http://www.motociclismo.es/Mototurismo/ ... oria/11623
El catorce de enero de 1985 Emilio Scotto partía desde Buenos Aires (Argentina), en una Honda Gold Wing 1100. "He nacido para tener alas, no raíces" dijo, y con el equivalente a 200 euros, enfiló el camino.
Había nacido uno de los más grandes viajeros en moto de la historia (para muchos, el más grande de todos). Diez años después, el hombre en esa motocicleta, Emilio Scotto, regresó a Argentina como un hombre cambiado… y un héroe.
Emilio Scotto había dado dos vueltas al mundo consecutivas, una en el sentido de las agujas del reloj, y otra en sentido contrario. Había cubierto una distancia equivalente a un viaje a la luna ida y vuelta, 735.000 km, cruzado fronteras de 279 países, islas, atolones y territorios de ultramar de todos los continentes.
La moto, llamada Princesa Negra, usó dos motores, 12 baterías, 9 asientos, 86 neumáticos, 750 litros de aceite y 42.500 litros de gasolina. Durante el viaje Emilio aprendió cinco idiomas, y tomó casi 80.000 fotografí as. Fue encarcelado acusado de contrabandista, de espía, de agente encubierto de la CIA, de agente infi ltrado de Gadafi …. Emilio presenció terremotos, una decapitación pública, se encontró con caníbales en África, fue torturado en Liberia, le dispararon en la guerra de Somalia, y casi muere de malaria en las selvas del Congo.
Se casó con su novia de siempre, Mónica, en la India en una ceremonia hindú y el 2 de abril de 1995, regresó al punto de partida. Había realizado lo casi imposible y lo más notable, el mundo entero viajó a través de sus relatos y fotografías. MOTOCICLISMO publicó más de 90 capítulos de sus aventuras.
El viaje de Emilio Scotto es considerado como una de las más grandes epopeyas de valor y perseverancia del siglo XX, aunque él dice que lo único que hizo de extraordinario fue partir y regresar. Para los aficionados a la moto y los viajes, «Los Viajes de Emilio» y su Princesa Negra son una inagotable fuente de inspiración. Y aun para millones de personas a los que no les interesan esos vehículos, sus viajes son un gran divertimento y fuente de conocimientos.
En Italia le llamaron «el Marco Polo de la Moto», en Norteamérica Indiana Jones, en Iberoamérica se dijo «Como Colón, pero en moto», los fi lipinos lo bautizaron como «el último de los Gauchos», y en Alemania, Turquía y Australia como «el más grande aventurero del siglo». Nueva York proclamó el día 27 de mayo como el día de Emilio Scotto, el Papa Juan Pablo II lo bendijo en persona, y Hollywood sigue negociando una fórmula para llevar su vida a la pantalla grande.
Scotto abrió fronteras cerradas, abrió caminos desconocidos fuera de las rutas habituales, fue chino en China, ruso en Rusia, católico en el Vaticano y musulmán en las tierras de Alá, y con una prosa entre poética e irreverente contó todo lo que iba encontrando a su paso, describiendo mundos fantásticos. Emilio entró en las páginas del libro Guinness de los Récords en 1997 como la persona que realizó el mayor viaje alrededor del mundo en moto.
Su récord no ha sido igualado. En el 2002 fue incluido en una lista internacional que inmortaliza a los 40 exploradores y viajeros más importantes de la humanidad, junto a Marco Polo, Colón, Magallanes, Livingston… En 2004, Honda EE.UU lo nombró Gran Mariscal, y en 2005, y en 2009, el libro Ripley’s, créalo o no, lo incorporó en su lista de récords increíbles.
Actualmente, Emilio reside en Miami. Su libro «The Longest Ride» (por ahora sólo en inglés, venta por Internet) combina historias con 250 fotografías. Actualmente Emilio da conferencias empujando a otras personas a emprender grandes viajes, es autor del proyecto Caravana, un «reality show» para televisión con motos, coches y camiones, ambicioso proyecto por el cual nuevamente lo han llamado loco.
Todo esto Emilio lo sentencia con una sola frase: «Viajar es ir a todas las universidades juntas, a la universidad de la vida». Espero verte en Navacerrada, en la sierra de Madrid donde podremos conocernos y pasar un inolvidable fi n de semana contándonos nuestras aventuras.
Qué hacer y qué no hacer:
Ahora que lo veo en retrospectiva, me asombra que no cargué un par de sillas, la mesa y unos cuadros. Así que mejor os ofrezco un resumen con lo que sí y lo que no debes llevar y hacer según mi criterio. Llevar, una herramienta multiuso con tijerita. Servirá para todo y un poco más.
