Un rescate: Tony Perry, nacido rebelde y motero, by Patè

Estoy seguro que los "nuevos" no habéis tenido el placer de leer esto. Disfrutadlo.

Gracias, patè...

2003-2008/t-9813.html

No estaba el horno para bollos.

Aunque antes de empezar a contar mi pequeña historia, quizás debiera presentarme. Me llamo Antoniano Pérez, digamos que vivo en un lugar de la Mancha y que mi gran afición de siempre han sido las motos y todo lo que le rodea, es decir, juerga, cerveza y tequila, chicas guapas merodeando y esa despreocupación en el modo de vivir que hace de este mundo una especie de oasis en la voragine de trabajo e hipotecas en la que anda sumido este país.

Es mi estilo de vida, la despreocupación. Lo manifiesto constantemente en mi manera de vestir, mi madre con la que comparto piso, por que ya dije que estoy en contra de hipotecarme, dice que voy sucio y que ella no se va a matar por que no lo vaya, que está harta y blablabla, también lo demuestro, lo de la despreocupación, en mi trabajo, bueno, en la carencia de él, y es que desde que el hijoputa de mi jefe me echó del bar por que decía que llevaba siempre las uñas largas y negras y que eso no eran formas de servir en una barra, es un tema que tampoco me quita la vida. Lo intenté en la cooperativa y en el trujal, pero no hubo modo, la sequía pertinaz había mengüado la cosecha y no necesitaban peones.

Una noche de Agosto, charlando con los colegas, y después de fumarme una yerba de calidad, tomé la decisión mejor del último lustro, vamos, desde que me expulsaron del instituto, y esa decisión fue comprarme una moto y decidirme a viajar para buscarme la vida. Antes de nada, y por una simple cuestión de identidad, me cambié el nombre que heredé de mi abuelo, por Tony, eso le daba un aire mas cosmopolíta, y ya puestos me cambié de apellido, ahora era Tony Perry, me daba caché, una especie de aire a vividor que no tenía pero que con mi moto iba a conseguir, una especie de adelanto de hombría.

Ahora tocaba buscar una moto que se adecuara a mi economía. Con los ahorros que tenía del despido, y aquellos que guardé de la recogida de la aceituna de hace dos años, empecé a buscar una moto en condiciones. Malas, todo hay que decirlo, pero suficientes para llegar a Ibiza y pasar un verano de coña. Encontré a los días una Vulkan de Kawasaki, tenía solo unos 89000 km, y perdía aceite de un lateral, humeaba de los escapes, y tenía el asiento rajado.

Le dí un repaso antes de partir y con un bolso de viaje de mi madre, aquel que trajo de Benidorm, cuando lo del Inserso, le hice una funda chulisima al asiento de puro cuero. Tipo Easy Ryder. Mas tarde el repaso me lo dió a mi la vieja, pero paso de ella.

Preparé el equipaje necesario....dos pantalones, las botas camperas, unas camisetas, y le corté las mangas a la cazadora vaquera para tener un chaleco chulisimo. Eso, la cazadora de cuero, las gafas de sol, el papel de liar, el mechero, y la crema para las escoceduras de la entrepierna, esas que me salen cuando el slip se acartona un poco y me avisa de que tengo que echarlo a lavar. El peine, y la Braun, los palillos de dientes, y doce cervezas en lata para el viaje. Del aparador trinqué una botella de orujo. Lo demás iría agenciándomelo por el camino.

Yo, mi Vulkan, (nombre chulisimo ese de Vulcano, creo que era de la mitología egipicia, o algo asi), mi equipaje, y mis ganas de rebeldía. Eso y pasar de la vieja que me tiene frito con lo del pelo largo, y es que dice que un tío de cuarenta casi calvo y con pelo largo, que es de drogadictos. Y es que a mi me enciende que la gente piense que por fumar un poco de maría y tener moto, ya eres un delincuente. Pondré la navaja en el equipaje por si alguno se pone pesao.....

Mañana salgo de viaje. Iré a tomarme la última con los colegas, que flipan con la moto que me he mercao, iré a ver si la Vicky está por la labor de dejar que me desfogue con ella, y me iré a dormir un rato.

Prometo seguir contando mi experiencia en otra carta.

Nos vemos.

Tony Perry>>

2003-2008/t-9855.html

Y el horno seguía sin estar para bollos.

Y el bollo de la Vicky mucho menos. No perdí mucho tiempo con ella aquella noche, los nervios de la partida y el saber que su marido había conseguido la condicional, a la espera de un nuevo juicio por agresión al cura del pueblo, hizo que me retirará pronto a la cama. Allí busqué el modo de desahogarme yo solo, y tan solo pensar la mala ostia que haría mi madre al día siguiente cuando viera la colcha, provocó en mi un sueño reparador.

Ya amaneciendo, coloqué el equipaje en la parte trasera de mi nuevo asiento de cuero, como no había forma de disponer lo de las latas de cerveza, decidí beberme cuatro allí mismo y el resto colocarlas por fuera de la bolsa. La botella de orujo quería tenerla a la vista y con unos calapies de la bici de carreras de cuando era joven, la até debajo del faro horizontalmente, como hacen los "autentikos".

Abri el depósito para ver si tenia caldo, y con unos leves meneos, comprobé que si inmediatamente, lo mismo que comprobé como al derramarse la gasolina, que mi asiento no era de cuero, sino de poli-piel, y lo supe porque se destiñó a corros y cogió una textura un tanto pastosa. Aceite tenía, lo confirmó el charco que había debajo del motor, y la nube de humo blanquecino que salió nada mas arrancar el motor.

¡Por fin, en ruta!

A la salida del pueblo, ya llevaba el pantalón semi-empapado de aceite, y la campera también. Me daba un aire de tragamillas. Diez kilométros mas tarde me paró una pareja de la Guardia Civil. Todo en regla, pero un pequeño detalle les disgustó, mi casco decorado con la bandera republicana flanqueada por unas calaveras y la inscripción "muerte a los Borbones", insinuaron algo de desprecio a la monarquía, y llegamos al acuerdo de tapar con una pegatina de Cinzano lo de Borbones. Cuando se marcharon arranque la pegatina del aperitivo parcialmente y quedo la inscripción "muerte a los--ano". Así evitaría problemas posteriores.

Una hora y ochenta kilómetros más tarde, me dio la sed, y paré en un bar que estaba al lado del puticlub, El Conejo de la Suerte. Allí parejas de....de....de enamorados se despedían con fervor, ellas en brasileño y ellos en castellano. Entre al bareto y me calcé un carajillo, una copa de anís y unas rosquillas glaseadas. Fui al baño a mear y me fui sin pagar. Nada reseñable.

