)Actualmente son muy pocas mis oportunidades para poder salir en moto, pero ahora iba a tener una ventana de 10 días de vacaciones, o mejor dicho de 10 días de no ir al trabajo que no es lo mismo, pero diversas cuestiones familiares y de gestiones requerían varios de esos días.
Sea como fuere tenía intención, de forma similar al año pasado, de ponerme el traje de moto y salir a la carretera sin un rumbo fijo previamente fijado.
Donde el viento me lleve, simplemente, con ideas de “a lo mejor tiro por aquí o tiro por allá”, posibilidades muchas y todas me apetecen, pero para complicarlo todo una pésima previsión meteorológica recomendaba que me quedase en casa.
Parece que lo hubieran hecho adrede, justo me dan los días de vacaciones con peor climatología de todo el año, pero yo no estaba dispuesto a dejar pasar esos días en el sofá viendo la tele, valoré si repetir parte de la ruta que hice el año pasado, por parte de Córdoba y Sierra de Hornachuelos, y después algo de Extremadura que me encantó.
También surgió el valorar la posibilidad de hacer una escapada a Marruecos, pero había demasiados peros; para empezar carecía de permiso de la superioridad, o sea mi MDR, de hacerlo yo solo, explorando la posibilidad que alguien se uniese a la idea, pero evidentemente era demasiado precipitado e improvisado, además de no ser el momento mas propicio.
Además para poder hacer Marruecos como a mí me gustaría necesitaría preferentemente los diez días íntegros, cosa que tampoco me era posible.
Y para redondear la cosa me temía que el viaje fuese a coincidir con las fechas del Ramadán y eso supusiese dificultades añadidas innecesarias.
La idea: salir sin rumbo programado, salir sin alojamientos previstos, salir con tienda de campaña, pensando en ir combinando acampadas “discretas” con algún camping de pago e incluso la posibilidad de pasar alguna noche en hotel/hostal pero solo si fuese necesario, mi intención era evitarlo en la medida de lo posible, la aventura es la aventura.
Hora para salir de viaje, ¿cuál es la hora adecuada para salir de viaje?.
Lo habitual sería decir que por la mañana temprano, ¿verdad?.
Pues aquí a Gulliver no se le ocurre otra cosa que salir a eso de las 17:30h de la tarde.
¿ Cuál es el tiempo adecuado para salir de viaje en moto?, ¿ un día soleado y sin previsión de lluvias ni vientos fuertes?.
Pues aquí Gulliver decide coger el chubasquero y arrancar con todo el mapa plagado de simbolitos de lluvia y viento para toda la semana, ¿qué podría salir mal?
El miércoles, día uno de viaje, ¿que podría salir mal?
A eso de las 17:30h aprox. arranqué sabiendo que no podría llegar muy lejos con lo que quedaba de día, pero con la idea que las pocas horas que pudiera avanzar, serían horas que le ganaría al día siguiente, y quería arrancar ya de una puñetera vez.
Así que salí de la Barca de la Florida por una carretera que conozco bastante bien, pues es la que con más frecuencia empleo para ir a trabajar a diario, dirección Arcos de la Frontera pasando por la pedanía de Junta de los Ríos, y encaminandome a Espera para enlazar con la Nacional IV en el cruce de las cabezas de San Juan.
Poquito antes de llegar a dicho cruce, ¿cómo no?, :indeciso: :indeciso: , rompió a llover, algo que iba a ser tónica habitual en lo que me restaba de viaje.
Justo en el cruce con la nacional hay una antigua venta que funcionó hasta no hace mucho tiempo pero que actualmente permanece cerrada, me refugié bajo su porche para sacar el chubasquero con tranquilidad y equiparme debidamente para salvar la situación.
Así que entre chubascos y claros fuí avanzando y hasta atravesar mi odiado puente del Centenario en Sevilla, y por la agobiante subida de Castilleja de la Cuesta; pero de ahí en adelante sería un relajado tránsito por la autovía del Centenario dirección Huelva-Portugal, porque mi elección final sobre la marcha fué encaminarme hacia Portugal para realizar la ruta de la N2 portuguesa que iniciaría en Faro.
Sin embargo estaba claro que no me quedaba día suficiente para llegar con luz a Portugal, mi premisa era avanzar pero intentar pararme al menos con tiempo de luz suficiente para localizar algún sitio adecuado donde pasar la noche y eso no siempre es fácil, y si no que se lo digan a Charly Sinewan
.El caso es que vi algo así como una pista por los laterales de la autovía y pensé que si encontraba alguna salida de la autovía no excesivamente lejana podría probar a buscar refugio por esa zona.
