Preparando la salida de tardor

[Fritz]

Era hora de comer, estaba a las afueras de Barcelona, con Bonny, el día estaba esplendido, frio, pero esplendido. Recordé la ruta que estamos preparando para recorrer lugares donde el otoño deja su nota de color. Estaba a unos 30 Km, de poder enlazar la ruta. La cosa estaba clara, un poco de ayuno no me sentaría mal, y podría confirmar todos los cruces de la ruta, no fuese a dar la nota el día de la salida con los compañeros. Y sobre todo, que tenía unas ganas brutales, el color del otoño cambia cada día, puedes pasar por el mismo sitio y cada día es diferente, si puedes verlo hoy no lo dejes para mañana, para el próximo otoño queda un año…. Así que me puse en marcha, aunque con tejanos y zapatillas, y el día no estaba para frivolidades. Enlacé con la ruta prevista en el Montseny, justo donde empieza lo bueno de verdad. No podía mirar el reloj, me tapan los guantes, y no llevaba móvil, lo había olvidado, me sentí liberado, aunque sabía que echaría de menos la cámara…. Aunque en la camara es imposible meter la impresión de todo lo que ves. Empecé por una pequeña carretera, sería la tónica de todo el recorrido, al principio el bosque mediterráneo, el encinar, a medida que iba subiendo, se salpicaba en color por algún lledoner, almez en castellano, algún cerezo que ya tenía las hojas encendidas de púrpura. Más arriba, en Fontmartina, se diría estaba en Escandinavia, o Suiza, abetos, incluso alerces, confieras de diferentes clases que te transportan lejos, muy lejos. Por encima de una línea verde oscura, el ocre aún indefinido del hayedo. Temía por su color, pensaba que quizás ya hubiese perdido la hoja, vaya decepción…era pronto aún pero la naturaleza no entiende de fechas. Ganaba altura, curva tras curva, en una de ellas muy cerrada, un grupo de castaños, con un color brillante tan amarillo que dolían los ojos de mirarlo. Allí empecé a pensar en vosotros. Mi viaje se convirtió en un relato para vosotros, para los compañeros imaginarios que venían conmigo. Todo el camino lo pase nombrando los árboles, las cimas, contando curiosidades, leyendas, recordando travesías, os habéis librado esta vez…. El 17 nos tenemos que hacer una foto al pie de estos castaños, hay un trocito verde donde situar las motos y encima el color hecho luz, como un halo amarillo y ocre. Toda la ruta discurre por carreteras estrechas, o muy estrechas, no invitan a correr, tampoco lo hace el paisaje, no te permite apartar la vista de el. Aquí y allá, continuamente un color, un lugar, te provoca una exclamación. Este fín de semana hubiese sido el ideal, cruzo los dedos, espero que el 17 aguante y lo veamos igual, o al menos parecido. Bosque, bosque, bosque, pequeños torrentes, prados remansados de verde, en el que te dejarías caer y te daría la noche mirando alrededor. Muchos tramos de carretera chorreando, llega un momento que no piensas, vas trazando con suavidad, y esperando salir de la curva para ver, en cada una, algo nuevo, un arce, un cerezo, un grupo de castaños, unos liquidambars de un rojo que parece tan imposible, que crees los han pintado. Pasan los quilómetros y las curvas, por decenas, por centenas, miles quizás…La Vall de Llémena, se abre a tramos, imponentes los cingles de Sant Roc, el verde y la roca desnuda, y el paisaje salpicado de masias. Allí mismo el volcán del Puig de la Banya del Buc, estoy en la Garrotxa, tierra de volcanes. Voy hacía Olot, paso el cruce que me habría de llevar al Coll de Bracons. Es la ruta prevista, otra montonada de curvas, primero por el hayedo, luego por un robledal magnifico, pero necesito repostar. Una vez hecho, tomo un par de donuts y pienso que no volveré hacía Bracons. Después de tanto y tanto bosque, aún quiero más, y más salvaje. Así, enfilo hacía Sant Privat, veo las paredes desnudas del salt del Sallent, y pongo proa hacía la pista que lleva a Vidrá. Nunca la he hecho, la he atravesado en algún tramo, la he visto desde las alturas, pero nunca la he recorrido entera. Es una pista asfaltada, como tal te mete literalmente en el bosque, en los momentos que se abre, hay prados, y una vista absorbente del macizo del Piugsacalm. El Puig dels Llops se ve imponente, pasas por la Fontcoberta, lugar idílico, como Ciuret. Finalmente llegás a Vidrá, tras 22 Km, de pista o 45 min o más lo que prefieras medir, aunque no importa, ni lo uno ni lo otro, pues al llegar a Vidrá solo piensas en volverte, y comprobar como se ve todo aquello que dejabas a tu espalda. De Vidrá una carretera estupenda te deja a los pies de la C-17 y allí ya anocheciendo empieza la vuelta. No hay sol, pero mis ojos están llenos de la luz de tantos colores. Me ha costado escribir todo esto, solo todo esto, hubiese llenado un par o tres o cuatro paginas, por que es tan sugerente, hay tanto que ver y que contar, lamento el tochazo. La ruta no da un respiro, no hay tregua para los sentidos. Solo deseo que mis acompañantes el 17 la disfruten como yo, espero no les defraude, me hará muy feliz..

[Mr-Joke]

ostia nanu !! pon algún punto y aparte !!!
aparte de eso, tengo ganas de venir a ver si puedo cuadrarlo too

[Fritz]

ostia nanu !! pon algún punto y aparte !!!
aparte de eso, tengo ganas de venir a ver si puedo cuadrarlo too

Es que era del tiron como la ruta que me pege Es verdad,me cuesta escribir en el telf.,y tengo tendencia a la dispersion Bueno,espero puedas venir,a diferencia de otras rutas,esta caduca,un par de semanas y el paisaje cambia totalmente.