Ya eran las nueve de la mañana y en aproximadamente dos horas mas llegaría a Denia y vería como está eso del embarque. De momento paré a repostar y a rellenar aceite. ¿No os habeis fijado lo dificil que es ahora encontrar un expendedor de gasolina que no sea nacido a menos de 4000 km de aqui?. En el surtidor volví a derramar gasolina del depósito y esta vez cayó en mi pernera del pantalón, me resbalé con los restos del derrame y me calcé un sopapo del quince a la vez que tiraba la moto al intentar agarrarme. Torcí un poco el manillar y se rajó un espejo, afortunadamente no hubo daños reseñables, la botella de orujo estaba intacta. Amenacé a los empleados con denunciarles por no tener en condiciones la gasolinera y se partierón de la risa, al principio claro, cuando les tiré aposta el mostrador de los chicles y de los Kit-Kat, ya no se reian tan agusto, es mas, creo que estaban enfadados. Con el guirigay que se formó, las discusiones, y las amenazas de denuncia, se olvidarón de cobrarme la gasolina. Repostaje según lo previsto, anoté en el libro de anecdotas del viaje.

Seguiré contando en otro capítulo, la llegada y embarque y alguna cosilla mas. Como añoro a la Vicky, bueno, a ella no mucho, pero si a su desinteresada manera de aliviar mis tensiones.....

Un saludo.

Tony Perry>>

2003-2008/t-9874.html

Ya no hay ni horno, ni bollos.

Lo habiamos dejado en las dos últimas horas de viaje, que al final fuerón mas de seis, y en el asunto del embarque. El viaje se prolongó innecesariamente debido sobre todo a mi despreocupación legendaria, que incluia el no llevar ropa de lluvia. También es mala pata que en un año de sequía recalcitrante, se pusiera a llover inmisericordemente nada mas abandonar la gasolinera.

Cuando tuve la fortuna de encontrar un puente donde refugiarme, ya era demasiado tarde, ya había soportado veinte minútos de tormenta y mi ropa estaba absolutamente mojada. Al detenerme volví a caerme de costado, la maldita fuga de aceite impregnaba mis pantalones y también la bota, que con el agua hizo efecto "aceleración lateral ingobernable" con final previsible. Caida sin consecuencias, la botella de orujo seguía intacta, pero tanta buena suerte no podía ser eterna, así que para entrar en calor y no tentar al destino, me la bebí casi entera.

Los efectos fueron previsibles, euforia incontenible, desvergüenza, y un calorcillo que me animó a quitarme la ropa empapada, para algarabía de casi todos los vehiculos que pasaban por allí. Y digo casi, por que uno de ellos se detuvo a mi lado destelleando luces azules, que yo imaginé en mi ingenua borrachera como un efecto especial de la pelicula "Hair" que yo estaba cantando a voz en grito.

-Let me sunshineeeeeee, let me sunshineeeeeeeee.....-.

Fuerón condescendientes conmigo, a pesar de obligarme a vestirme con la ropa que llevaba en el bolso, que estaba mojada a chorros, producto de la nefasta impermeabilidad del tejido de algodon en que estaba fabricada. Pidieron mis antecedentes por radio y no dieron mucha importancia a las cinco detenciones por cosumo de estupefacientes, a la de reyerta, y a la de allanamiento de morada que me interpuso "El Patillas", a la sazón amigo de la infancia y marido de la Vicky, y que quedó en suspenso por las contradicciones de todos los implicados. Cuando consideraron que se ma habian pasado los efectos del alcohol, tres horas mas tarde, me dejaron proseguir el trayecto. Para nada influyó que me tirara un cuesco dentro del Patrol, y que casi vomitara en su interior.

El agente, muy majo, me dijo.-Continue con cuidado y no sobrepase los limtes de velocidad......- todo eso a la vez que metia la bota en mi vomitona, lo sé por que cuando me fui, le vi limpiarse frotando en la hierba humeda de la cuneta, haciendo aspavientos, y bastante irritado...

La moto se portó de maravilla, con un consumo moderado de gasolina y uno menos de aceite. En los dos repostajes siguentes no hubo incidentes reseñables, pagué religiosamente, y robé un spray de "limpiasalpicaderos", y una revista guarra pal viaje en barco.

Y llegué a Denia. Como impresionan esos cacharros, los Ferries, lo grandes que son y flotan, a mi no hay Dios que me haga entender eso y que los aviones puedan volar.

-Es el teorema de Arquimedes- me dijo la taquillera con una sonrisa.
-Todo cuerpo sumergido en un fluido.........
-......si a los dos minutos no flota, ya lo puedes dar por perdido.....-le dije yo mas sonriente.

Eso provocó que cambiara su rictus y que se pusiera muy seria, por que mi invitación a pasarse por mi camarote pa echar unas birras no pudo molestarle, digo yo.

-Pasate por mi camarote a tomar una cervecica y si no te gusta, te vistes y te vas.......-le decía yo descojonao.

Y llegó el momento del embarque....pero eso os lo cuento en otra carta, que ahora me estoy cagando y no sé donde coño esta el váter en esta terminal de Acciona, voy preguntarle a la taquillera......

Tony Perry>>

2003-2008/t-9890.html

Ni bollos, ni hornos, tan solo alcohol.

Obviaré contar la escandalera que formó la chica de la taquilla cuando le pregunté por el váter, que si yo no estoy para aguantar borrachos, que si yo no estudié administrativo para esto, que si el comité de empresa debería tomar cartas en el asunto, que si tal y que si cual, así que decidí con buena vista alejarme del lugar del alboroto cuando aparecieron a lo lejos dos seguratas con ganas de hacerme perder el tiempo, que yo no tenía por que me estaba giñando, ya lo dije.

Unos momentos mas tarde, ya formaba parte de la cola, no muy larga que se organizaba para el embarque. Había habido mucha cancelación debido al temporal y a los anuncios de marejada-fuerte marejada. No lejos de mi, vi un grupo de tios en moto, todos niquelaos, a conjunto con los colores de la moto, y si se quitaban el casco ya tenian puesta una gorra de colorines también a conjunto, todos con unas pibas rubias de no te menees que no paraban de hablar del Nokia. Me acerqué a entablar amistad y así hacer la travesía mas amena y organizar una juerga a bordo, pero me miraron con recelo y me dieron largas, mientras una de las tias no disimuló mucho y le pude oir perfectamente algo sobre las "pintas de macarra del tio" y "¿de que marca será el casco del tio ese?".