Dejé la autovía dirección a una población..., llamémosla X, y apenas doscientos metros después me metí en una pista de tierra que iba paralela a la autovía hasta un bosquecillo que vi a vista satélite, pero la vista satélite es muy traicionera, os lo adelanto, todos los caminos parecen planos y más anchos de lo que son.
El caso es que se me había hecho demasiado tarde, ya se había ido la luz y era noche cerrada, empezó a llover con fuerza, y yo circulando solo, cargado de peso, y sin tacos, ¿ que podría salir mal?
Por supuesto pasó lo que tenía que pasar, de repente apareció frente a mí una bajada muy abrupta de barro arcilloso húmedo, y con un gran socavón provocado por el agua, con todo su peso Trinity “cayó toda a babor”.
¿Ala majo no querías aventura?, pues toma aventura, ahora es cuando te acuerdas de todos los vídeos chorras que muestran lo “fácil” que es levantar una moto grande con maletas, pero claro en esos vídeos de demostración, esas maletas están vacías, y a la moto la dejan caer en suelo plano, y además el 90% de esos vídeos, los hacen con un modelo concreto de moto de una determinada marca, que al caer en el suelo no queda plana, sinó ligeramente levantada, apoyándose en las defensas que protegen la tapa de balancines de un cilindro en boxer, pero en mi caso quedó invertida cuesta abajo en una pendiente muy pronunciada, al hacer fuerza los pies resbalaban en esa arcilla resbaladiza, estaba solo y apretando la lluvia, mis vacaciones soñadas, ¿no querías aventura Gulli?; pues toma dos tazas.
Bueno lo primero fué ir descargando la moto en la medida de lo posible, fuí retirando el top case y maleta lateral derecha, además de la tablet, mi mochila, etc...y los fui subiendo viaje a viaje a lo alto de la cuesta.
Fuí tirando de la moto para hacerla girar sobre sí misma hasta que la posición me fuera más favorable, aunque para ello las ruedas me quedaran dentro de una zanja muy pronunciada excavada por el agua de la que tendría que salir arrancando y dando gas con unos neumáticos prácticamente de carretera patinando en arcilla.
Pero levantar la moto y subirme no era la finalización de la maniobra, era solo el inicio de la aventura, si no me quería quedar a vivir allí, tenía que conseguir volver a subir aquella cuesta rota muy empinada e increíblemente resbaladiza, cosa que no conseguiría hacer sin caerme otras dos o tres veces en el proceso, y cada vez sería más complicado volver a levantar la moto a la par que yo estaría más agotado.
No mire mucho el reloj porque tenía la cabeza en otros asuntos, pero mínimo me llevaría hora u hora y media toda la maniobra para salir de allí, y todo ese tiempo a ratitos solo con una leve llovizna y a ratitos bajo una fuerte lluvia alterna para terminar de sazonar la situación.
Por fin una vez arriba de la cuesta y cargado de nuevo la moto, pude arrancar para esta vez sí coger el cruce correcto de los caminillos que había visto a vista de satélite en el móvil, para localizar lo que parecía un huequecillo adecuado para acampar disimuladamente.
Dejé la moto apenas a un metro del camino pero afirmada a un tronco con una correa con trinquete de carraca para asegurarme que ningún golpe de viento no me jugase una mala pasada con la pata de cabra, descolgué las maletas y las llevé una a una a un pequeño claro.
Conseguir montar la tienda de campaña iba a ser otra odisea, cuando me dispuse a iniciar la maniobra empezó a llover muy copiosamente, saqué de una de las maletas un refugio portátil de emergencia, que es algo así como una especie de mini tienda de campaña individual pero solo tela sin ningún tipo de estructura que la soporte, para cubrirte rápidamente bajo ella, y tuve que estar un buen rato sentado sobre una de las maletas cubierto por el refugio hasta que vino una pequeña tregua que me permitió hacer el montaje.
Interior del refugio
La tienda de campaña que llevaba, que se supone que es una tienda bastante buena de buena marca, una marca de reconocido prestigio en el mundillo de acampada, una Coleman que ya lleva años conmigo y que use el año pasado en las mismas fechas, pero que nunca se había enfrentado a condiciones climatológicas tan adversas.
Bueno el resultado fue el gran desastre, mi fabulosa tienda Coleman hacía aguas por todos lados, prácticamente se podría decir que llovía más dentro de la tienda que fuera, el suelo de la tienda estaba encharcado, me llovían gotas continuamente sobre la cara y por todos lados, y para rematar la jugada la esterilla hinchable que me tenía que aislar y que siempre me había funcionado perfectamente ahora estaba pinchada, apenas aguantaba el aire un minuto.
