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A cualquier hijo de vecino le daría un síncope si se enterara de que su coche ha terminado destrozado después de llevarlo al taller para arreglar un pequeño fallo. Pues imagínate lo que le pudo llegar a pasar por la cabeza al dueño de este Mercedes 300 SL Gullwing, que acabo en la cuneta después de que los mecánicos que lo habían reparado salieran a probarlo en carretera.
El dueño de este clásico lo había confiado al taller alemán especialista en restauración de Mercedes clásicos, Mechatronik. Después de realizar un cuidadoso trabajo para ponerlo a punto, uno de los mecánicos (de 26 años) y un aprendiz (de 19) salieron a probar el coche en carretera.
Tanto debieron entusiasmarse en el proceso que, superando ampliamente el límite de velocidad de la zona por la que circulaban, terminaron saliéndose de la carretera y dejando el coche recién reparado en el estado lamentable que se aprecia en la foto.
Accidentados y afortunados
Tuvieron suerte, pues el Mercedes 300 SL recibió el apodo de "Widowmaker" (enviudador) debido al gran número de conductores que murieron al estrellarse mientras lo conducían. Aún así, los dos mecánicos alemanes salieron ilesos y por su propio pie después del accidente.
Según los medios de comunicación, el propietario del vehículo no sufrió ningún tipo de ataque al corazón y/o apoplejía después de enterarse del incidente.
Parece ser que se lo tomó con calma, al saber que, tanto el coche como el taller, tenían los respectivos seguros en regla. No es para menos, ya que la reparación de los daños sufridos por este clásico en el accidente podrían suponer una factura de 650.000 euros.