-Las motos por esta rampa¡¡¡¡¡.....-grito un tipo del barco.

Joder, y anduve listo y me coloqué el tercero, entre medio del grupo de señoritingos remilgaos. A la hora de entrar, anduve menos avispao y me quede el último para agenciarme eslingas para sujetar la moto, así que me quedó una pareja y además mala. Los enteraos esos se descojonaban sin disimulo. No me costó mucho hacer amistad con el de la rampa, un tio trabajao y que me dijo que estuviera tranquilo que el me lo apañaba. Dicho y hecho, trajo unas zinchas nuevas y amarramos la moto que ni un tsunami la hubiera podido mover. Al soltar el equipaje vió mi revista y se la regalé de buena gana, también vió el spray y me dijo que iba a hacer algo "sonao" con él.

-Dejame esto tio, y veras como nos descojonamos de esos niños de papá cuando desembarquemos en Ibiza.-

Quedamos pa tomar unas cervezas, en cuanto salieramos a alta mar, por que el tenía libre en cuanto terminara de ordenar los vehiculos en la bodega. Subi a lo que yo creía que era mi camarote, "cubierta tres" ponía, y que no era sino unas filas de asientos numerados tipo autobus, que aquella mala puta de las taquillas me había vendido.

Como no había mucho pasaje te podías tumbar a lo largo e incluso dormir arropado por el run-run de los motores de la nave. Ya habiamos zarpado y me acerqué al bar, donde ya me esperaba sonriente Adolfo, el marinero de antes.

-Saca unas birras Eusebio.- gritó al camarero.
-Y pa mi alguna mas......-dije yo.

Cuando ya no podiamos mas, nos pasamos al tequila, que llena menos y despues el colega, se perdió en la cocina del bar y sacó de estrangis unos bocatas de mejillones en escabeche cojonudos, que le había preparao su chica que trabajaba allí. Y todo de balde. Saqué una chinilla que tenia en el calcetin y nos liamos unos canutos. No parabamos de descojonarnos contando aventuras. Yo le conté que cuando mi amigo "El Patillas" se fue a la mili, me dijo, "Antoniano, tendrás que cuidar a la Vicky, vigilamela de cerca, que ya sabes que se deja engañar facil si un tio le acaricia la nuca.....y no quiero tener un disgusto a mi vuelta". Lo primero que hice fue acariciarle la nuca pa ver si tenía razón, y aquella noche follamos como locos. El caso es que me enganché de ella, no era ni medio guapa la jodia, pero se movía que daba gusto......nunca mejor dicho, joder. Adolfo se moría de la risa, y me dijo "tio, eres cojonudo, voy a ver si el contramaestre, que me debe un favor, nos deja que te enseñe el barco este" y un rato mas tarde, ya noche cerrada, me llevo por el puente de mando, todo lucecitas y ordenadores y tios con gorra de capitán, y dejó que me pusiera en la punta del barco, como coño quiera que se llame, y gritar como en la pelicula.

-Soy el rey del mundo¡¡¡¡¡¡¡¡¡.

Inolvidable ciertamente, mas que nada por que una puta ola con mala leche, me tiró pa atrás, y me puso como una sopa, pa descojono del Adolfo. Apenas dormí aquella noche, su chica, una polaca, la de los bocadillos, se empeñó en hacer un trio, y antes tuve que ducharme, lo cual amainó bastante el colocón que llevaba, y me hizo pensar que sin llegar a Ibiza, ya todo era, alcohol, polvos, y motos. El paraiso, ya dije que era el rey del mundo mas arriba. La muy puta, con perdón, tenía la mata de pelo mas frondosa que en mi vida había visto, y no hablo de la cabeza, ya me entendeis, y como se movia como una anguila, me dejo mas irritao que un baño de azufre hirviendo, pero no ahondaré mas en el asunto que esto es un relato de moteros.

Ya se veía el puerto a lo lejos y Adolfo y su nena se despidierón de mi. Una pareja encantadora, a él le vería después al desembarcar, y a ella le volví a ver....el Mato Grosso, en un "aquitepilloaquitemato" de última hora.

-Ya pueden desembarcar......-

Joder, ya estaba a punto de tocar la tierra prometida, hippies, moteros, amor libre, desenfreno, juerga sin fin, absenta....dios, no me lo podía creer, por fín en mi "sitio natural".

Salí con la moto, que arrancó, con gran humareda, a la primera, e instantes después salió el pijerio de colorines. Ahí fue cuando Adolfo me dijo que no le quitara ojo a la moto negra que ponía Varadero, y nada, veinte segundos mas tarde, una explosión seguida de una llamarada azulada y anaranjada, de por donde el escape, provocó el descontrol de la moto que fue a empotrarse en un Jeep del ejercito que hacía ronda en el puerto, y la caida del mendas y de la rubia de bote, que solo decía

-Se ha roto mi Nokia, os lo juro, se ha roto.......-

Adolfo había atao el sray al escape de la moto y con el calor había explotao, y lo demás ya lo habeis leido. Yo me moría de la risa al pasar a su lado, la chorva loca con su Nokia, y él con la moto en un estado parecido a la mia.

-Esto no me ha podido pasar a mi, os lo juro....-

Pos si que te ha pasao empanao. Joder, le debo un favor a Adolfo. Uno muy grande. Ma dao su teléfono pa llamarlo y quedar a montar una fiestecilla con su chica y unas botellas de tequila. Pero eso cuando me instale. Ahora tengo que encontrar mi espacio en la isla, un sitio donde vivir, tengo penao alguna comuna en alguna playa, o algo de okupas, pero eso será en otra carta.

Estoy irritao de la polaca, asi que voy a la Farmacia a buscar alivio.

Tony Perry>>

2003-2008/t-9891.html

De los bollos y hornos, ya ni me acuerdo.

Lo primero que hice fue maldecir que pongan todos los carteles en extranjero, vale que vengan muchos guiris por aquí, pero de ahí a poner en todos los sitios "Eivissa", hay un trecho. Me dispuse a encontrar una farmacia y di con una tremenda de grande, "open 24 hours", lo cual acrecentó mi desconfianza, ¿es que somos un pais de gilipollas, o que?, pero necesitaba alivio con urgencia. Aparqué la moto en la misma puerta, justo delante de la señal de reservado, y nada mas detenerme, oi unos chiflidos de un tio con chaleco fosforito, gorra tipo militar en azul, y que con muy malos modos, me dijo que si era ciego, que eso estaba reservado para coches oficiales.