¿Os lo mejoro?, pues resulta que acostumbrado a que últimamente no hace prácticamente frío en época invernal, y pensando en economizar espacio de equipaje, había tomado la arriesgada y más que cuestionable decisión de no coger un saco específico de invierno, sino un pequeño y compacto saco para entre tiempo.
La decisión que sí resultó acertada fue incluir en el equipo de camping una pequeña funda de Vivac, que enfunda el saco de dormir, es absolutamente impermeable, y por dentro hace efecto refractivo de manta térmica, con lo bueno y lo malo que esto implica, pues con mucha facilidad condensan humedad en el interior.
Jueves, día dos de viaje, ¿me recuperaré del desastre?
Francamente, a pesar de la mala noche pasada, no madrugue en absoluto, no porque durmiese mucho, sinó porque esperaba a ver si el tiempo me daba una tregua para levantar campamento con cierta tranquilidad, pero transcurría la mañana y eso no ocurría, al final perdería más tiempo que horas había ganado arrancando la tarde anterior, o visto más positivamente, arrancar la tarde anterior compensaba en parte la pérdida de horas de la mañana siguiente.
Bueno estaba claro, que con esa tienda de campaña y esa esterilla pinchada, en las condiciones que se esperaban no podría continuar, así que me planteé una retirada a tiempo, pero....
Miré internet en el móvil y vi que tenía un Decathlon a poco más de 20Km, así como otros comercios como un supermecado que comienza con Carre y acaba en fur, donde conseguir ciertos elementos de urgencia que iba a necesitar.
Así que en el primer contenedor de basuras que me encontré al volver a la “civilización”, arrojé la tienda Coleman, la esterilla pinchada y todo cuanto ya no iba a necesitar.
Fui a comprar una nueva tienda, una de apertura casi instantánea pero no de las que se pliegan como una paellera enorme, que aunque van muy bien, y doy fe de ello, porque tengo una, pero son complicadas de adaptar a una moto, sino una 2 Secons Easy que se abre como si fuesen 2 paraguas unidos interiormente, solo tirando de sendos pomos en sus extremos y queda ya montada siendo completamente autoportante y de doble capa por supuesto, además de una colchoneta nueva, etc...
Y en el supermercado me proveí de un jersey nuevo para sustituir el que se me había empapado completamente en el suelo encharcado de la tienda de campaña durante la noche, un paquete de bolsas de plástico transparentes de las de envolver sandwich para envolver con ellas el teléfono móvil y así convertirlo en “impermeable”, porque aunque inicialmente había previsto que el peso de la navegación recayese en la tablet que es rugerizada y resistente al agua, pero que todavía es un proyecto beta en pruebas con aspectos a mejorar, como el tema de la carga, porque aunque tiene una batería muy grande, pero si está funcionando no es capaz de recargar sobre la marcha, simplemente se descarga más lento, así que dependía del móvil y reservaba la tablet, pero debido al tiempo tenía que improvisar una funda estanca pues el teléfono de por sí no es resistente al agua.
Así que con todas estas historias + llenar combustible, nuevamente volví a arrancar pasadas las 17h, cuando puse rumbo hacia Portugal, atravesé el puente frontera natural sobre el Guadiana, y puesto que no tenía intención de usar las autovías de pago portuguesas ni registrarme en el sistema, abandoné la autovía en el primer desvío hacia Vila Real do Saö Antonio, para dirigirme a Faro por la carretera comarcal de la costa atravesando todas las poblaciones sin prisa.
Yo tengo un serio problema, en cuanto mis posaderas hacen contacto con el asiento de la moto especialmente si voy solo, tengo un serio problema, que consiste en “hacer el Gulliver”, que básicamente consiste en hacer pocas paradas, o ninguna excepto gasolina, tiro y tiro para adelante, si, soy un agonías, paso por sitios que bien merecerían una paradita, una fotito, una cafetito, pero yo haciendo “el Gulliver”, palante y palante.
Esto lo digo porque nuevamente se me estaba acabando la luz del día, estaba pasando por Olhão, que es justamente la localidad antes de llegar a Faro, y pasé por delante de sitios que tenían muy buena pinta para pararme a cenar, además también pasé por delante de indicadores de Camping, al que podría haber llegado con luz.
