"Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2, 3, 4.

Foro para vuestras vivencias en moto, los viajes, rutas que habéis hecho o cualquier otro relato.
Responder
pate
Triumphero Maestro
Triumphero Maestro
Mensajes: 1729
Registrado: 03 Oct 2004, 00:00
19
Moto:: Bonneville T120 Ace
Ubicación: Pamplona (Reyno de Navarra)
Has vote: 1 time
Been voted: 24 times

"Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2, 3, 4.

Mensaje por pate »

<<Una vez más "Snake", pegó un moco en debajo del mostrador. Hacía ya seis meses que trabajaba en la "Old Baker Company" y lo mas que había conseguido era deslomarse en la descarga de sacos de harina. Solía acercarse al mostrador siempre a la misma hora, cuando aparecía la rubia tetona que trabajaba en el dinner de la calle 46. Un pan de cuarto de libra, y dos rosquillas bañadas en jalea conformaban el pedido habitual. Él se lo servía en la misma bolsa de papel donde aparecía sonriente un gordito con gorro y delantal a rayas rojas y blancas, con aquella estúpida sonrisa.

Sesenta centavos. Ese era el precio. Ella lo dejaba en el mostrador mientras él miraba sus largas uñas rojas. En el camino a las manos se detenía descaradamente en las tetas de la mujer. Ambas cosas las tenía perfectas. Sabedora de las lascivas miradas de Snake, se entretenía a propósito en la tienda.

Snake no era un tipo tímido. Nunca lo fue. Pero aquella rubia llamada Ashley, le perturbaba. Nunca había estado enamorado, eso era indiscutible, para él las mujeres eran, y mas a finales de los sesenta, un mero divertimento y una vía de escape de la rabia interior que le corroía. Practicar sexo con ellas, le relajaba. Cuando terminaba con ellas, solía charlar en un tono amigable, algo que causaba sorpresa en las chicas. Hasta ese instante se mostraba rudo y desafiante. Les contaba sus sueños, que no iban mas allá que la ansiada búsqueda de la "libertad". En cambio Ashley era una espina clavada en su larga lista de compañeras de cama.

Aquella madrugada había decidido entablar conversación con la rubia. Si todo iba bien incluso se planteaba una cita con ella. Aquellos enormes pechos le atraían lo suficiente como para intentarlo. Conocía a la perfección que ella frecuentaba un tipo casado. Un tirillas de traje, al parecer nuevo rico, con mala fama, como todos los "spaguetis" de la zona. Este no parecía tener vínculos con las bandas mafiosas, sino mas bien un prospero negocio de compra venta de acero al por mayor. Les había visto alguna vez subirse a un Mercedes 280 de color blanco inmaculado y marcharse entre risas, e incluso un amanecer les estuvo espiando a lo lejos, mientras ellos copulaban en el descampado detrás del convento de monjas. Fue aquel día cuando decidió que la rubia tenía que ser suya. Le ponían las mujeres que chillaban al llegar al orgasmo.

Le preguntó si aquella tarde tenía un rato libre. Ella puso cara de sorpresa, pero sabía perfectamente que ese momento llegaría tarde o temprano. Se hizo la remolona, y le dijo que tenía cita con un amigo para ir a la bolera. Él no se sintió ofendido en absoluto. Le dijo que si cambiaba de opinión, fuera a la panadería y que dejara recado, que allí le localizarían.

Snake acabó el turno a las siete de la mañana. Hacía un día esplendido y en lugar de ir a casa y tumbarse a dormir, fue directo al surtidor de gasolina. Compró un galón de gasolina que puso cuidadosamente en una lata de aceite Exxon, pasó por la tienda de Samuel, el simpático judío que no cerraba nunca y se hizo con una caja de cerillas y un paquete de Camel. Caminó despacio calle abajo, donde el parque estaba rodeado de lujosas mansiones.

