Ahí va el ladrillo, rasilla, capa de compresión y tejas.
El viernes por la tarde, con el recuerdo de la última salida Orihuela-Torrevieja-San Pedro del Pinatar, ya tenía la mochila preparada con lo mínimo para pasar la noche del sábado fuera.
El sábado amaneció despejado, chaqueta y pantalones con sus respectivos forros, una camiseta y un jersey que pensaba llevar en la mochila pero que decidí llevar puesto para quitármelo cuando apretara el calor (que equivocado estaba), salí rumbo a Caravaca desde Murcia sobre las 9:00 de la mañana.
Este primer tramo, algo aburrido me bastó para darme cuenta de que había metido la pata con la ropa que llevaba, me faltaba abrigo. En la mochila llevaba un par de camisetas y unos vaqueros, así que no podía hacer mucho. Antes de salir de la C-415, junto a Caravaca, paré a tomar un café para entrar en calor, llenar depósito y aproveché para comprar un periódico con su suplemento que me acompañó el resto de jornada metido en el pecho.
Hasta aquí bastante aburrido, autovía y frío. Una vez terminada la autovía tomé la C-330 hasta la Puebla de Don Fadrique, pensaba que no existían rectas de tal longitud, aunque en este tramo el paisaje me empezaba a parecer atractivo, a la izquierda una pequeña meseta con la Sierra de María al fondo durante este tramo, en el que seguía pasando algo de frío.
La segunda parada la hice en La Puebla de Don Fadrique, hasta este punto pensaba que iba bien de tiempo para llegar a comer a Jaén, me di una pequeña vuelta por el pueblo (sin bajar de la moto) y tomé dirección Santiago de la Espada por la A-317 que no dejé hasta pasar Hornos.
Aquí empezó lo bueno, el frío me daba igual porque la carretera de montaña muy estrecha pero con buen asfalto, el paisaje y ver que esto empezaba a ser como me lo había imaginado no tenía precio (sólo pendiente de algunas piedras desprendidas que aparecían de vez en cuando).
Antes de coronar el Puerto del Pinar, me topé con un pastor y su rebaño ocupando la carretera, antes, esto sólo me había pasado en mi época de ciclista y me costaba que se apartaran las ovejas, ahora los TOR se encargaban de abrir camino 50 metros por delante de mi. Al pasar junto al pastor me saludó con la mano y la vara como si el paisano fuese un motero de toda la vida.

La bajada igual de espectacular que la subida, con nieve en las umbrías.

A estas alturas ya sospechaba que iba mal de tiempo para llegar a comer, por lo que suspendí las visitas a pueblos de la ruta y un pequeño desvío a unas secuoyas a las que se llega por la A-4301.
A la entrada de Santiago de la Espada reposté de nuevo y carretera, ya más ancha, dirección Hornos.

Antes de Pontones hay un pequeño desvío por el que se llega al nacimiento del río Segura.
A partir de Pontones, la carretera es de mejor calidad, con un vallado de madera a los lados y bastante ancha hasta Hornos.



Pasado Hornos, tomé la A-319 dirección Tranco, carretera desde la que se tienen unas bonitas vistas del embalse a la izquierda. Justo a la altura de la presa del embalse, en lugar de cruzarla, tomé la A-6202 dirección Villanueva del Arzobispo, paisaje en el que comenzaron a aparecer los olivares y almazaras típicas de esta tierra. A partir de aquí la N-322 dirección Jaén pasando junto a Úbeda y Baeza, parando en Torreperogil a repostar una vez más.
En Jaén a las 15:00 horas, a comer, conocer a mi sobrino Mario y pasar un rato con la familia.
Sobre las 18:00 salí dirección Granada por la A-44, donde me sorprendió la cantidad de mosquitos para esta época del año.
Una parada en un sprinter para comprar un forro polar para el día siguiente, una visita a unos buenos amigos en Granada y a descansar. El cuñado de mi amigo Carlos probó la bonneville y se quedó aluzinado del comportamiento de la bicilíndrica.
La última parte del trayecto, desde Villanueva del Arzobispo hasta Granada, junto con la primera desde Murcia hasta Caravaca fueron las menos atractivas. Pero la recompensa del tramo intermedio mereció la pena con creces.
El domingo a las 10 de la mañana en ruta por la A-44 dirección Padul donde había quedado con Mateo, desde aquí salimos junto por la antigua N-323 dirección Motril, tomando la salida de Lanjarón para empezar la A-348 y recorrerla en su totalidad, juntos hasta Cádiar donde nos tomamos unas tapas y nos despedimos hasta la próxima. Mateo, motero de toda la vida, rodaba al 25% y yo detrás a mi ritmo tan contento. Él también probó la bonniata y le llamó la atención el tirón que tenía, los desarrollos tan largos de las marchas y el buen comportamiento a bajas revoluciones.

De Notáez me comentó Mateo que es un pequeño pueblo, con un bar que hace las veces de colegio, bar, centro social...
Decir que esta carretera, A-348 merece la pena realizarla de principio a fin, por vistas y calidad de la carretera. Una vista de Sierra Nevada, cara Sur.

En Benahadux, tomé dirección Guadix por la A-92, un pequeño tramo hasta la salida en dirección Tabernas y Sorbas por la N-340.
El paisaje del desierto de Tabernas es estremecedor, parece mentira que a 150 km nieve normalmente todos los inviernos. Hasta los eucaliptos, plantados para intentar frenar al desierto, estaban secos.
Después rectas infinitas.

Pasé por la puerta del miniholiwood, el circuito de velocidad y un restaurante que me llamó, y me tuve que comer un buen plato de trigo irresistible, buenísimo (ya venía yo dándole vueltas a la posibilidad de parar en casa Adelina en Turre, pero se me quedaba muy lejos). Justo antes de Sorbas la carretera empieza a alegrarse con algunas curvas, ya que hasta entonces las rectas son algo aburridas.

La N-340 enlaza con la A-7 que tomé dirección Murcia (sólo para despistar durante 35 km), hasta la salida dirección Águilas por la A-332, al pasar junto a San Juan de los Terreros no pude evitar llegar hasta la arena.

Cuanto llegué a Águilas tomé dirección Lorca-Murcia por la C-3211 (sólo 15 km, también para despistar), dudé si tomar la N-332-2, ya que iba mal de gasolina, y no tenía seguridad de que hubiese gasolinera hasta Mazarrón, calculaba que llegaba justo pero no quería arriesgarme, finalmente paré a un gentil enlatado que me dijo que sin problema, que en Ramonete había una gasolinera que no cerraba los domingos, así que adelante, menos mal, que carretera, me encantó, salvo una pequeña sorpresa en un cambio de rasante en el que la carretera desaparecía 90º a la derecha, por lo demás muy bien.

Todo este tramo me encantó también por carretera y paisaje hasta Los Ruices, punto en el que me salí dirección Las Palas-Fuente Álamo (con sus lechugas) y Corvera, para atraveser finalmente el puerto de la cadena hasta casita.

Como conclusión, IMPRESIONANTE, especialmente A317, A348 y la N-332.
Como siempre, hay que intentar mejorar, para el próximo me organizaré con más holgura de tiempo (o más días o menos km) para poder parar más a disfrutar de los paisajes y gentes de los lugares por los que vamos pasando, y lo anunciaré con más antelación por si se apunta alguién, que esta vez pensabais que no iba en serio.
Saludos a todos, espero os sea útil la información.