-Ciego te voy a dejar a tí, como me toques los cojones, que bastante irritaos los tengo....-le dije.

-Voy a la farmacia que tengo una urgencia.-

-Ni urgencia ni ostias, si no quita el trasto ese de ahí, llamo a la grua.-

-Si llamas a la grua, llama también a una ambulancia, por que te daré una paliza que no olvidaras capullo....- Y me fui directo a la farmacia mientras el tio cogía el walkie pa llamar.

Me atendieron rápido, una nena que me miraba con ojos asustadizos, y un fulano que le espetó por lo bajini, "este viene a por metadona, fijo, Maripuri". Polvos de talco, a joderse, como las criaturas de mi hermana, el hombre es capaz de mandar naves a Venus, pero sigue con los polvos de talco.

A mi salida, allí estaba el "gorras", con una patrulla de los munipas que había ido a reforzar el asunto. Empezamos a discutir por que inisitian en denunciarme, ya que yo era inacapaz de demostrar mi urgencia, siendo observada la escena por el gentio que se empezo a agolpar alrededor. De entre ellos me quedé con la cara de un mulato, del cual me impacto la frialdad de su gesto, llegaba a intimidar con la mirada, pero entonces yo tenía otra ocupación, que era enseñarles los huevos a esos capullos, para que vieran mi "urgencia", pantalones abajo y toa la "alegría" del cuerpo al aire.

-Por Dios tapese¡¡¡¡¡.- Dijo el gorras.

-Joder, lo tiene en carne viva.- dijo el cabo de la patrulla.

La gente gritaba alborozada, e incluso unos adolescentes, gritarón algo asi como "está escozio, está escozio". El asunto terminó alli mismo, me dejaron marchar y me dijeron si quería ir al Hospital, que me acompañaban. Rehusé la idea. No volví a ver al mulato....de momento.

Me sorprendió la poca cantidad de motos que se veía, mucha "chicharrilla" de las pequeñas, con gente que va haciendo recaos, pero poca moto grande. Y el calor, joder, que calor, las camperas me estaban matando y no tenía otro calzao, y con el casco sudaba que daba gloria, en Easy Ryder iban tol rato a pelo, que envidia.

Pasé el día deambulando por ahí, buscando donde dormir, y no ví nada apañao, hasta las pensiones costaban un riñon, 45 euros la mas barata.

-Cuarenta y cinco euros sin ducha, con ducha cincuenta y dos.- me dijo un viejo de una pension.

-Pos te metes la ducha en el culo, cabrón.-le respondí. Ni que fuera el Palace, no te jode.

-Es que tiene jacuzzi.- respondió ofendido.

-Pos sin jacuzzi y me tiro pedos pa las burbujas, abuelo.- Y me largué.

Compré una botella de Jack Daniel´s en un bazár chino al atardecer, y levanté una hamburguesa de la mesa de unos chinorris que estaban sentaos en una terraza, y que resultaron ser los de las motos de colorines.

-No le digas nada cari, os juro que es el delincuente del barco, os lo juro.- le dijo una rubia de bote con un móvil en la mano, al tio que se la iba a comer, la hamburguesa malpensaos, y que teniá una pierna vendada.

Acabé sentado en el puerto, borracho como una cuba, sin saber donde había dejao la moto, y cuando estaba amaneciendo, y yo estaba jodidisimo de la resaca, vi delante mio, cara a cara, al mulato de antes. Casi se me quita el pedo al verlo.

-Mira brother, te he estado observando hoy, y quiero que trabajes para mi, ya he visto que no tienes un puto euro, que robas para comer, y que eres un tio frio, eso si, poco discreto y calculador. Pero me interesas, eres desconocido, y tu aspecto no da confianza.- Y me lo decía asi, con dos cojones, sin pensarselo dos veces.

Se llamaba Vladimiro, era de origen cubano, y trabajaba en la isla para un ruso, que se dedicaba a los negocios. Inmobiliarios, y de todo tipo, me dijo el negrito. Mi trabajo, por que ya era mio, era hacer mandaos con la moto, y no preguntar nada.

-Tu cumple lo que se te diga, y mi jefe será muy generoso. Traicióname y desearas morir.-

Como no tenía donde apalancarme, acepté. Además, el curro significaba moverme en la moto, y cobrando. Mi primer mandao fue llevar una bolsa con pastillas de colorines a la entrada de una disco de moda, alli una tia altisima con pintas de rusa, que se bajó de un Seat Panda viejisimo, recogió la bolsa y me dijo guiñandome un ojo.

-Ante todo discrección, muy bueno tu disfraz de macarra.-
Y se fue tan pancha, ¿que coño de disfraz?, ese era yo y no pensaba cambiar.

Me instalé en un piso del negrito, alli viviamos un monton de gente, todos rusos que no hablaban ni papa de español, pero que conocian el idioma internacional del alcohol. Cogiamos buenas cogorzas, pero de repente, un buen día desaparecian y no regresaban hasta unas semanas mas tarde, y no salian nunca del piso. Yo ya conocía todas las discos de la isla de llevar bolsitas con pastillas, la moto aguantaba bien a pesar del cada vez mas alto consumo de aceite. Y de vez en cuando Vladimiro me soltaba unos euros para gastar en putas y alcohol.

Una noche Valdirmiro me contó que su jefe, al que llamaban "Comanndant", había hecho fortuna en Cuba, en la época de la guerra fria, fue allí para dirigir la instalación de rampas para misiles nucleares, y para encargarse de la recepción de unos aviones Tupolev que el gobierno de Breznev había regalado a Cubana de Aviación. Dos de esos aviones nunca llegarón a su destino, uno fue "distraido" al Africa negra, a Uganda para ser mas exactos, donde meses mas tarde se estrelló muriendo mas de cien personas, y el otro fue desmantelado y vendido por piezas a los gobiernos chino y coreano. El dinero de la operación se lo repartió el Comanndant con Fidel. Pero yo solo pensaba en la Vicky, y en las ganas de frotarle la nuca que tenía.

Le había echado el ojo a una moto que había en un concesionario de la isla, pero mi economía no daba para esas historias, hasta que un día, cuando se lo dije a Vladimiro, se puso muy serio y me dijo.

-Mira brother, si tu quieres esa moto, yo tengo un trabajito para ti, el jefe está contento con tu trabajo, y aunque sabe que le robas alguna pastilla, hace la vista gorda, y quiere que asciendas en el negocio. Asi que si tu quieres, esa Triumph Speedmaster puede ser tuya......tu decides Tony.-

Y decidí que si. Y tuve esa moto, esa que me permitía tumbar hasta rozar con las estriberas, esa que salía como un disparo.......