Seis horas mas tarde, Snake dormía profundamente, cuando sonó el teléfono. Oyó como su madre lo cogía y colgaba al poco, diciendo, "yo se lo digo, no se preocupe". Abrió la puerta del cuartucho y a grito pelado le hizo saber que habían llamado del trabajo para que supiera que tenían un recado para él. Media hora mas tarde, salía sonriendo de la "Old", con una cita con la rubia y un día libre. Al parecer al amigo de ella le había surgido un imprevisto. Alguien había incendiado su flamante coche y estaba ocupado molestando a la policía, a la fiscal del distrito que era prima suya, aunque ella estaba segura de tan solo era otra amante, y siguiendo el rastro del delito a partir de una lata de aceite chamuscada que había aparecido en el lugar del siniestro.

Necesitaba un coche. No podía presentarse a recogerla en bicicleta. A sus 35 años no había tenido coche propio todavía. Solía usar el de algún amigo, o dado el caso, robaba alguno que después abandonaba en el descampado del convento. Esa tarde robaría uno, un Mustang. Era el coche que le gustaba, y no hacía caso a quién decía que era un Ford Falcon con otra carrocería. Y es que el Falcon era el coche de las secretarias.
A él le gustaba y eso ya era suficiente. Sabía de uno que pertenecía a una mujer emperifollada y que solía estar aparcado cerca de los juzgados. Fue allí y el coche estaba donde acostumbraba. Debajo del magnolio que le proporcionaba sombra. En pocos minutos estuvo a su lado. Sacó la barra de metal y forzó la cerradura. Tal y como le había enseñado su padre años atrás. No es que fuera algo nuevo para él, pero le excitaba robar coches. Y solo de pensar que en aquellos asientos de cuero rojo se iba a tirar a la rubia, su excitación aumentaba exponencialmente. Un momento mas tarde el vehículo arrancaba y él salía suavemente para no llamar la atención. Media hora mas tarde, ya tenía las matriculas de un Plymouth que había elegido por que terminaban en 46, la calle donde Ashley trabajaba. En el fondo era un sentimental.

Faltaba poco para la cita y había decidido asearse un poco. En casa nadie se extraño de que apareciera con el Mustang. Daban por supuesto que era robado y ver a Snake ducharse por segunda vez en el día, era el síntoma mas evidente de que tenía una cita.>>


To be continued.......of course.


Paté
Última edición por pate el 13 Ago 2011, 18:17, editado 4 veces en total.
Era tan bello el instante, que para detenerlo, sólo quedaba una opción.......el silencio.
Humphrey
Administrador
Administrador
Mensajes: 17214
Registrado: 22 Sep 2003, 02:00
20
Moto:: Una negra
Ubicación: Errenteria
Has vote: 12 times
Been voted: 53 times

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo.

Mensaje por Humphrey »

Empezaba a echar de menos tus historias... :XX:
ImagenImagen
xavikoala
Mastermind V Aniversario
Mastermind V Aniversario
Mensajes: 24301
Registrado: 28 Ago 2006, 16:32
17
Moto:: La Naranja Mecanica.
Ubicación: Manacor, Mallorca

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo.

Mensaje por xavikoala »

Gracias Pate!
Full de Negros Chinos.
perrero
COLABORADOR
COLABORADOR
Mensajes: 668
Registrado: 25 Oct 2008, 17:50
15
Moto:: LA MOTO

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo.

Mensaje por perrero »

Esperando la continiuacion.........gracias!! :XX: :XX:
Imagen
PROANGY
COLABORADORA
COLABORADORA
Mensajes: 5761
Registrado: 26 Ene 2009, 21:45
15
Moto:: ---
Ubicación: Sevilla

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo.

Mensaje por PROANGY »

¡ Gracias por seguir con tus relatos...!!

Esperando el siguiente capítulo... :hola:
Imagen

???????
Mulder
Triumphero Acuatico
Triumphero Acuatico
Mensajes: 15079
Registrado: 19 May 2005, 10:42
18
Moto:: Una Rubia
Ubicación: Malaga
Contactar:

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo.

