pate
04-21-2007, 09:09 AM
<<Allí plantado delante del portal, los nervios eran tan grandes que apenas recordaba cuando dos horas antes había ido a coger la moto.
A mediados de los ochenta, todo lo que me había sucedido era bastante habitual, la moto no arrancaba ni a la de tres, maldita Metralla, te hartabas de darle patadas y lo que conseguías era sofocarte, mancharte las manos de grasa al enredar cada minúto el grifo de la gasolina por si no estaba abierto, que lo está, y si la suerte te era aún mas esquiva, en un falso punto muerto llevarte un buen patadón del arranque, que o bien te dejaba la rodilla como un cristo o te arrancaba un tacón de las camperas.
Luego, empujabas, pero como estabas solo, te reventabas, hasta que decidias buscar aquella cuesta abajo que te sirviera de impulso. Por fín conseguías que aquella moto "trucada" con cilindro Pursang, escape que hoy en día te llevaría directamente a prisión por delito contra la salud arrancara, y así que no te parabas a meterte la camisa por dentro del pantalón, ni a secarte el sudor, ni a adecentarte un poco, por mucho que tuvierasuna cita importante......
Habías conseguido una cita con "ella", que digo ella, "Ella", en mayusculas, tamaño que considerabas adecuado a la talla de su sostén, te habías engalanado con tu mejor camisa (?), y eso que antes esas mariconadas de ropa de marca no eran tan habituales como hoy, y recordabas que tenías un frasco de colonia por ahi, y le dabas uso.
La excusa era sencilla....-Te paso a recojer con la moto y así evitamos atascos...-. Sabias que a "Ella" eso de la moto ni fú ni fá, pero "si iba a ser tu mujer" debía ir acostumbrandose, que aqui mandas tu.
La verdad sea dicha que allí delante del portal, hecho un fardel descamisao, con las manos manchadas, la camisa llena de puntitos negros producto del aceite de la mezcla, con dolor de rodilla, despeinado, con un mosquito pegao a la mejilla, y medio barrio asomao a la ventana preguntandose quien es el cabrón que ha llegado a joderles la siesta del sábado, no tenías el aspecto de "enfant terrible" capaz de conquistar a la niña mas guapa del barrio.
Pero lo hiciste. Nadie se explica como. Quizás parte del milagro se base en que cuando ella bajó, la moto no arrancó, tu te caiste empujandola y resbalando en medio de la calle, para regocijo del vecindario, quizás sea que ella pensó que tenías un "lunar muy bonito a pesar de que sea un mosquito", ¿la colonia?, tal vez, o esa "camisa de puntitos tan graciosa", pero el caso es que hoy "la que manda es ella", que aún me recuerda como su madre ayudo a que se enamorará de mi diciendole....
-Maricarmen, te pro-hi-bo-ter-mi-nan-te-men-te que vayas con ese gandul, que como despierte a tu padre de la siesta se va a enterar-....
A lo mejor fue que tuve que subir a ponerme mercromina en la rodilla que ya traía jodida de antes y en las palmas de las manos y que cuando me marchaba en mi afán de agradar abracé la "suegra" dejandole un rastro de mercromina en la bata de estar por casa.....
Hoy no tenemos moto, pero ella sigue tan guapa, recordamos entre risas aquel primer encuentro, maldecimos al cabrón del vecino que cuando arranca su Speed Triple con el Arrow nos despierta de la siesta, y yo me creo su promesa de que "cuando los niños sean mayores compraremos una moto para viajar".
Y es que fantastico tener un buen motivo para amar....las motos, ¿ o no?.>>
A mediados de los ochenta, todo lo que me había sucedido era bastante habitual, la moto no arrancaba ni a la de tres, maldita Metralla, te hartabas de darle patadas y lo que conseguías era sofocarte, mancharte las manos de grasa al enredar cada minúto el grifo de la gasolina por si no estaba abierto, que lo está, y si la suerte te era aún mas esquiva, en un falso punto muerto llevarte un buen patadón del arranque, que o bien te dejaba la rodilla como un cristo o te arrancaba un tacón de las camperas.
Luego, empujabas, pero como estabas solo, te reventabas, hasta que decidias buscar aquella cuesta abajo que te sirviera de impulso. Por fín conseguías que aquella moto "trucada" con cilindro Pursang, escape que hoy en día te llevaría directamente a prisión por delito contra la salud arrancara, y así que no te parabas a meterte la camisa por dentro del pantalón, ni a secarte el sudor, ni a adecentarte un poco, por mucho que tuvierasuna cita importante......
Habías conseguido una cita con "ella", que digo ella, "Ella", en mayusculas, tamaño que considerabas adecuado a la talla de su sostén, te habías engalanado con tu mejor camisa (?), y eso que antes esas mariconadas de ropa de marca no eran tan habituales como hoy, y recordabas que tenías un frasco de colonia por ahi, y le dabas uso.
La excusa era sencilla....-Te paso a recojer con la moto y así evitamos atascos...-. Sabias que a "Ella" eso de la moto ni fú ni fá, pero "si iba a ser tu mujer" debía ir acostumbrandose, que aqui mandas tu.
La verdad sea dicha que allí delante del portal, hecho un fardel descamisao, con las manos manchadas, la camisa llena de puntitos negros producto del aceite de la mezcla, con dolor de rodilla, despeinado, con un mosquito pegao a la mejilla, y medio barrio asomao a la ventana preguntandose quien es el cabrón que ha llegado a joderles la siesta del sábado, no tenías el aspecto de "enfant terrible" capaz de conquistar a la niña mas guapa del barrio.
Pero lo hiciste. Nadie se explica como. Quizás parte del milagro se base en que cuando ella bajó, la moto no arrancó, tu te caiste empujandola y resbalando en medio de la calle, para regocijo del vecindario, quizás sea que ella pensó que tenías un "lunar muy bonito a pesar de que sea un mosquito", ¿la colonia?, tal vez, o esa "camisa de puntitos tan graciosa", pero el caso es que hoy "la que manda es ella", que aún me recuerda como su madre ayudo a que se enamorará de mi diciendole....
-Maricarmen, te pro-hi-bo-ter-mi-nan-te-men-te que vayas con ese gandul, que como despierte a tu padre de la siesta se va a enterar-....
A lo mejor fue que tuve que subir a ponerme mercromina en la rodilla que ya traía jodida de antes y en las palmas de las manos y que cuando me marchaba en mi afán de agradar abracé la "suegra" dejandole un rastro de mercromina en la bata de estar por casa.....
Hoy no tenemos moto, pero ella sigue tan guapa, recordamos entre risas aquel primer encuentro, maldecimos al cabrón del vecino que cuando arranca su Speed Triple con el Arrow nos despierta de la siesta, y yo me creo su promesa de que "cuando los niños sean mayores compraremos una moto para viajar".
Y es que fantastico tener un buen motivo para amar....las motos, ¿ o no?.>>