17ª ETAPA
Tras la paliza y el poco descanso del día anterior, llego por fín a los Pirineos. Ya casi estoy en casa. Hace buen tiempo, y voy agusto en la moto, pero estoy nervioso, como ansioso por llegar, y se me está haciendo largo llegar hasta Andorra.

Desde aquí (Andorra) he llamado a mi amigo Txus de Pamplona, y calculamos que llegaré allí sobre las 4-5 de la tarde. Otro error. Tardo un montón en salir de Andorra por el tráfico, y después me he parado a conocer Sort, donde he sacado una foto curiosa en el río, enfrente de la famosa administración de lotería:

Después me paran los Mossos de Escuadra, en un control rutinario, y de paso les pregunto por el mejor camino para hacerme los Pirineos, pero con mi puta mierda de mapa tampoco ellos saben explicarme bien, y me dicen que yendo por aquí... entrando por Francia... Total, que me vuelvo a perder. ¡Pero si esto lo conozco! He hecho ciento y pico km de preciosa carretera pirenaica por Francia, para llegar al mismo sitio. Llego a Benasque, y ya casi son las 4 de la tarde. Echale cojones. Sé que quiero pillar la N260, el llamado eje pirenaico, pero en mi mapa no aparece y no sé hacia donde tirar. La chica de la gasolinera me quiere ayudar, pero no conoce, y no le sale muy bien. Y al mover la moto en la gasolinera, se me cae. Joderrrrr! Lo que me faltaba. Ahora ya estoy cabreado. Después de un par de vueltas, ya encuentro la famosa N260, y tiro hacia Biescas. Me ha pillado un tormentón de flipar, he tenido que hacer el puerto de Cotefablo, un puerto que ya conozco y que me encanta, en primera, pero ya me he escapado. Me meto dentro del pueblo (Biescas), y en un cruce, un coche de frente, un frenazo, y otra vez la moto al suelo. Ya desesperado. No, así no. Ahora me doy cuenta de que me he pasado con las ansias por llegar. Casi sin descansar, hoy no he parado a comer...Y encima ahora ha tirado aceite. Con el tiempo que he perdido con la caida, me vuelve a pillar la tormenta. Tripas corazón y arrea a intentar escaparme otra vez de la tormenta. Llego a Pamplona a las 10 de la noche. Menos mal que Txus me da de cenar, me aloja en su casa, y termino el peor día de todo el viaje en casa de unos buenos amigos.
Yo no sufro de locura, la disfruto a cada minuto.