Disparo. En la próxima carta contaré como conseguí la moto, la moto y reconocimiento. En verdad mi vida no estaba siendo lo que yo había imaginao, hippies, drogas, playas nudistas, vestir de blanco......pero es que los hippies ahora ya no estaban en Ibiza, estaban en Corfú, en Santorini, y ahora empezaban a ir a Turquía, a Antalaya, y aqui nos dedicabamos a los negocios serios.......

Tony Perry>>

2003-2008/t-9970.html

Ya está el bollo en el horno...por fín.

Debo contaros como me hice con la Speedmaster, pero antes quiero contaros algún pequeño detalle de mi cotidianeidad. Mi aspecto desaliñado era mi seña de identidad, Vladimiro me obligaba a mantenerlo ya que alejaba de mi a la gente que seguía mirandome con recelo. Mi situación económica había mejorado con los trabajos que realizaba y me había mudado a vivir con un ruso a un pequeño apartamento de uno de los muchos clubs de alterne de la organización. Haciamos buenas migas a pesar de que él solo chapurreaba un poco de español, ambos compartiamos devoción por los buenos destilados, la buena hierba, y de vez en cuando compartiamos alguna rusa del puticlub. A pesar de que manejaba dinero no me apetecía gastarme un puñao en la moto nueva, casí diez mil euros, y consulté que se podía hacer para tener una sin gastar mucho dinero.

Era sencillo, uno compraba una en un desgüace, después se robaba otra moto en buen estado, y se cambiaban los números de chasis y asunto arreglado. Pero surgian complicaciones. Al ser un modelo poco popular y de una fiablidad exquisita no existia ninguna en los desgüaces, así que hubo que pensar un poco. Al fin y al cabo yo sabía donde había una, tan solo se trataba de dejarla en estado de desgüace, mas tarde uno acudía a una reunión importante de motos, robaba la otra y se hacía el apaño. La moto que yo tenía "fichada" era obviamente la que tenian en el escaparate de la tienda, había que dejarla en estado de ruina, pero claro, era un trabajo que debía hacer alguién ajeno a la isla, era un trabajo perfecto para "el Patillas", se llegaba a la isla, hacía el trabajo, y se iba con unos billetes a casa.

-"Patillas", soy el Tony......¿como que que Tony?, joder tio, el Antoniano, ¿ya no me recuerdas o que?....si, es que ahora me llamo Tony.......-le dije.

Le expliqué unas cuantas veces el asunto, y a pesar de no entenderlo muy bien, aceptó el trabajo de buena gana.

Una semana mas tarde se presentó en el puticlub, preguntando por mi, claro, como se empeño en preguntar por el Antoniano, nadie dió razón mia, y menos el armario ropero del portero, un ucraniano de Kiev, antiguo miembro de las fuerzas especiales, asesino reconocido que a pesar de estar tuerto del ojo izquierdo debido a una explosión cuando estuvo de mercenario en Angola, no había perdido ni un ápice de su fortaleza y habilidad para dar palizas, y además disfrutaba haciendolo. Yo me llevaba bien con él, incluso me pedía la Kawa para darse unos garbeos y le dije que se la regalaría para cuando me agenciara la Speed. Su fama no se yo si era muy justificada, para mi que tenía buen corazón....me explico, un día una señora que paseaba su perrito por el jardín cercano, tuvo la mala idea de darle un azote al perro por cagarse en un jardín, y Antón (el ucraniano, Antón Tolava, se llamaba), que lo vió, entró en cólera ya que no soportaba el mal trato animal, y fue a consolar al pobre Fox Terrier, a la vez que le sacudía dos patadas a la dueña, lo cual le provocó rotura de mandibula, y afortunadamente una conmoción que le hizo no recordar el incidente. El bueno de Antón.

Pero centremonos en el trabajo del Patillas (que según me dijo, había dejao preñada a la Vicky y necesitaba la guita pa abortar). Estaba todo calculado. Ya habiamos robado una furgoneta con la cual debía hacer un alunizaje en la tienda, y destrozar la Triumph en el golpe. Era sencillo, la moto estaba en primera linea y tan solo había que sacudirle con la fuerza adecuada. El primer problema era acceder a la zona peatonal donde se encontraba la tienda, una zona terriblemente frecuentada de día lo cual impedía actuar en esas horas, so riesgo de atropellar a alguien y no llegar con la debida fuerza al escaparate, y de noche estaba vetada al tráfico debido a unos pivotes automáticos que sobresalian de noche....excepto cuando entraba el camión de la basura. Había que hacerlo entonces, a las tres de la madrugada.

Y llegó el momento de actuar, las horas se hacian eternas, y mientras el Patillas esperaba el momento, se trincó una botella de Magno, y se fumo unos cuantos canutos, lo cual a pesar del habito de hacerlo, le prejudicaba sus facultades al volante, que ya de por si no eran muy destacables. A lo lejos vió que llegaba el camión de la basura, y sabía que tenía media hora para actuar, lo que no sabía era donde coño había metido las llaves de la furgona, y estuvo un buen rato buscandolas, hasta reparar que "era robada y no había llaves, solo el puente hecho". Arrancó la furgona y metió primera, en marcha, y......plof, ostiazo con el coche que circulaba en ese momento, y que no había visto llegar.

El buen hombre del Opel, salió sin hacer jaleo, apenas dijo nada, y tampoco tuvo mucho tiempo la verdad, llegó por detrás suya Antón que actuaba como refuerzo en la sombra, y de un golpe certero en la sien lo dejó sin sentido, lo metió en el coche, y huyó con él dentro hasta un descampado donde le roció con una botella de vino, le quitó la ropa y se deshizo de ella. El pobre hombre, que resultó ser el capellán de una parroquia que iba a darle la extrema unción a un moribundo, tuvo muchas dificultades en explicar lo sucedido a su Obispo, que insinuó que "ya te tengo fichado por tu afición al alcohol Enrique, asi que deberías tomar ejemplo de San Toribio y hacer una cura de humildad.....".