Ese habría sido un planteamiento inteligente, haber cenado y dormido en Olhão, aprovechando además que los chubascos estaban dando una tregua, y por la mañana solo me restaban unos diez kilómetros o menos para llegar a Faro y empezar la ruta de la N-2.
Pero como digo, soy un Gulliver de la vida, y me cuesta horrores echar el ancla, así que llegué a Faro anocheciendo, y me dirigí al camping Praia de Faro, al que por supuesto llegué ya de noche y sin haber cenado.
Allí me informaron que podía entrar para descargar pero que una vez instalado la moto tenía que salir fuera del recinto, igual que los coches que arrastraban las caravanas, los habitáculos se quedan en el camping pero los vehículos se quedan fuera, normas de la casa.
Yo en general soy de acatar las normas, aunque esta no me agradó nada, puesto que había fortísimas ráfagas de viento, y mi moto al estar rebajada, su pata de cabra queda anormalmente larga, lo que me provoca la pesadilla constante de tener que tener muchísimo cuidado con la inclinación del terreno donde aparco, porque un ligerísimo peralte de un par de grados puede volcar la moto al quedar esta excesivamente vertical, por lo que aunque no me gusta hacer estas cosas la dejé en una esquina ciega pero sobre una acera, de lateral a una pared, por si el viento me la tumbaba, la pared detuviese la caída.
Mientras realizaba el check-in me dijo la mujer de recepción con cara de gran sorpresa al ver que me presentaba con tienda de campaña, que esa noche se preveían mucha lluvia y viento, cosa que yo ya sabía y le agradecí por su preocupación.
El caso es que nuevamente me pilló el toro, apenas empecé a descolgar la primera maleta de la moto, arrancó un fortísimo chubasco, que no me hizo precisamente muy alegre el primer montaje de mi nueva tienda, que aunque no es difícil de abrir, pero no tenía ninguna experiencia con ella, estaba yo solo y el viento pretendía que la tienda saliera volando hasta que con dificultad conseguí fijar las piquetas e introducirle el peso de las maletas de la moto que por supuesto estaban chorreando agua.
Menudo estreno de tienda, yo que siempre intento que no entre una gota de agua ni una huella en el suelo de la tienda, buff.
Bueno, esta noche iba a ser la prueba definitiva, la prueba de fuego, o en este caso más bien la prueba de agua, si la nueva tienda superaba el duro examen que iba a suponer esa noche, me podía plantear continuar el viaje, si volvía a suceder algo similar a la primera noche me volvía a casa y que le vamos a hacer, hasta el año que viene, que me gusta la aventura pero no soy absolutamente masoquista.
Viernes día tres de viaje, empieza la N2
El caso es que esta noche resultó en prueba superada, la nueva tienda se comportó francamente bien, aguantó las fuertes lluvias que prácticamente no cesaron en toda la noche, y una vez fijada ni se inmuto con los fortísimos vientos que estuvieron azotando toda la noche, y sorpresa prácticamente toda el agua que entró mientras la montaba e introducía los bártulos y a mí mismo chorreando, se había secado, demostrando el buen diseño y la eficiencia del sistema de ventilación de la tienda, que había permitido que el viento que aulló toda la noche, circulase por donde debía secando todo pero sin permitir que entrase una gota de agua, y por supuesto con la nueva esterilla hinchada aislando del frescor del suelo húmedo ayudó muchísimo a que la experiencia fuese finalmente positiva.
Después de la lluvia, una preciosa mañana secando y oreándolo todo
Aunque con algo menos de intensidad que durante la noche, por la mañana continuaron las lloviznas, aunque ya casi sin viento, hasta más de media mañana, cuando por fin abrió el cielo y se quedó una mañana luminosa y espléndida, al menos por un rato.
Así que levanté el campamento y arranque prácticamente al mediodía, dirigiéndome a Faro ciudad, hasta el centro comercial Forum Algarve, en el que ya había estado numerosas veces pero hacía años que no volvía.
Me agradó descubrir detalles para con nosotros los moteros, como que no solo hay parkings para motos en los aparcamientos subterráneos sinó que estos disponen de taquillas electrónicas de tamaño especial para moteros, que permiten sobradamente guardar cascos, voluminosas chaquetas de moto, mochilas, y demás enseres de forma muy fácil y cómoda, en nuestro país deberíamos de tomar ejemplo.
Comí en el centro comercial y me di una vuelta por allí, como él tiempo parecía estar dando una tregua pensé en equiparme pero sin el traje de agua, que cuando empezase a llover ya me pararía a ponérmelo; así que arranque y llegué justo justo hasta el borde de la rampa de salida del aparcamiento subterráneo y media vuelta, había vuelto a arrancar la lluvia y muy en serio.
