Crónica de una sensación...

Hoy he redescubierto el placer de conducir mi bonni. La ‘negra’, en su estado más puro.

Tras luchar durante toda la tarde con mis demonios interiores, por fin me decido a salir a dar una vuelta por la tan socorrida ruta de las vegas. Digo socorrida por que, en la zona en la que vivo pocas opciones hay para improvisar una ruta.

Valdemoro - Ciempozuelos – Titulcia - Chinchón - Colmenar de Oreja - Aranjuez – Valdemoro.

Según salgo de casa me dirijo a repostar y a comprobar la presión de neumáticos. Cerca de las 915 p.m. inicio el recorrido. Tras una semana de nubes y lluvias, me dispongo a disfrutar de un ocaso espectacular. El cielo está completamente limpio de nubes, la temperatura es suave y apenas hay viento.
Valdemoro – Ciempozuelos, mero trámite. Comparto vía con las gentes del lugar que retornan a casa tras una jornada más de trabajo. Dejo atrás Ciempozuelos y me aproximo a Titulcia, confluencia del Jarama y del Tajuña. Se intensifica el olor de la vegetación, fruto de las generosas lluvias de este invierno.
Recuerdo la primera vez que pase por Titulcia, se accedía a la villa por el puente de hierro, situado sobre el Jarama. Principio de las noventa, mi viejo nos había hablado de la famosa ‘cueva de la luna’ y su historia.
Titulcia es hoy una villa moderna, el casco antiguo es inexistente debido a que ha sido arrasado en varias ocasiones, la última durante la infame guerra civil.

Continuo camino hacia Chinchón, trayecto cuyo trazado permite contemplar la puesta de sol. Esos colores ocres y rojizos que inundan el horizonte entremezclándose con los tonos marrones de las colinas a cuyos pies se extienden viñas, almendros y esa imagen que nos regala cada primavera… las amapolas rojas que salpican los campos de cereal.

Hago una parada en el café de la iberia, situado en la plaza de Chinchón. Y a poco continuo camino.
Cae la noche y la luna se asoma tímidamente, creo que está en creciente. Continúo camino hacia Colmenar de Oreja, la sensación de quietud es extrema. No coincido con ningún vehículo durante este tramo.

Por fin llego a Colmenar de Oreja. El autobús de línea acaba de partir delante de mí, le acompaño durante un pequeño trayecto, el suficiente hasta que logro acostumbrarme a la precaria iluminación de mi adorada bonni.

Se aprecia una ligera brisa. Hacia mucho tiempo que no disfrutaba de esta sensación sobre ‘la negra’. Creo que ha sido providencial que le quitara la pantalla, he conectado de nuevo con el espíritu original de esta moto.

Y dándole vueltas a esta idea regreso a casa.

Que buena crónica. Como si hubiese estado allí.

Podías colgar la ruta?? tengo pendiente una visita por Madrid y me gustaría hacerlo en moto, disfrutar de las afueras de la capital que apenas conozco.

Muy buena crónica.

Se nota que disfrutaste

esa sensación de conexión es increible, no siempre que se monta se consigue y tampoco de la misma manera.

Os dejo un enlace a google maps

Miniruta por el sur de Madrid[/url2utxfkw1]

Saludines.

Tomo nota... muchas gracias compañero.

Jo, que arte tienes en la pluma. Nos vamos a ir tu y yo de "freeryders chillout", a poner a parir al mundo.