Mensaje por Mulder »

esperando el próximo!
Vivimos para intentar sobrevivir a los errores de los demás (NavIT)
Hasta los huevos de tanto tikismikis
pate
Triumphero Maestro
Triumphero Maestro
Mensajes: 1729
Registrado: 03 Oct 2004, 00:00
19
Moto:: Bonneville T120 Ace
Ubicación: Pamplona (Reyno de Navarra)
Has vote: 1 time
Been voted: 24 times

Re: "Aquel maldito calor". Capítulo 1º.

Mensaje por pate »

<<Pronto llegarían las ocho. Recogería a la chica y la llevaría a cenar a un sitio elegante. Le habían hablado bien de un local francés muy chic. El propietario era español y los empleados espaldas mojadas que trabajaban en la clandestinidad. Que entre sus habituales parroquianos se hallarán las mas celebres personalidades de la ciudad, no hacía sino reforzar la creencia de que era un sitio apropiado. Mas tarde tenía pensado tomar unas copas en la Main Avenue para pasar a la acción carnal a continuación.

A determinada edad uno debería saber que casi nunca los planes se cumplen como uno prevé. Para empezar, la rubia no estaba preparada a las ocho. Ni a las nueve. Con un poco de suerte el local estaría abierto cuando llegaran. Vio aparecer a Ashley con una vestimenta bastante alejada de la que él había imaginado. Llevaba un pantalón tejano muy estrecho y una blusa abotonada hasta el cuello que no dejaba ver absolutamente nada de su escote. Los zapatos de tacón eran negros y tenían u ridículo lazo de terciopelo. Fue a besarle cuando le abrió la puerta del Mustang y ella demostró ser muy habilidosa esquivando besos que no le apetecían. La espera y el desaire habían empezado a irritar a Snake. No tanto como cuando llegaron al restaurante y el fulano que atendía la recepción les miró con cara de estupor.

Al parecer no había mesa. Al menos, no para ellos. Cuando Snake alzó el tono de voz exigiendo una mesa, las cosas empezaron a complicarse. Él no se había duchado y afeitado para recibir un "no" por respuesta. Las cosas empeoraban cada minuto que transcurría, hasta que apareció el dueño. Resultó ser un amigo del tirillas que se trajinaba a la rubia. Tuvieron mesa en el acto, además una buena mesa. Lo que no le hizo tanta gracia a Snake fue tener que compartirla con el propietario. Al parecer era "muy gracioso", según Ashley. Contaba historias de su tierra natal, donde según él, había hombres que levantaban pesadas piedras, cortaban troncos, jugaban a pegarle con la mano a una durísima pelota contra una enorme pared y apostaban que pareja de bueyes eran capaces de arrastrar pesadas cargas. Era absurdo.

Se sintió desplazado y para calmarse fue al lavabo. Allí estaba el recepcionista, que al verle entrar tiró por la taza un cigarrillo de marihuana, mientras carraspeaba y se ajustaba la corbata. Sin mediar palabra Snake le pego un puñetazo en el estómago. El hombre cayó de bruces contra el suelo. Era el precio, escaso según su parecer, que debía pagar por haberle menospreciado. Acto seguido le meó encima.

Cuando llegó a la mesa, cogió bruscamente a la mujer, que se sobresaltó. Le apremió a marcharse y eso disgustó bastante a la chica. Tampoco gustó mucho al español la educación, o mejor dicho, la falta de ella de la que hizo gala Snake, pero se mantuvo al margen. No quería mas problemas que los imprescindibles.

En el trayecto al coche, Ashley se confesó un poco mareada. Había bebido un vino de la tierra del hombre, y estaba pasandole factura. Era un buen vino y bebió demasiado. Es que le gustaban las cosas buenas, y consciente de que el sueldo y propinas de una camarera no se las podían proporcionar, utilizaba con habilidad los recursos que le había otorgado la naturaleza. Snake era una excepción. Le sabía un fracasado, sabía que con él, lo único cierto era que encontraría problemas de toda índole, pero había algo en el tipo que le atraía. Y no era la fama que le precedía por el apodo con el que era conocido. Si escondía una serpiente entre las piernas, no tardaría en averiguarlo.

