Ayer llovía, lo hacía de forma intermitente. Las nubes venían por oleadas, como un ejercito lanzado al asalto de una posición, llegaban y se vaciaban, sin mucho convencimiento, pero sin tregua. Tenía ganas de moto, muchas, lo necesitaba. Lo habéis necesitado alguna vez?, yo si, unas cuantas. Necesitaba abstraerme, llenarme de aire, de luz, necesitaba obligar a mi cerebro a concentrase en la carretera, y a mis ojos a mirar hacía fuera. Así que entre oleada y oleada, me lance a la carretera, con el casco abierto y las gafas de aviador sobre la frente, sin impermeable. Si llovía me calaría todo. La idea era poner proa hacía algunos claros que se adivinaban a lo lejos. Pero no, me pudo la montaña, y puse rumbo a Collserola. Por el retrovisor veía mi origen, las montañas que cerraban el horizonte, cubiertas de negro, llueve en casa, seguro, pero las he burlado, de momento. Enfile hacía Molins de Rei, y allí hacía Vallvidriera. La carretera estrecha, subiendo, con poco tráfico. El olor a humedad lo llenaba todo, el olor a hongos, a tierra descompuesta, era lo que buscaba, descomponerme, como esas hojas bajo los árboles. Como por un tajo abierto entre lo verde, iba serpenteando, sin prisa, cubierto por una bóveda cambiante. Gris casi siempre, y más gris que parecía tan plomizo que iba a caer también a plomo sobre mi. A ratos el sol, brillaba con la pasión de un amante que se lanza al combate del amor. Las nubes juguetonas, no le daban tiempo de consumar, y le envolvían una y otra vez, como burlándose. Me cruce con un Astra que salio de una curva medio atravesado y pense, vaya, vaya, pero me sentía invulnerable, sabía que los hados iban a permitirme acabar mi viaje, por que mi viaje tenía un final aunque yo entonces aún no lo sabía. Luego en otra curva un ruido ronco, un bramido, era un 911 que se pegaba al asfalto y subía con decisión, el conductor un tipo de mediana edad, tirando a joven, solo, había decido desbravarse un rato, quizás como yo. Una paradita, al fondo las montañas del Garraf, del Ordal, había dejado de llover por allí, y el sol buscaba con ahínco abrazar la negra tierra. Sus rayos parecían iluminar mi Bonny, que silenciosa me miraba con compasión. En el suelo las pruebas de los combates de Venus, que por allí se libran, aquí y alla envoltorios de condones, y es que parece que eso tan cinematográfico de tener sexo con las luces de la ciudad de fondo se sigue llevando. Fotografié mi Bonny, como tocada por los dioses y continué mi camino. Hacía su aparición en el mirador un rr, lo oía llegar rugiendo, un rugido absurdo por ser a destiempo, y efectivamente al llegar se notaba un pardillo, un niñato que ha comprado la moto de quinta mano, que no puede ni cambiarle los neumáticos, y mete ruido para hacerse notar. En fin, hay tantos modos de ir moto como de vivir. Continué la ruta, y no pude evitar volver a parar, nada más coger la careretera a Vallvidriera dirección Tibidabo. La vista del mismo rodeado de nubes, me hizo recordar mi infancia. Que lejos, que ingenuo, que niño que fui, aunque todavía puedo decir que me reconozco. Al lado el observatorio Fabra, tan antiguo, tan noble, desafiando los tiempos y apuntando con valentía hacía el cielo, por favor que no se deje de mirar nunca hacía arriba. El Tibidabo en su tiempo, fue a la Sagrada Familia algo así como el Español lo es al Barça, cada idea tiene sus mitos, sus piedras, cuando no sus muertos,,,que triste. Seguí por la Rabassada, quería ver si desde la paella, la pista estaba o no asfaltada y me podía llevar hacía la carretera de Cerdanyola. No, tenía que coger la Ronda y salir en Horta, Pare otra vez, en el mirador de la Rabassada, en otro tiempo hirviendo de moteros, algunos con menos cerebro que edad, cuantos han caido en esas curvas intentando demostrar algo. No obstante recordaba el olor a aceite quemado, el sonido de los motores, el ambiente. Hoy solo era un recuerdo, el mirador estaba ocupado por gente ajena a las motos, 4 coches tuneados haciendo ruido, y el humo de los motores se había trocado por el de los petardos…Foto de la ciudad a mis pies, que grande, cuanta gente, cuantas vidas. Decido bajar y tomar la ronda para volver a casa, si salí tocado, las decepciones del camino, el sentir hasta que punto soy de otro tiempo, me habían hundido un poco más. Me puse a estela de una R100 RS, debía ser de los 80, que culo, y que pucheros, me encanta, de pequeño tuve una a escala, una R90, siempre han formado parte mi imaginario. La seguí hasta que mi Bonny decidió llevarme al mar. Tal vez fue el mensaje que recibió de los olímpicos, cuando con un rayo de luz la iluminaron, no se. El caso es que acabamos en la playa. Un mar embravecido, de colores imposibles. El mar, allí, entre las espumosas olas, puedes dejar sin miedo las saladas lagrimas. Bonny, Bonny, como me conoces jodida. Saque unas fotos, Bonny mirando al frente, desafiando a los elementos, Bonny de cuerpo entero, con el mar de fondo. A poniente los nubarrones y el sol seguían su juego. A oriente, la tormenta avanzaba hacía tierra. El ejercito de nubes se había reforzado, ahora venían con artilleria, dispuestos a entablar combate. En el horizonte se recortaba la silueta de las montañas próximas, donde esta mi casa, nos vamos Bonny. Por mucho que corramos, por muy lejos que vayamos, están pegados a nosotros, como una sombra, y si bien al rodar les cojemos distancia, luego siempre vuelven, siempre. Al llegar, casi de noche, sentí el olor a humo de algunas chimeneas, pensé encender la mía, y así quemar los restos del naufragio. Pero en vez de abstraerme con el fuego cambiante, lo hice con los relámpagos que inundaban el cielo. Mas y más, hasta que los tuve tan cerca que me hicieron saltar los diferenciales. Leí, un poco, me conecte al foro y respondí un post, un compañero se casa. Que cosas, cada vida sigue su camino, le desee lo mejor, con un poco de ironía, pero con total sinceridad, entre citas clásicas, y es que los clásicos ya vivieron lo que nosotros vivimos, y lo escribieron. Me dormí recordando mi Bonny entre los miles de verdes del camino.
Bonny iluminada

Tibi dabo

La ciudad a mis pies

Frente al mar

Bonny

Oriente

Poniente