Una vez en marcha con la furgo y el camino despejado, el Patillas embocó la callejuela, apuntó hacía el escaparate y........no acertó, bueno, seamos justos, acertó a medias, se empotró a medias con la luna del escaparate y la columna del inmueble. Resultado, la luna cayó hacia afuera, en vez de hacia dentro, con un estruendo indescriptible, dejando el interior intacto, pero en esas circunstancias es donde sale a relucir un buen delincuente, y el Patillas lo era, y además en presidio compartió celda con un pirómano, "El Antorcha", del cual aprendió las técnicas de un buen incendio y como propagarlo. Se metió en segundos en la tienda, abrió el depósito de la Speed, cogió el mechero y lo demás no podeis imaginarlo, una llamarada inmensa que surgió de la moto prendió en la ropa y se propagó en segundos, los que necesitó para salir pies en polvorosa de la tienda camino del burdel para esconderse, y antes de que hiciera explosión la fuga de gas ciudad que se había producido por la colisión contra el pilar de la fachada. El caso es que el suceso salió en portada de todos los diarios, e incluso Matias Prats abrió el telediario con la noticia.

Como imaginareis el jaleo movilizó a toda la policia de la isla, el Patillas tuvo que escaparse de allí de polizón en el buque de Acciona, gracias a Adolfo y la polaca. Vladimiro se enfadó bastante, por el hecho de que al haber tanta policia, no podiamos movernos con soltura en los negocios, y es que el derrumbe de un edificio causa gran revuelo, sobre todo si está todo grabado por las cámaras de la Caja de Ahorros de la zona, y yo estaba abrumado, necesitaba un desgüace de moto, no las cenizas, que me eran inservibles para mi plan, pero........no todo era negativo. El Commandant, se había impresionado con la audaz acción, y ordenó que me compraran a su cargo la moto, ya que "si un hombre es capaz de todo por su sueño, es un hombre que yo necesito para mis trabajos mas importantes". La moto tardó bastante en llegar si consideramos que el concesionario había quedado demolido y hubo que traerla de la peninsula.

El próximo día os contaré como la estrene yendo a una concentración motera, con la compañía de Antón, y es que fue la juerga padre. Empecé a ser motero de verdad......

Tony Perry>>

2003-2008/t-10019.html

Mete el bollo al horno.

Pasé dos noches con el sueño convulso. Tenía visiones de motos, de mi moto negra y azul, de las motos de colorines, de los gandes heroes de la época dorada del motociclismo, Tormo, Champi Herreros (mi idolo), todo ello entremezclado con bandas sonoras del Fary, de Elvis, y de La niña de la Puebla cantando villancicos, de la Vicky, lo cual provocaba en mí erecciones, tenía también el estómago revuelto y ardores con sabor a ginebra y anchoas en aceite.

No cabe duda que nuestra pronta partida hacia la concentración había causado efectos en mi bienestar, incluso dejé casi por completo la bebida, y eso motivaba estos efectos nerviosos en mi comportamiento. Otra cosa era Antón, era tal su estado de excitación, y es que hay que reconocer que se había pasado mas de media vida cumpliendo ordenes y sin tener un día libre de "verdad", primero el orfanato en Ucrania, luego la prisión por robos menores, de allí al ejercito, luego mercenario y ahora sicario de la mafia sovietica, era tal su estado de excitación, que incluso en un despiste le rompió dos dientes de un sopapo al guardaespaldas del alcalde que era asiduo al club donde ejercía de portero. Se armó un jaleo importante y por eso no hubo objeción en que se tomara unos días libres con el beneplacito de Vladimiro, hasta que se calmaran las cosas.

La concentración motera, de la cual aspirabamos a ser protagonistas en camaradería, se celebraba al norte de la isla, en un pequeño pueblo cerca del mar, apenas una aldea con parroquia, cuartelillo de la Guardia Civil y algún reducto de una comuna hippie. Pasamos el día anterior limpiando las motos, la mia era preciosa y la otra, era lo que era, un montón de hierros viejos pringados de acaite, con el manillar doblado y sin espejo izquierdo. Pero no había que subestimar el potencial de aquella máquina en manos del bendito de Antón. Al carecer de dos cosas, escrupulos y visión esteroscópica debido a la falta del ojo, podriamos decir sin temor a equivocarnos que su conducción sobrepasaba los límites de la fortuna y echaba por tierra todas las leyes físicas en cuanto al equilibrio. Daba miedo verlo entrar sin frenar en las curvas, inclinando lo indecible, moviendose la moto como una serpiente y él riendo como un loco poseso, y provocando eso si, innumerables situaciones de peligro y accidentes.

Preparamos asimismo el equipaje. Yo el mio y él el suyo. Vi que metía un montón de cosas inutiles y sin sentido, pero no consentí que metiera la Beretta de 9m/m.

-No la vas a necesitar Antón, alli todos somos camaradas....-Le dije.

-Siempre si nesesita pistola. Pero no quiero que tu infades, no llevaré- Me dijo.

En apenas veinte minútos estabamos en el lugar de la cita. En el trayecto nos pasaron muchas motos de colorines con todos los tios niquelaos en conjunto, y no pude contener a Antón que se picó con un fulano de una Harley Sportster, al cual ayudamos mas tarde a sacar la moto de la cuneta, entre las carcajadas de Antón, impasible a los insultos y a las increpaciones del motero que se empeñaba en hacerme saber que le había dado una patada y que por eso se había salido de la vía.

-Dejalo correr.....-Le decía yo.

-¿Correr?, lo que voy a hacerle es matarlo.....-Decía el incauto con pintas de progaramador de informática en alguna multinacional.

Nos pusimos en la cola para inscribirnos, mientras observabamos la multitud de motos de todos los tipos que había. Los demás no podian dejar de mirar a Antón, con sus casi dos metros, con sus brazos como mis piernas de gruesos, y con el parche del ojo que le daba un aspecto siniestro.

Pagamos la inscripcion, discutimos con el chico que nos dió los tickets de las comidas, los de la disco y el de las dos consumiciones en el bar, y es que no hubo manera de cambiarle los de la comida por otros de consumiciones, y en ello estabamos cuando un incauto, el de la Harley, tuvo la mala idea de acercarse a Antón por la espalda, acompañado por dos amigos mas, y darle un toquecito en el hombro....

-Oye tu, desgraciao.....No tuvo tiempo a decir mas.

Un especialista de la guerrilla jamás perdona un golpe en la espalda, lo siente como una amenaza mortal, como si de ello dependiera su vida. En un movimiento rápido, se volvió, y a la vez que le tiraba al suelo, le partío el codo, y le pisó el cuello. De sus dos amigos, nada mas se supo, se volatilizaron en un segundo, y Antón habilisimo, empezó a gritar...

-Un siñor se ha resbalado¡¡¡¡¡.......

