Día 18 Agosto Bloemfontein – Maseru
Lesotho, el país donde nunca estuvimos
Abandonamos el acogedor Guesshouse con un desayuno potente de esos que nos enchufamos por aquí, y la primera parada, sin salir de la ciudad nos lleva hasta la otra esquina a visitar
Free State Botanical Garden, vamos el Jardín Botánico de Free State, que es como se llama esta provincia del Norte, recordad que aquí se está acabando el invierno, por lo que no es el mejor momento para visitar este tipo de lugares, aun así dada la tranquilidad reinante y la variedad de plantas que se pueden observar merece la pena dedicarle parte de la mañana, además hoy con una tiradita de apenas 170 kilómetros nos lo podíamos permitir. Dejamos en el parking todo, ya totalmente despreocupados por las experiencias vividas, bueno todo, todo tampoco
Posteriormente nos vamos hacia Lesotho, y la carretera comienza a coger altura, nuestro primer destino Maseru, capital del país
Nos habían desaconsejado el país, por estar escasamente civilizado, tener otra moneda diferente, otro idioma diferente y gente diferente en general, pero ¿no es eso lo que buscas cuando viajas?? Hentie, el que nos alquiló la moto, nos recomendó pasar ligero y sin dar mucho el cante por los pueblos de Lesotho, ya que los niños tenían la afición de tirar piedras a los moteros, comprobamos que era una exageración, y la gente era tan amable como en el país vecino, pero siempre íbamos pendientes
Situémonos un poco,
Lesotho es un pequeño país enclavado dentro de Sudafrica, con poco más de 50 años de independencia, antiguamente era conocido como Basutolandia, y se trata de una monarquía parlamentaria constitucional, vamos como la nuestra
, pobres desgraciados
, perteneciente a lo Commonwealth, o sea que la reina Queen es la que manda a última hora
como en toda casa de vecino.
Se trata de un país montañoso, de hecho es el país del mundo con la altitud más baja más elevada
, pensadlo dos veces
os lo pongo de otra forma: es el país con la cota inferior más alta del mundo, por ello es conocido como el “Reino en el Cielo” y como nota que nos llamó mucho la atención, un 60% de la población femenina que vive en las ciudades de entre 15 y 40 años tiene el SIDA, problema que intentan solucionar poniendo a disposición de toda la población condones gratuitos por todos los sitios, pero creo que necesitan educación al respecto también ya que el acceso a los profilácticos es fácil pero las cifras de contagios no bajan. Otra curiosidad es que, si es cierto lo que se dice de los penes de los autóctonos
, es probable que los condones ofrecidos no les sirvieran nada más que para lanzarlos llenos de agua en días festivos
Una vez superada la frontera y su descontrol, llegamos rápidamente a una ciudad en toda regla, podría tratarse de cualquier city europea, si no fuera por los cuatro kilómetros de puestos que nos acompañan al paso a ambos lados de la carretera, es un mercado al aire libre enorme, hasta donde alcanza la vista por los laterales, casetas de hojalata en las que lo mismo te preparan una comida, que te peinan, te afeitan y despiojan, o te venden unos Levi’s, o zapatos de segunda mano, o cualquier cosa que te puedas imaginar.
El bullicio es tremendo y las calles están abarrotadas, los taxistas no dejan de hacer sonar el claxon, y eso sí, como en cualquier otro sitio, se cruzan constantemente sin usar los intermitentes, y claxon, y más claxon, luego nos enteramos que era una manera de avisar que iban, que venían, que estaban libres, que estaban ocupados, que iban a parar, que iban a arrancar
…. En fin caos, caos y caos, todo nos llama la atención
Encontramos el alojamiento y tras cambiarnos, nos decidimos, tras unos momentos de duda cierto es, a hacer una incursión por las abarrotadas calles de Maseru, en las que por cierto no hemos visto ni un solo blanquito
Habéis pasado alguna vez por un Zoco Árabe en hora punta? Habéis sido capaces de dar dos pasos sin que uno u otro se os abalance intentando vender algo, ofrecer algo, robar algo? Y no hace falta irse muy lejos, en el mercadillo de los jueves de mi pueblo pasa, son sitios que me agobian por la insistencia de los vendedores, que piensan que el más pesado va a vender más. Pues aquí nada que ver,
todo el mundo a lo suyo, indudablemente llamábamos la atención y nos miraba mucha gente, sobre todo los niños se quedaban mirando a Jaco y su pelo rojo (La dama con la cabeza de fuego
) pero quitando alguna sonrisa que nos destinaban o un “change please” que nunca falta la inmersión en el África negra fue muy satisfactoria, los olores de las especias, el ambiente del mercado, vivirlo desde dentro, la sensación de que eres un bicho raro, ni mejor ni peor, pero sí distinto, aquí ellos marcan la norma y tú eres el extraño, sin embargo, no te hacen sentirte mal, como sí pasa en Europa con el diferente, y no hablo sólo de color de piel, peinado, vestimenta, sexualidad, … cualquier excusa nos vale, para mí viajar te sirve para esto, aceptar a los diferentes, empatizar con otras culturas, lleven hiyad, gorra béisbol o Txapela
Lo que sí habíamos leído es que el agua corriente de todo el país no era muy potable, para blanquitos de estómagos delicados, así que para los preparados (cafe o té) que nos hacíamos tocaba hervir el agua varias veces, en cuanto a comer fuera, todo lo fresco lo teníamos vetado y nos decidimos por un exquisito pollo piri-piri con un buen toque picante
y para mojarlo vino blanco para ella
y cerveza local “Maluti” para el caballero
, el orgullo de Lesotho, junto a los gorros típicos que aparecen en la bandera, de la que no pudimos conseguir pegatina para nuestra colección
y en las matrículas, el que la lleva, porque nos encontramos a cantidad de vehículos que no llevaban.
El regreso en taxi local apoteósico
, el artista no conocía la dirección y yo le tenía que indicar, ya conozco Maseru como mi barrio, creo que éramos sus primeros clientes, primero echó a una joven que tenía en el asiento del copiloto, cada dos por tres paraba a charlar con los colegas y aunque no entendemos el sesotho, idioma local, creo que en la conversación se nos mencionaba
, el claxon constantemente sonando y vi peligrar mi vida más por su conducción que por cualquier otro motivo a lo largo del viaje. El precio pactado de antemano se cumplió, y sí aceptaba Rands, al igual que en todos los sitios, con el cambio uno a uno por su moneda local.
Amenaza tormenta y los planes para el día siguiente se van a ver afectados como caiga agua… esperaremos a la mañana para decidir…