No, no me refiero a los casos de versiones limitadas especiales.
Me refiero por ejemplo a la Street Twin sucesora de la Bonneville de aire, que actualmente tiene una potencia y peso inferiores a su predecesora, y sin embargo mejores frenos (Brembo cuatro pistones). O el caso de la Speed Twin 1200, que apareció en 2021 con una horquilla invertida. Lo mismo que la última Sportster Roadster 1200 de 2017. La Sportster Iron 883 de 2020 incorporó una horquilla con cartuchos, amortiguadores de emulsión regulables y un disco de freno delantero más grande. La Kawasaki W800 tenía en 2015 un freno trasero de tambor; el modelo actual lleva freno trasero de disco y un disco delantero más grande.
Y así hay muchos ejemplos.
Es decir, los fabricantes de neoclásicas se están gastando dinero en mejorar unos aspectos que no interesan a los compradores de esas motos. Y no son versiones especiales numeradas.
¿Por qué ese despilfarro? ¿No será que la calidad del ciclo es independiente del estilo de la moto? No tiene sentido mejorar el ciclo en una moto destinada a usuarios que no lo necesitan. Y sin embargo, se hace.
Yo creo que un poco sí lo necesitan. Y las fábricas lo saben de sobras.