar el mueble en un coche aparcado allí cerca ( el coche no molestaba en absoluto a nadie si bien estaba a un metro escaso de la esquina ) el taxista con dos cojones y ya con una buena cola de coches detrás de él ( yo el primero reprimiéndome a duras penas ) pues no se le ocurre otra que bajarse del taxi, dirigirse a la pareja a reprocharles su " mal " aparcamiento al grito de AQUÍ NADIE SOMOS PERFECTOS.
Momento en el que ya hartos, el resto de conductores le regalamos con una pitada espectacular, regresando al taxi y al pasar por mi ventanilla no me pude contener y le dije:
-Hay que tener cara para casi atropellarlos y tener los huevos de bajarte a montar la que estás montando. Anda muévete y déjate de broncas.
El tío se me encara y me dice: -A que no me muevo
Yo:- A que te meto una denuncia y me parece que me sobran testigos
El de detrás de mi:- ¡¡¡¡¡¡ A QUE ME BAJO Y TE COMES LA MIERDA TAXI !!!!!
Yo: - Tú verás pero si el de detrás se baja yo ya me apunto y me bajo a ver qué pasa.
El resto: PÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ PÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ REPÍÍÍÍÍÍÍÍ.

Mira tú, por una vez en la vida hubo esa especie de justicia poética y nos pegamos la satisfacción de ver cómo el tío broncas se la tuvo que tragar, meterse en el coche y salir de allí sin poder demostrar a la humanidad lo machote que era y lo bien que conocía las normas de aparcamiento ( de los demás, habrá que verle a él cuando no encuentre sitio como cualquier hijo de vecino )
Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos relatos para leer y viejos amigos para compartir.