Ahora ya sí equipado para las inclemencias me dispuse a recorrer el par de kilómetros que me faltaban hasta la rotonda desde la que oficialmente iniciaría el recorrido de la N2 que me llevaría hasta Chaves al norte de Portugal.
La verdad se ha dicha, los primeros kilómetros de la carretera (o los últimos si hacéis la ruta de norte a sur), no son nada especial, ni por paisaje ni por nada de nada, pero está claro que no iban a ser iguales los 750 km aprox, o de lo contrario dudo que fuese una ruta con fama.
El caso es que había descargado un track de Wikiloc que seguía la ruta de la N2, pero yo no sé qué pasó con el que grabó dicho track porque raramente coincidía con la carretera, la mayor parte del tiempo el track permanecía entre 200 metros y aproximadamente dos kilómetros a la izquierda de la carretera, en ocasiones cruzándose con la carretera, claramente tiene un serio desfase y no es un track utilizable.
Y en esas mientras intento ver el track zoom dentro zoom fuera, me paso un desvío donde debí torcer a la derecha pero para cuando me di cuenta, había seguido de frente en una vía de un solo sentido de incorporación a una de mis amadas autovías de pago sacándome de la ruta.
Y como sucede siempre que entro involuntariamente en este tipo de vías, mínimo tuve que recorrer de ocho a diez kilómetros hasta que pude coger la primera salida, que me llevó a una gran rotonda, desde la cual mirando sobre el mapa decidí improvisar ruta por unas características secundarias que me enlazarían de nuevo con el recorrido de la N2, el caso es que este recorrido por estas carreteritas fue muchísimo más bonito que lo que llevaba de N2 con mucha diferencia.
Y alcanzada por fin la N2, continué el recorrido que poco a poco iba ascendiendo, volviéndose un paisaje más de montaña, menos urbano y empezando a hacer honor a tan significativa ruta.
Y tras una parada en una estación de servicio para repostar fueron transcurriendo las pocas horas de luz que quedaban, el caso es que como preferentemente pretendía alternar noche de acampada salvaje, con noche de camping y la anterior noche había sido un camping, iba mirando con la atención a algún sitio que sin alejarse demasiado de la carretera me pareciese un sitio discreto y adecuado para plantar el campamento.
Inicialmente iban pasando los kilómetros y no acababa de ver ningún sitio que me pareciese adecuado hasta que me encontré una antigua parada de descanso a pie de carretera con sus mesas de picnic y todo, que no resultaba adecuada porque estaba literalmente pegada a la carretera, pero que por el lateral salía un camino de tierra entre montes que me resultaba prometedor y por el que decidí internarme a investigar.
Aunque el camino en sí acababa muriendo en una casa particular lo cual me desanimó pero ya de vuelta vi en lo alto de una loma una antigua casa rural abandonada en semi ruinas y el sendero que ascendía hasta ella.
El sitio fue un triunfo, sitio tranquilo, apartado, discreto, protegido, y con unas vistas fabulosas, solo perturbado por los aullidos del viento, lluvia, y sonidos de lechuzas y otro tipo de ave nocturna que no puede identificar.
La moto quedó guardada razonablemente protegida del viento entre las paredes de lo que había sido una de las estancias de la casa y justo enfrente pero fuera planté la tienda.
Sábado, día cuatro de viaje
Como de costumbre e iba a ser la tónica en este viaje, no madrugué mucho, primero porque me entretuve hasta las tantas con el móvil fuchicando vídeo, y segundo porque la mañana para variar se presentó lluviosa.
Así que no miré mucho la hora pero serían once y media o doce de la mañana cuando reemprendí la ruta.
Hasta que aproximadamente a las 13:30h estaba atravesando una pequeña población y me paré a llenar gasolina, y aproveché para usar mi técnica infalible hasta la fecha, preguntar en las gasolineras un sitio recomendado para comer, a lo que la chica me contestó que justo enfrente, a unos cinco metros.
Naturalmente el restaurante que me recomendó con seguridad sería de su familia, lo cual no quita que como siempre hasta la fecha que he preguntado en una gasolinera, no saliese contento del sitio, restaurante familiar donde fui excelentemente tratado.
Ya con moto y piloto repostados, continué la ruta; debo decir que al principio me extrañaba ver que la gente tardaba dos, tres, y cuatro días en realizar una ruta que en no pocas ocasiones esos mismos kilómetros e incluso más en un solo día, pero cuando haces la ruta de la N2 lo entiendes perfectamente.