Antes de recoger el coche, tomaron varias copas más. En uno de los bares se comentaba lo del incendió provocado de un Mercedes blanco y lo del robo del coche de la fiscal del distrito. Robar el coche de la fiscal no era una buena noticia. La policía estaría alerta y buscaría el Mustang sin descanso. La rubia estaba completamente beoda. A estas alturas no se sostenía en pie y descartó de inmediato terminar la noche entre los gritos de pasión de la chica. La llevaría a casa y desahogaría su frustración con las putas del barrio chino.

Al ir a recoger el coche, vio en la distancia que el vehículo estaba rodeado de policías. Paró un taxi, metió a la rubia dentro y la mandó para su casa. Él fue andando hacía el barrio chino y en el camino pasó por delante de la "Old" donde debería estar trabajando. Había malgastado un día de vacaciones para nada. A la altura del local apareció por sorpresa de entre los autos aparcados, la vieja Marion. Era la septuagenaria madre de su jefe. Fue junto a su difunto marido la fundadora de un pequeño despacho de pan, que con el paso del tiempo se convirtió en una de las panificadoras mas grandes del estado.

La vieja se conservaba estupendamente. Hacía gala de su sangre irlandesa para justificar su ímpetu y sus ganas de vivir. Snake le parecía el perfecto canalla, vago e inútil. Un rufián capaz de vender a su madre por un puñado de dinero. Descortés, maleducado, dejado y sucio. Todo lo contrario que su hijo. Por eso la vieja solía fantasear con él. No soportaba que su hijo le hubiera engañado para quedarse el próspero negocio familiar. Snake representaba la perfecta venganza. A su edad estaba segura de poder satisfacerle en muchos aspectos, incluido el carnal.

La borrachera que Snake llevaba encima, actuó de inesperada cómplice. No tardó mucho la anciana en abrirse de piernas para el muchacho. Él se portó como un perfecto gigoló, satisfizo tres veces a la vieja, que para su sorpresa también chillaba al alcanzar el éxtasis. Mas tarde recordaría vagamente el episodio cada vez que Marion le sonreía malévola. La vieja comenzó a frecuentar asiduamente el negocio y Snake debió reconocer que, lejos de molestarle, le proporcionaba una quietud y una paz extrañas en él. Follaban como posesos. También le llenaba de satisfacción que de pronto le hubieran subido el salario y le hubieran destinado a un trabajo menos penoso que el de acarrear sacos de 80 libras de harina.

Ashley se dejaba ver a la misma hora que de costumbre. Provocaba del mismo modo, pero no conseguía los mismos efectos. Él, incluso, no salía a atenderle cotidianamente. La irritada ahora era ella. Nadie, y menos un matón de poca monta, osaba menospreciarla. Además desde el jaleo del incendio del coche del italiano, este no le llamaba tan a menudo. Al parecer se consolaba con la fiscal, que casualmente tenía el mismo coche, del mismo color, que Snake la noche de la cita.

Una noche, entrada la madrugada, Marion y Snake estaban copulando en el despacho del jefe. Ella desnuda encima del escritorio y él con los pantalones del trabajo por los tobillos. En ese instante apareció el hijo de la mujer y les sorprendió en pleno acto. Su sorpresa fue aún mayor cuando la madre le dijo que esperará fuera a que terminaran lo que habían empezado, mientras Snake aceleraba sus movimientos y llegaba al espasmo final.

Lo que pasó después, es digno de otra historia>>


Seguiremos....

Paté.
Era tan bello el instante, que para detenerlo, sólo quedaba una opción.......el silencio.
jfkmac
Por mucho que escribas, no pillarás a Jaume
Por mucho que escribas, no pillarás a Jaume
Mensajes: 9687
Registrado: 15 Ago 2009, 15:42
14
Moto:: En mente .
Ubicación: Toledo

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo.