Se armó un tumulto de gente que fueron a ayudar al infeliz, momento en el que el bueno de Antón, explicaba como al darse la vuelta para saludarlo, ya que eran conocidos de la ruta, tropezó con él debido a su visión defectuosa, y le hizo caer. Todos asentían y maldecian la mala suerte. Yo aproveché para mangar unos cuantos tickets de consumiciones en el bar. Y al infeliz se lo llevarón en la ambulancia.

Fue entonces cuando fuimos a instalarnos que caimos en la cuenta que no teniamos donde dormir, ni sacos, ni tienda, ni nada. Antón dijo que no habría problemas, que dormiriamos calentitos, que ya le había echado el ojo a un sitio, y fuimos a emborracharnos al bar, hasta la hora de la excursión.

Con casi una botella de vodka dentro y yo una de licor de hierbas, muy parecido al orujo, nos dispusimos a seguir a la caravana que nos conduciría a algún paraje de innegable belleza. La comitiva la abrian unos motoristas con peto naranja, a los cuales no había que sobrepasar bajo ninguna circunstancia, y fue coronar un cambio de rasante apenas iniciada la partida cuando el lo alto de la loma vimos a la Guardia Civil con los pirulos encendidos, un Renault 4 en un lado y un Patrol al otro.

-A ver señores¡¡, control de documentacion....-

-Ganas de tocar los huevos..¡¡¡-. Gritó alguno por allí.

Estabamos unos cien motoristas, cabreados, y conscientes de que eso llevaría horas y nos perderiamos la excursión y la visita a la destilería, cosa que de ningún modo estaba dispuestio a tolerar Antón.

A petición de Antón solivianté a los compañeros, que se arremolinaron a gritos, con las peticiones de calma por parte de los organizadores, y un buen atasco en la carretera, y bocinazos, y risas, insultos, y acelerones, momento en el cual en un visto y no visto desapareció Antón, entre la maleza de la cuneta, para aparecer unos momentos mas tarde, guardando en su bota la navaja de guerrillero, y sonriendo ampliamente.

-Todo bien Tony. Tu y yo riir enseguida.- Me dijo.

Fue decir eso y ver como se despeñaba el Renault 4 ladera abajo, gracias al buen hacer de Antón que se había encargado de quitar el freno al coche y darle un leve empujón, con el consiguente alborozo del gentio y la desesperación del cabo, el sargento y los dos números, que se pusieron muy rojos y preocupados, y que corriendo subieron en el Patrol para ir a ver el estado en el que había quedado el coche, desmontando el control, dandonos vía libre, e inconscientes de que Antón, había "trabajado" también el circuito de frenos del todo terreno, al cual vimos salirse a lo lejos de la carretera, volcando posteriormente, para desesperación y locura del sargento que pistola en mano amenazaba con matar a las hordas rojas, a los masones, y a Sadam Hussein.

En el siguente cápitulo, contaré como pasamos la noche, como Antón estaba siendo feliz, "Los mijiores dias de mi vida" decía mientras me abrazaba y me juraba amistad eterna, a la vez que me prometía ahorrar para comprarse una moto nueva, "no mas putas, Tony, no gastaré dinero en putas", y me decía, una como esas quiero, señalando una Rocket III que casualmente era de la misma marca que la mia.

Nos vemos.

Tony Perry>>

2003-2008/t-10026.html

Ya está calentito el bollo del horno.

Mas relajados después del incidente con la Guardia Civil, y ya mas calmado Antón, que fue testigo, al igual que todos, de como el sargento pistola en mano descargó el cargador contra un galgo que merodeaba curioso donde había empezado a arder el Patrol, y afortunadamente había fallado todos los disparos al pobre animal, acertando tan solo en el tractor nuevecito del alcalde del municipio. Su mala puntería nos salvó de tener un asunto desagradable con las fuerzas del orden.

Visitamos la destilería de licor de hierbas, donde nos plimplamos un par de botellas, ante la mirada estupefacta de la propietaria, que insistia en la graduacion del brebaje...

-Ojito pareja, que esto tiene 40 grados de alcohol.....- Decía.

-Yo, en Kiev, beber anticongelante cuando no haber vodka, usted no priocupar.- Huelga decir quien contestó.

De allí a la excursión, no sin antes tirar dos motos que estaban aparcadas debido a un leve traspie de mi colega. El percance se arregló desapereciendo de allí a la velocidad del rayo y apareciendo mas tarde, cuando los dueños estaban ya mas calmados.

-Si pillo al cabron que las ha tirao.....lo mato.

La excusrión terminaba cerca de una playita, para regocijo de Antón, que desnudo se dispuso a tomar un baño, para algarabía de las mujeres que nos acompañaban y para infortunio comparativo de los hombres alli presentes. Antón tenía fama de ser una máquina de matar perfecta, y a tenor de lo que decían las putas del club, una máquina perfecta de amar también. Nunca hubo acuerdo sobre quien gritaba mas, si el fulano que era sometido a sus torturas, o la mujer que se acostaba con él.

Yo me mantuve al margén. Un extraño pudor se adueñó de mi, no por que no quisiera bañarme en bolas, ni por vergüenza, sino por que recordé que esta semana no me había cambiado la ropa interior, que ya presumia yo un tanto acartonada, y coño, iba tol mundo con bañadores del Hilfiger, y ellas con bikinis de marca, que no era plan de bajar el nivel. Cuando hubieron pasado las horas nos tocaba regresar para la cena, y Antón se había convertido en el centro de atracción de muchas de las mujeres, que al son de sus historias y de sus juegos, parecian pasarlo bien. Eso si todas parecian avergonzadas y no levantaban la mirada mas allá de la cintura del buenazo ese.

De nuevo a hacer cola. Para la cena. Patatas guisadas y huevo frito con tomate. Nada que reseñar, salvo que un poco hartos de la rubia de bote que no paraba de hablar por el movil en la cola, justo detrás nuestra, Antón se lo arrebató, y lo dejó caer ante la mirada perpleja de la chica dentró de la perola de patatas.

-Y como digas algo, te meto la cabeza dentro también.- Le dije yo.

Después de la cena, bailongos, streep-tease de un par de golfillas, y consumiciones en la barra. Muchas. Hasta las 4 de la madrugada, donde fuimos invitados por la organización a abandonar el recinto con cara de pocos amigos, la verdad.

Y llegó la hora de dormir. Y en verdad Antón tenía todo atado y bien atado. Nos dirijimos a la iglesia del pueblo.