Es una ruta para hacer sin prisa, puro paseo y disfrutar de los paisajes, una maravilla, aunque a mí particularmente una sensación no paraba de rondarme por la cabeza, la sensación de lo increíblemente parecido que me resultaba el Portugal profundo con Galicia, paisajes similares, arquitectura de las casas similares, e incluso nombres de sitios, “Oleiros”, “pero sí me he teletransportado a Coruña, jajaja“
Por cierto no lo he comentado, pero por la noche con el móvil me descargué otro track diferente de wikiloc de la ruta N2, y este sí que seguía perfectamente el trazado, sin embargo observé inicialmente con extrañeza que mientras que claramente la N2 se iba por una dirección en ocasiones el track me sacaba por otras carreteras.
Después entendí el por qué; pués ocurre algo parecido a la N-630 Ruta de la Plata española, donde nos podemos encontrar tres fases de recorrido, los restos de la carretera original más antigua, que actualmente han sido renombrados, luego la carretera nacional más actualizada que es la que aparece como N-630 en los mapas, y por supuesto luego está la autovía.
Pues al igual, la N2 tiene tramos más modernos, en alguna zona aunque muy corta, es casi una autovía entre montañas con dos carriles, mientras que en otras zonas literalmente desaparece, y hay que coger alternativas para volver a enlazar más al norte, por eso el track en ocasiones se alejaba.
Bueno como la noche anterior había sido de acampada “in the wild”, tocaba buscar un camping y sus buenas duchas, que además abundan a lo largo del recorrido, pero paradojas del destino, justo en la zona que me paré para iniciar la búsqueda puesto que se estaba agotando la tarde no me aparecía ninguno cercano, bueno me aparecía uno relativamente cercano, pero habría supuesto retroceder unos veinticinco km de nuevo hacia el sur, así que continúe y unos kilómetros más adelante me paré en una gasolinera, tras llenar le pregunté a la gente que había allí si por la zona había algún camping cercano, y me contestaron que no, que por las inmediaciones no, pero me indicaron para llegar a uno que estaría muy bien pero me alejaba mucho de la ruta.
Así que sin hacer mucho caso de las indicaciones de los amables señores que estaban en la estación de servicio decidí ponerme a buscar por Google.
Ahí es cuando me llevé la sorpresa de lo poco fiable que es Google en Portugal, tanto buscando sitios, como usando su navegador, según Google había un camping a trece minutos de la gasolinera, “qué raro que los paisanos de aquí no lo conozcan pensé”, por supuesto que no lo conocían, tras llegar al sitio no encontré nada allí que me recordase ni vagamente a nada parecido a un camping.
Pero como el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, volví a consultar en google, y volví a encontrar un camping otra vez a 14 km, tras no pocas vueltas porque el navegador de Google en Portugal se comporta de forma errática, te hace girar por una calle, quinientos metros después te hace dar la vuelta y volver por donde venías etc, etc...
El caso es que llegué a pasar hasta en tres ocasiones por la puerta del supuesto camping, y no había tal camping, esta vez investigue más a fondo y resultó que en el parking de los campos de deporte municipales, al lado de la estación de bomberos voluntarios, hay una zona donde permiten que pernocten campers y autocaravanas, e incluso al fondo en una zona de tierra bajo unos árboles se instalan tiendas de campaña, pero no es un camping, sólo una zona donde se permite la pernocta, pero no hay ningún tipo de servicios, no hay lavandería, no hay duchas, no hay restaurante ni tienda ni nada de nada, no es un camping.
De repente escucho una alocución en los auriculares del casco que dice "Cámara desactivada, batería baja"; ¿cómo es posible si llevo la cámara enchufada a una cargador autónomo conectado en la toma DIN?.
Pues resulta que con algún tirón accidental había arrancado inadvertidamente dicho cargador y había saltado el medio cuerpo superior exponiendo su placa a las inclemencias del tiempo, pude efectuar una ñapa de emergencia con cinta aislante del chino y aguantaría para continuar el viaje.
Frustrado, ya se había hecho de noche, llevaba más de treinta km recorridos en busca de campings fantasmas que no eran tal, así que decidí usar una aplicación específica para localizar campings, y sorpresa había uno, ¿cómo no?, a 14km, pero por supuesto me volví a confundir de salida en una rotonda, y por supuesto ¿cómo no?, acabé en una autovía de pago, donde por supuesto tuve que recorrer unos diez kilómetros hasta poder salir, al final de haber partido de una gasolinera con el depósito lleno con supuestamente un camping a 13 minutos, llegué avanzada la noche a un camping llevando 66 kilómetros recorridos, y por lo menos 30km alejado del track.