Mensaje por jfkmac »

Espero pases un buen verano , yo espero que saquen la película :*



:XX: :XX: :XX: :XX: :XX: :XX: :XX:
Imagen

Adios a la camiseta

MENCEY espero tu vuelta
xavikoala
Mastermind V Aniversario
Mastermind V Aniversario
Mensajes: 24301
Registrado: 28 Ago 2006, 16:32
17
Moto:: La Naranja Mecanica.
Ubicación: Manacor, Mallorca

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1.

Mensaje por xavikoala »

:plas: :plas: :plas: :plas: :plas:
Full de Negros Chinos.
Humphrey
Administrador
Administrador
Mensajes: 17214
Registrado: 22 Sep 2003, 02:00
20
Moto:: Una negra
Ubicación: Errenteria
Has vote: 12 times
Been voted: 53 times

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1.

Mensaje por Humphrey »

Aquí seguimos... :plas:
ImagenImagen
PROANGY
COLABORADORA
COLABORADORA
Mensajes: 5761
Registrado: 26 Ene 2009, 21:45
15
Moto:: ---
Ubicación: Sevilla

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1.

Mensaje por PROANGY »

:=

:popcorn:
Imagen

???????
Triply
Por mucho que escribas, no pillarás a Jaume
Por mucho que escribas, no pillarás a Jaume
Mensajes: 9819
Registrado: 05 Nov 2005, 11:22
18
Moto:: Bonnie SE Tiger Spor
Ubicación: Viladecans, Barcelona
Has vote: 2 times
Been voted: 2 times

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1.

Mensaje por Triply »

:plas: :plas: :plas: :popcorn: :popcorn: :popcorn:
But my smile, still, stays on

Cuatro ruedas transportan el cuerpo, dos mueven el alma

Mistakes are the portals of discovery
pate
Triumphero Maestro
Triumphero Maestro
Mensajes: 1729
Registrado: 03 Oct 2004, 00:00
19
Moto:: Bonneville T120 Ace
Ubicación: Pamplona (Reyno de Navarra)
Has vote: 1 time
Been voted: 24 times

Re: "Aquel maldito calor". Capítulo 2.

Mensaje por pate »

<<El hijo de Marion aguardaba impaciente en el rellano de "su" despacho. Tenía ganas de enfrentarse cara a cara al individuo despreciable que estaba tirándose a su madre. Minutos mas tarde el ansia que ahora tenía, hubiese no deseado tenerla. Cuando aparecieron Snake y Marion, esta última en todo su esplendor y con una sonrisa aviesa en su boca, de desató el caos.

El hombre desenfundó una pistola, e hizo ademán de apuntar a Snake, mientras su madre, presa de pánico, gritaba "no,no,no". Digo, hizo ademán, por que tan solo quedo en eso. Snake se había criado en barrios obreros, alejado de toda norma de conducta responsable, adolescente cometió su primer robo, al que siguieron muchos mas, correccionales, cárcel y condenas, formaban parte de su existencia.

Ya en el primer amago de apuntarle, Snake le cogió de la muñeca, se la retorció hasta dislocarle el codo, le propino una patada en el estómago, y un certero empujón le hizo caer por el hueco de la escalera que llevaba a la sala de amasado de rosquillas, panqueques y plum-cakes. Sobra decir que en la caída se produjeron mas lesiones. Las mas significativas fueron, desgarro de oreja, nariz partida, lo cual iba a ser un fastidio para poder usar las gafas que usaba habitualmente, y fractura de tobillo.

Ahora es cuando el hombre pensaba que hubiese sido mejor idea luchar en su terreno. Un terreno de abogados, demandas judiciales y prolongados juicios. Ya no tenía remedio el asunto. Jamás volvería a desenfundar la Beretta75. Bueno, aunque lo hubiese deseado, no podría. El arma se hallaba desde hacía unos instantes en la cintura de Snake.

