Amanecer desde el puerto del Madero, cerca de Matalebreras. Al fondo el Moncayo

El viernes me pongo pronto en camino, porque en la agenda tengo visitas a Jadraque, Atienza y Almazán y algún añadido que siempre surge. En Guadalajara dejo la autopista y me dirijo a Jadraque. Muy poco tráfico y buena carretera, con curvas suaves y medias, un placer para ir en moto.
El monte de las Tajadas al fondo a la derecha

En el camino aparece Hita, de donde fue arcipreste Juan Ruiz, autor medieval del “Libro del buen amor”. Más tarde leeré en internet que el pueblo de Hita tiene mucho que ver pero, lástima, lo dejé pasar … Otra vez será.
Hita a los pies del monte de las Tajadas

En Miralrío el asfalto empeora, pero la carretera se hace más divertida y sigue sin tráfico, un auténtico lujo. Me sobrevuela un halcón a menos de cinco metros


Castillo de Jadraque

La Bonneville admirando el castillo

La siguiente parada es Atienza, donde emplearé bastante tiempo y aun así “me quedaré corto”. Se trata de un pueblo medieval precioso, fundado por los celtíberos. En el se fabrica un magnífico embutido y es famoso en la región por la Caballada de Pentecostés. La villa original resistió a los romanos, como Numancia, y posteriormente fue una plaza muy codiciada por moros y cristianos. Atienza forma parte del Camino del Cid, de la Ruta de Don Quijote y del Camino de Santiago, ahí es nada …

Iglesia de San Gil de Atienza, con un Museo de arte sacro

Atienza tiene muchos bares, terrazas y restaurantes y un montón de rincones preciosos, de los que dejo muy pocos ejemplos. Hay que verlo …


El arco de Arrebatacapas


Y, como no podía faltar, la Picota de Atienza a la entrada del pueblo. He observado que todas las picotas están coronadas por figuras horizontales, en este caso cuatro cabezas de león. Seguramente se ponían para evitar que el reo sacara la cadena a la que estaba sujeto y huyera!!!

El camino de Atienza a Almazán tiene pocas curvas y menos tráfico
Barahona al fondo

Dejamos Guadalajara y entramos en Soria, donde visitamos la ciudad amurallada de Almazán, en la que Sancho III de Castilla creó la Orden de Calatrava en 1158
Puerta de Herreros en Almazán

Sigo hacia Pamplona por Gómara y antes del puerto de la Carrasca me desvío seis km. del camino original para visitar Cueva de Ágreda, donde dice la leyenda que vivía el gigante Caco, ladrón de ganado, o donde Ruy Velázquez dejó a los Siete Infantes de Lara en manos de los sarracenos. Desde aquí parten varias rutas hacia el Moncayo. Lamentablemente son caminos de tierra, poco adecuados para los neumáticos de la Bonneville.

La cueva de Ágreda, que da nombre al pueblo, y en la que cada vez hay menos murciélagos, por culpa de los insecticidas

Ya en Navarra parada en Marcilla para tomar algo y hacer una foto al castillo, recientemente restaurado

El viaje no da para más y han quedado más cosas por ver que las que se han admirado, pero antes de terminar pongo un par de fotos de una de mis montañas preferidas, el Moncayo. Han sido treinta y seis horas intensas y las ocho últimas muy agradables.

¡¡Qué placer de moto!!