Además tuve suerte porque si llego cinco minutos más tarde ya se habría ido el señor del camping, le pedí para plantar la tienda y me pidió que le siguiese, me condujo hasta un pequeño bungalow de piedra circular con forma de pequeño molino de viento y me dijo que allí, pero yo le dije que solo buscaba plantar la tienda de campaña, él me insistió que allí estaría más cómodo y que me iba a cobrar tarifa de tienda de campaña, por supuesto a nadie le amarga un dulce así que cerramos el trato, esta noche la pasé durmiendo en cama en un gracioso bungalow por 11’50€ y sin tener que perder tiempo en montar y desmontar tienda.
Domingo, día 5 de viaje, ¿Acabaré hoy la N2?
Bueno es domingo por la mañana, quinto día desde que salí de casa una tarde, y tercer día desde que había iniciado la ruta N2, una ruta que como he comentado es para hacer forzosamente despacio, muy apta para cualquier tipo de moto, no sólo Trails o grandes GT, al ser una ruta en que la mayor parte del recorrido no se puede pasar de 50/60/70 kmh, y con medias finales de poco más de 50kmh la mayor parte del tiempo, es un recorrido para hacer en plan tranquilo, en plan de paseo turístico, perfectamente apto para motos Custom, Nakeds, Scramblers, Scooters, etc...., incluso se puede realizar perfectamente con motos de baja cilindrada, hablando de moteros, porque esta ruta también la realizan en coche, autocaravanistas, furgoneteros, cicloturistas e incluso a pie.
Sin embargo, aunque realmente solo había aprovechado dos tardes, sobre el papel ese era el tercer día recorriendo la N2, y mirando el mapa estaba a mitad de recorrido, pareciéndome un poco fuerte que fuese a necesitar cuatro días para realizarlo, así que me propuse que tenía que completar el recorrido ese día, aunque en realidad no sentía mucho deseo de finalizarlo y volver a mi día a día cotidiano.
Me planteé como posible recorrer 200 km antes de comer, y otros 200 por la tarde, cosa que sobre el papel por las carreteras que habitualmente circulamos, parece muy fácil, pero que en el recorrido de la N2 no lo es tanto.
Pero allá que fui, a todo esto Trinity se ha estado comportando impecablemente, con su motor ronroneando como una gatita, sin embargo la mayoría de elementos instalados no originales bien sea por la edad, bien sea por los chubascos repetidos que han estado soportando, varios elementos me han estado fallando.
Bocas de carga USB, ahora me falla una, ahora me falla la otra, ahora vuelven a funcionar las dos, ahora no funciona ninguna etc...., los puños calefactables como el desodorante decidieron abandonarme (y me llegó a llover agua nieve), los guantes más de invierno se habían empapado, otro par de guantes se había empapado, las botas que llevaba evidentemente han llegado al final de su ciclo operativo haciendo ambas agua, obligándome a ponerme bolsas de plástico enfundando los calcetines para que estos no se me mojasen recién puestos.
Y así en esas condiciones fui tirando y tirando, con el añadido que en la madrugada del sábado al domingo se había efectuado el cambio a horario de verano, pero como me encontraba en Portugal, que ya de por sí se lleva una hora de diferencia, y con el añadido que mi reloj que es tipo pulsera deportiva y se había quedado sin carga, pues me pasé el día circulando mirando de reojo al sol, pero sin tener muy claro si estaba una hora antes o una hora después que la hora que indicaba la moto, que por supuesto no había cambiado, sabía que existía, pero no sabía en qué hora existía.
Al parar a repostar en una gasolinera me cercioré de qué hora era exactamente, las 13:36h, buena hora para parar a comer, al lado de la gasolinera había un gran restaurante con unas vistas espectaculares por la parte trasera.
Y allí parado mientras comía observé cómo cayó no sólo agua sino también un golpe de granizo.
Después de comer continué el recorrido, tenía que cubrir los 200 km que faltaban en lo que restaba de tarde, objetivo prioritario de hoy llegar a Chaves como sea, aunque llegue de noche ya una vez allí me preocuparé de dónde me alojo.
Y así fue, conseguí llegar a la rotonda, punto kilómetro 0 en Chaves, todavía con luz de día, es más inicié la maniobra de aparcar para tomar algo en el Zero Zero, el bar motero que está en una esquina de la rotonda, pero viendo el reloj, que se estaba “apagando” el día, y que todavía no tenía alojamiento localizado, decidí hacer el Gulliver de nuevo y volver a arrancar sin más dilación.