Marion tuvo la decencia de vestirse. Ya no mostraba su, digamos, cuerpo espléndido de septuagenaria a la vista de todos. Hay que reconocer que el hecho de ser una mujer oronda, disimulaba en parte la flacidez propia de una mujer de su edad. Ella y Snake, con tan solo mirarse, supieron que esa ciudad ya no era un buen lugar para vivir. Una vez serenados, fueron a recoger sus pertenencias. Las de Snake apenas ocupaban un hatillo minúsculo, las de Marion un poco mas, pero sabía ser una mujer practica, y en una huida precipitada, saber distinguir lo superfluo de lo necesario, mas.

A lo que no renunciaron, fue al Lincoln Continetal de ella. Un precioso coche color crema, elegante y suave. No obstante, en un par de días lo venderían y comprarían otro. Un Mustang, claro está.

Fue a doscientas millas de allí cuando hicieron el trueque. Un Mustang nuevecito Hatchback de color verde botella. Celebrando la compra, y después de desfogarse en el Motel, Marion se quedo descansando, no se sentía del todo bien. Fatiga, supuso. Snake fue a rodar con el muscle car. Acabó en los bajos fondos, era un destino obvio. Allí bebió cerveza, se tiró a una puta en los lavabos, que no daba crédito a las dimensiones de su entrepierna, y eso que era una de las furcias mas expertas, y coincidencias del destino, topo con un antiguo recluso del penal donde él cumplió condena por allanamiento y destrucción de bienes privados.

El tipo en cuestión, se hacía llamar Denis LeBoeuf, era un negro inmenso de New Orleans, y cumplió pena de 20 años, por utilizar dinamita para pescar. El hecho delictivo no acarreaba dicha pena. No obstante, ser negro, no muy inteligente, y haber tirado un cartucho de TNT hacía el coche de policía que le perseguía, con el resultado de sordera permanente para el agente que lo conducía, se tradujo en dicha condena.

No habían sido muy habituales en presidio, pero se tenían cierta simpatía. LeBoeuf le proporcionaba Bourbon, y Snake revistas pornográficas. Un trueque habitual en los penales. La noche del reencuentro, terminaron borrachos, y durmieron la mona en un callejón, de donde fueron expulsados al amanecer, por una china, cocinera de un tugurio cercano.

La próxima noche se volverían a ver. Snake necesitaba de su ayuda, para llevar a cabo un plan. Un plan que había ideado con Marion. Simplemente se trataba de desvalijar la caja fuerte de su hijo, donde según ella, se guardaban millones de dólares, y que el muy canalla, tenía escondida en la panteón familiar, en el cementerio. Un lugar donde nadie en su sano juicio iría a robar nada. Ahora todo encajaba, la fama de hombre piadoso y religioso que tenía, sus continuas visitas al cementerio con enormes ramos de flores, eran tan solo una tapadera.

Marion se seguía encontrando indispuesta. Cuando Snake fue a recepeción para que pidieran un médico, el encargado no presto mucha atención. Prefería seguir atento al boletín de apuestas hípicas, cigarrillo en mano. Fue entonces cuando Snake perdió los nervios, cuando el hombre, que seguía sin mirarle, se encendió otro cigarrillo. Snake tiró de una patada la puerta de la recepción, le quitó el cigarro y lo apagó en la barbilla del fulano, cogió el teléfono y le golpeó repetidamente en la cara, hasta que el tipo con la cara ensangrentada grito clemencia. Cinco minutos mas tarde, todo estaba resuelto, el médico estaba en camino, el tipo se había lavado la ensangrentada cara y Snake en prueba de buena voluntad, le encendió un cigarrillo y se lo puso en la boca al hombre, que temblaba aparatosamente.