Este elemento es tu mejor amigo. Trata muy bien a tus pies. Lleva varios pares de calcetines, muy poca ropa. Una vez que, siendo muy estricto, selecciones lo que vas a llevar, abre la maleta nuevamente y deja la mitad. Sonríe siempre, aun en las malas; sobre todo a las autoridades migratorias, aduaneras y policías.
Controla bien donde estás ubicado. No te muevas sin consultar un mapa (aunque tengas GPS). Aprende a leer tus mapas como se lee un libro de aventuras. No olvides las vacunas del tétanos ni la de fiebre amarilla y aprende a comer de todo. Deja en casa un par de neumáticos para que los manden a donde los necesites, o mándalos por anticipado tú mismo al lugar que calculas que los necesitarás. Ante una situación extremadamente difícil, repetir: «Siempre hay algo peor».Así se minimizará el mal momento.
Atento a los animales que puedan cruzarse, sobre todo perros. Si salen ladrando y amagando a morderte las piernas, no te intimides ni trates de esquivarlos bruscamente. No lleves reloj (la hora está en todas partes) ni cadenas de cuello, o muñeca, etc.; llaman la atención. Es mejor pasar desapercibidos. No lleves bolsos de colores o de marca, mejor negros que no llaman la atención. No utilices candados grandes, el mal intencionado pensará… ¿Qué esconderá de valor que lo cuida tanto?
No transportes frascos grandes de aseo personal, ni de vidrio. Olvida documentos innecesarios. Nunca lleves armas (ni siquiera cuchillo). Seamos realistas, James Bond disparando su pistola con silenciador, existe sólo en la pantalla. La realidad es otra. Imagínate tratando de explicar en una frontera por qué tienes un arma. Te acusarán de haber ido a matar al presidente (sobre todo en África).
Nunca bebas agua sin embotellar y que tú mismo abras y nunca discutas con un oficial de migración o de aduanas. En última instancia no descartes la posibilidad de tener firmeza sin chillar y cuando está todo perdido, como último recurso puede servir el enfado. No camines con cara de turista, siempre actitud amigable pero alerta.
No te persigas a ti mismo mantén una actitud positiva. No te preocupes demasiado de los recambios, seguramente se romperá lo que no llevas, en todas partes hay mecánicos, incluso los pigmeos africanos tienen alguno y por último no dejes que tus documentos se los lleve nadie, ni la misma policía. Tus documentos son tu seguro.
Qué llevar en un viaje en moto
El día que partí en mi primera vuelta al mundo, llevaba tantas cosas que mi cuerpo no cabía en la moto. Además de la incomodidad de cargar semejante peso, al tener que encontrar el objeto entre tantas cosas, nunca lo encontraba. Y tenía además que cuidar todo para que no me lo robaran, por ende, no podía relajarme.
Allá por 1985, el primer oficial de aduana al cruzar a Uruguay, me preguntó dónde iba, y al responderle explotó apuntando a mi moto: «Jo, jo, jo, ¿alrededor del mundo? Con lo que lleva ahí podría ir alrededor del universo, jo, jo, jo…». Tiempo después comprendería que tenía razón.
Además de 306 dólares, mi pasaporte, la licencia internacional de conducir, los papeles de la moto y un mapa del mundo, llevaba: 15 calzoncillos, 30 pares de calcetines, 3 pares de zapatillas y de zapatos, 1 par de sandalias, 2 corbatas, 3 camisas de vestir, 1 traje de noche, 2 chaquetas deportivas, 3 jerseys, 1 bufanda, 4 camisas «sport», 8 camisetas, 4 vaqueros, 1 pantalón blanco de vestir, 4 cinturones, 4 pantalones cortos, 2 bañadores. Platos de metal, cubiertos, la tienda, un farol, saco de dormir, calentador de keroseno, cerillas, velas, linterna y baterías.
Latas de comida, paquetes de galletas, queso, agua, y un compás. Para bucear: traje de neopreno, las aletas, la máscara, el regulador y el cinturón de pesas con 12 kilos. Binoculares, equipo de lluvia, un paraguas corto, un cuaderno, lápices, raqueta de tenis y pelotas. Una cámara de fotos, 2 carretes, botes de champú, acondicionador, desodorante, talco, crema para los pies, crema de afeitar, pasta de dientes, 2 cepillos de dientes, jabones, 2 rollos de papel de baño, 3 toallas, un botiquín, repelente de insectos, protector solar.
Y para la moto: 4 bujías, un cable de acelerador, un cable de embrague, un equipo para reparar pinchazos, una bomba de aire de pie. Dos libros, casetes de música, agujas para coser, botones, tijera y 2 cremalleras. Ah, y un casco.