Busqué campings dirección España, entre Chaves y Verín, pero el más cercano me quedaba a una hora o más, así que opté por retroceder apenas 5km por la N2 hasta el camping de Chaves, donde llegue ya cayendo la oscuridad.
Tras realizar el check-in, entré la moto y tomé posesión de mi parcela, pero justo en ese momento, ¿como no?, rompió a llover con fuerza, así que desate la tienda y me coloque debajo de un cobertizo cubierto para hacer picnics, y allí me senté realizando llamadas telefónicas esperando que escampase un poco para acampar.
Lunes, día seis de viaje, un regreso ¿aburrido?
Aunque la noche la pasé relativamente bien, por la mañana estuvo lloviendo bastante hasta bastante tarde, ¿cómo no?.
Así que para variar salí muy tarde del camping y me dirigí a Chaves para comer algo rápido.
Entre lo tarde que salí del camping y que pare a comer, entre pitos y flautas eran las 14h y todavía me encontraba en Portugal, y el objetivo del día era regresar a mi casa lo “más rápidamente posible”, no sabía si llegaría a las cuatro de la madrugada, pero fuese a la hora que fuese la siguiente noche la pasaría en mi camita.
Para llegar a España tuve que pasar por un pequeño tramo de autovía portuguesa, cosa que hice bastante acongojado, porque no tengo la moto registrada en el sistema, y aunque pase únicamente por debajo de un arco (que suponían 0’33€), está el acongojamiento de que pueda llegar alguna sanción bastante más elevada que eso, sea como fuere a los pocos kilómetros observo que las señales de indicación en la autovía ya son las típicas españolas, ya estamos en España, ya solo me faltan unos 860 km hasta casa.
Kilómetros que iba a recorrer por aburrovía tratando que fuesen un mero trámite que pasase lo antes posible, pero que en esta ocasión no iba a ser en el fondo tan aburrida como esperaba.
Apenas llevaba circulando veinte o treinta minutos por la autovía de las Rías Baixas dirección Benavente, observo “miraaa, qué bonito, veo nieve a lo lejos en lo alto de las montañas”, pero a los pero a los 5 minutos, “mira qué bonito, si hay nieve a mi misma altura, al otro lado del valle”; para menos de cinco minutos después “anda, pero si lo que me está cayendo no es lluvia, si me está nevando encima”, en esto que entre en un túnel y en cuanto vislumbré la salida se veía que estaba cayendo la monumental y yo iba de cabeza.
Afortunadamente eso sólo duró minutos, apenas diez minutos después ya estaba despejando y no hubo más amenaza de nieve.
Así que no hubo mucho más historia que la que supone la típica bajada por la aburrovía de la Plata, aproximadamente 1/3 de los repostajes de todo el viaje fueron ese lunes de bajada al sur, porque en Portugal haciendo la N2 el ritmo era muy bajo y los consumos más bien ridículos, pero manteniendo un crucero sostenido de estoo ejem, digamos que de 50/60/70 kmh con postcombustión activada, el motor de mi gatita rugía como una tigresa al acariciarle la oreja, pero la autonomía se acortaba notablemente.
Por cierto, comentaros que las diferencias de precio del combustible con Portugal ya no son las que eran, no porque ellos hayan bajado mucho de precio, sino por lo mucho que hemos subido mientras ellos han cambiado poco o nada, así por ejemplo el último repostaje en Portugal fué mas barato por litro que el primero de España.
Finalmente llegué a Sevilla ya por la noche y su “adorable puente”, cogí la autopista AP4 (ahora ya por fin gratuita) dirección Cádiz, con la preocupación de si el tanque de combustible alcanzaría para llegar a casa o tenía que hacer un nuevo repostaje en una de las dos estaciones de servicio que hay en la autopista, finalmente valorando la información de distancia del GPS y la estimación de autonomía del ordenador de la moto opté por no parar, puesto que me daba margen y además el recorrido final sería ya fuera de autopista por lo que los últimos kilómetros el consumo sería mínimo.
Y efectivamente así fue, llegué a casa a las 23:30h con una estimación de autonomía restante de 46 km, misión cumplida, me espera la ducha, sopita caliente y mi camita con “la satisfacción del deber cumplido” y una gran experiencia en la saca.
Detalle del sofisticado sistema Hi-Tech para aislar los calcetines de las botas mojadas.
Salu2 en V´sss
, allá en lo alto de los picos 
de las montañas 