El diagnóstico del galeno fue descorazonador. Marion se encontraba al borde de la muerte. La causa probable de su dolencia, un exceso de emociones que habían debilitado de forma irreversible su corazón. Las explicaciones de que la mujer llevaba una vida sosegada, solo conseguían desorientar mas al médico. Les recomendó reposo y paciencia para esperar el trágico e inminente desenlace. Cuando se hubo marchado, Snake no encontraba consuelo. LLoraba desesperadamente. De hecho, no recordaba haber llorado nunca. Marion le consolaba a él, y en un alarde de compasión, volvieron a hacer el amor como posesos.>>


Continuará....


Paté.
Era tan bello el instante, que para detenerlo, sólo quedaba una opción.......el silencio.
Avatar de Usuario
josest
COLABORADOR
COLABORADOR
Mensajes: 8211
Registrado: 19 Sep 2007, 19:35
16
Moto:: jolly jumper
Ubicación: under a wandering star
Has vote: 7 times
Been voted: 11 times

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2.

Mensaje por josest »

:XX: :XX: :XX: :XX: :XX: :XX: :XX: :XX:
Imagen
Triply
Por mucho que escribas, no pillarás a Jaume
Por mucho que escribas, no pillarás a Jaume
Mensajes: 9819
Registrado: 05 Nov 2005, 11:22
18
Moto:: Bonnie SE Tiger Spor
Ubicación: Viladecans, Barcelona
Has vote: 2 times
Been voted: 2 times

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2.

Mensaje por Triply »

:plas: :plas: :plas: :XX: :XX: :XX:
But my smile, still, stays on

Cuatro ruedas transportan el cuerpo, dos mueven el alma

Mistakes are the portals of discovery
Humphrey
Administrador
Administrador
Mensajes: 17214
Registrado: 22 Sep 2003, 02:00
20
Moto:: Una negra
Ubicación: Errenteria
Has vote: 12 times
Been voted: 53 times

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2.

Mensaje por Humphrey »

Esperando la siguiente entrega...
ImagenImagen
hijarano
Tuercas y tornillos
Tuercas y tornillos
Mensajes: 16458
Registrado: 22 Ene 2006, 23:25
18
Moto:: Tiger 1200
Ubicación: Hijar (Teruel)

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2.

Mensaje por hijarano »

menuda intriga ...
Me llaman calle ...

Base Datos Averias de Triumph -->>Imagen
TURITO
Triumphero en prácticas
Triumphero en prácticas
Mensajes: 184
Registrado: 05 May 2011, 21:53
12
Moto:: Tiger xc abs
Ubicación: El Bierzo

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2.

Mensaje por TURITO »

Me encanta como escribes :plas: :plas: :plas:
pate
Triumphero Maestro
Triumphero Maestro
Mensajes: 1729
Registrado: 03 Oct 2004, 00:00
19
Moto:: Bonneville T120 Ace
Ubicación: Pamplona (Reyno de Navarra)
Has vote: 1 time
Been voted: 24 times

Re: "Aquel maldito calor". Capítulo 3.

Mensaje por pate »

<< A doscientas millas del Motel se hallaban reunidos en los jardines de una mansión, la fiscal del distrito, el estirado italiano broker del acero, amante de está última, un español dueño de un restaurante francés con su nueva amante, la camarera Ashley, a su vez ex-amante del italiano, y un hombre en silla de ruedas, con la pierna escayolada, un pañuelo que sujetaba su brazo dislocado a la altura del codo, y unos aparatosos vendajes en oreja y nariz, que le daban una apariencia grotesca.

El cónclave dilucidaba que hacer con el individuo que había agredido al hijo de Marion, y con ella a la vez. La idea del italiano pasaba por encontrarlo y hacerlo desaparecer en una de sus fundiciones, haciéndolo caer a la colada de hierro fundido. El problema que tenía esta solución era que hacer con la vieja. No permanecería impasible, y matarla a ella también, topaba con la tímida negativa de su hijo. A decir verdad, lo que el hijo deseaba, era olvidarse de los dos, dejarles hacer su vida, con la seguridad de saber que Snake no volvería por allí, y que su madre, que padecía una lesión cardíaca, no disfrutaría largo tiempo la vida. La fiscal por su parte, no quería verse involucrada en un escándalo. Su posición de privilegio le impedía verse envuelta en asuntos turbios, y además en los últimos meses se encontraba bastante liada con un caso de contrabando de tabaco, le habían robado el coche nuevo, que ya recuperó, pero que le hacía sentirse vulnerable, su esposo, amante de travesías marinas, llevaba dos semanas sin dar señales de vida, al verse sorprendido por la cola de un huracán en el Golfo de México, lo cual hacía temerse lo peor, o lo mejor, a saber, y su plantación de tomillo se estaba malperdiendo por los avatares de la climatología.

El español y Ashley, que iba perdiendo sus ansias de venganza por el rechazo, toda vez que iba conociendo la abultada cuenta corriente del hombre, se esforzaba en un rincón del jardín, en practicar un grito típico de la región natal del español, que si bien parecía fácil, a ella le estaba causando un problema importante conseguirlo, para la suerte de él, que se reía sin el mínimo decoro y para desgracia de la fauna del jardín, que huía espantada por los gorgoritos.

Como no llegaban a ninguna conclusión decidieron posponer la suerte de Snake para unos días mas tarde. Irían en la GMC Van Country de español a un picnic en las afueras de la ciudad, y allí, en medio de la nada, rodeados de paz y sosiego, verían que hacer.

En el Motel, Snake descansaba al lado de Marion, que desde luego, no tenía muy buen color. Allí tumbados, la mujer, consciente de sus últimos minutos de vida, en una confidencia que le llenaba de satisfacción, mitad venganza, mitad justicia, indico a Snake el número de la combinación de la caja fuerte clandestina de su hijo. Simple y llanamente, era la fecha de defunción de uno de los familiares que se encontraban enterrados en el panteón familiar. No tenía la certeza de cual de ellos. Snake no cabía en sí de gozo, era un regalo del cielo. Vengaría a la mujer de su hijo, y se haría justicia con los pobre de la tierra. Bueno, al menos con uno de ellos.

Pensando, pensando, se dio cuenta que LeBoeuf, al corriente de el asunto, ya no le era necesario, y tramó un plan para deshacerse de él. La cosa era muy sencilla. Acudirían la cementerio desprovistos del material necesario para violar la caja fuerte. Él le mandaría al negro a proveerse de algo para abrir la caja, mientras el vigilaría que no hubiera nadie, momento que aprovecharía para desvalijar la caja con la combinación que ya poseía, largarse de allí, llamar a la policía denunciando que alguien estaba robando tumbas, con la seguridad que le caerían otros veinte años por violar la condicional, tiempo mas que suficiente para poner tierra por medio.

En otro lado de la ciudad, Denis LeBoeuf, también había pensado "su" plan. Su plan era mas simple, al nivel de su naturaleza. Irían allí, abriría la caja con ayuda de Snake, le pegaría un tiro en la cabeza y se marcharía con todo el dinero. Punto.

Snake, en la euforia de saberse en posesión de la combinación de la caja, con el convencimiento de tener el plan perfecto, y con la piel de la mujer amada a su lado, no tuvo mas remedio que besarle apasionadamente y hacerle de nuevo el amor. Lo que no tuvo en cuenta era que ya, había besado y fornicado con un cadáver.>>

Continuará.......

Paté.
Era tan bello el instante, que para detenerlo, sólo quedaba una opción.......el silencio.
hijarano
Tuercas y tornillos
Tuercas y tornillos
Mensajes: 16458
Registrado: 22 Ene 2006, 23:25
18
Moto:: Tiger 1200
Ubicación: Hijar (Teruel)

Re: "Aquel maldito calor". Prólogo. Cap. 1, 2, 3.

Mensaje por hijarano »

la historia se está poniendo tenebrosa :D
Me llaman calle ...

Base Datos Averias de Triumph -->>Imagen
Responder