-En Kiev, de noche los vagabundos duermen allí, sino congelar y morir.-

En cinco minútos andando, llegamos, tan solo hubo que atravesar el campo donde yacian los restos calcinados del Patrol, un tractor con cinco disparos en la luna delantera, y donde merodeaba un perro. Antón intentó abrir la puerta de la iglesia, que por supuesto estaba atrancada, nada irresoluble, un salto con carrerilla, una patada en el lugar indicado, y las puertas del "cielo" se abrieron para nosotros.

Mas arriba, en la casa de al lado, algo alertó al nuevo parroco, un ruido escandaloso se había producido en la iglesia, "se ha hundido la cúpula, Dios mio", imaginó el cura, que saltó de la cama con sus calzoncillos, una camiseta del viaje del Papá a Valencia, y calcetines negros de punto, que era su atuendo habitual para dormir. Para su sorpresa al asomarse a la iglesia vió a dos hombres con pintas de herejes y maleantes, (el ucraniano y yo), que revolvian en la sacristía buscando mistela para beber, y que el imaginó que estaban profanando las sagradas formas. Sigiloso, cogió el teléfono e hizo una llamada a la Guardia Civil.

-Soy D.Enrique, el nuevo parroco, estan robando en la sacristía.....-Decía con temor a ser oido.

-Dos hombres, uno alto y otro con pintas de despreocupado.....¿Como que no me cree?.....¿que es eso de si he bebido?......¿por quién me toma?.- Dijo elevando un tanto el tono de voz, cosa que alertó sin duda a Antón, que se detuvo de inmediato de la inspección.

-Mire D. Enrique, ya nos avisó el señor obispo que su traslado se debía a que le habian encontrado borracho y desnudo una noche en un descamapado, y nos comentó que no le quitaramos ojo, y aunque eso que cuenta fuese cierto, no podríamos ir, caracemos de vehiculos y sin la orden del sargento que se encuentra en su casa sedado debido a un ataque de nervios, no podemos abandonar el cuartelillo, asi que vayase a la cama a dormirla y mañana será otro día.......

-Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.....-Se cortó la comunicación justo en el instante en que Antón arrancaba de cuajo el teléfono de la pared, y le sacudía una bofetada con la mano abierta a aquel hombrecillo, al que creía por un momento conocer, le resultaba familiar, y que tambaleandose fua a caer sobre el escritorio, volcando el pequeño armario del fondo, donde para nuestra desgracia se guardaba toda la mistela, que acabó derramada entre trozos de vidrio en el suelo.

El hombre recuperó el equilibrio precariamente, y tenía un aspecto grotesco con la cara inflamada y roja, y los pelos, escasos que tenía, con "efecto capot abierto" apuntando a lo alto.

-Nosotros no jaleo, nosotros solo querer dormir, y beber algún licor buen hombre.- Espetó mi amigo.

El pobre hombre aún mareado del sopapo, y empapado en la mistela, con varios cortes en los pies, apenas alcanzó a sostenerse, e indicarnos un aparador donde había escondida una botella de Soberano, otra de Anís del Mono, que me recordaba a mi infancia, cuando me inicié en el fascinante mundo de las borracheras, y un montón de revistas con tias desnudas...

-Son del antiguo parroco, supongo que no le molestará.....-Balbuceaba el buen hombre.

Pero la física tiene unas leyes a veces caprichosas y el buen hombre no pudo mas con su equilibrio, que lo dió de inmediato por perdido, y en su brutal caida hacía los restos de la mistela, accionó el sistema de campanas automáticas, en su versión "incendio", llenando el pueblo de luces encendidas y de aldeanos en pijama corriendo de un lado para otro buscando el fuego destructor.

Nosotros discretamente desaparecimos y no fuimos testigos de como encontraron a D. Enrique, semidesnudo, oliendo a alcohol, y rodeado de revistas con tias desnudas jugando con sus consoladores y bolas chinas, y de como se encomendaba en su aletargada consciencia, a San Toribio y su cura de humildad.

Contaré en el próximo como terminó el evento y las risas que hicimos. Ahora confortablemente instalado en la tienda de la rubia, la cual gritaba como una loca mientras Antón se la trajinaba, espero que amanezca para comenzar otra jornada motera a tope.

Tony Perry>>

2003-2008/t-10369.html

Bollos y hornos, todo al carajo.

Hace ya algunas semanas que os dejé. Imprevistos de última hora nos hicieron tener que salir pitando a Ibiza. A salir pitando y a Antón, a dejar en paz el pito, que lo tenía bastante ocupado con la rubia del "osea" que resulto a su vez ser hija de un afamado notario catalán. Pero os cuento despacito.

Yo había dejado a mi amigo trajinandose a la rubia entre botella y botella de anís. Yo por mi parte, a falta de que trajinarme decidí de buena hora, salir a dar un garbeo con la Speedmaster. Me encontraba haciendo unas curvitas, deleitandome con el sonido de la moto, cuando noté que el movil vibraba. Al detenerme me puse en contacto con Vladimiro y él me puso al corriente de lo que estaba sucediendo.

El contable de la organización, un tal Oleg, ex miembro del comite olímpico ruso, había sido detenido por blanqueo de dinero, tráfico de armas, putas y drogas. Como tambien perteneció al Coro de la Armada Sovietica, cantó todo en pocas horas y una docena de miembros de la organización habían sido detenidos, las putas salieron corriendo en desbandada, el caos se apropió de la organización, el Commandant había sido interceptado y muerto a balazos por los G.E.O., y Vladimiro trataba sin éxito de encontrar alguien que le ayudara a hacer desaperecer pruebas.

Encontré a Antón en una postura poco digna, pero no había tiempo de cortesias, tuvo que dejar la enesima felación para otro momento, y tras ponerle al día de lo que sucedía, salimos pitando para la capital. Nada mas salir encontramos un control de la Guardía Civil que iba a interceptarnos, los viejos conocidos del pueblo. Actué tal y como dijo Antón, escapando con las motos por medio del campo, en cuanto nos vieron meternos en el pinar, los picoletos se dispusieron a seguirnos, todo hay que decirlo, que al carecer de vehiculos del cuerpo, lo hicierón con el Seat Toledo del sargento, que aún se encontraba depresivo y medicado en casa, y con el Talbot Solara del suegro de uno de los números. En cuanto la frondosidad del bosque se hizo idonea, y dado que el guerrilero había tenido en cuenta la vía de escape, la dirección del viento, y estaba porvisto del material necesario, es decir gasolina y un mechero, le prendió fuego a unos carrascos y aquello empezó a no tener mucho que envidiar a los fuegos de Vulcano. Se reía como un poseso el muy cabrón. Mas tarde supimos que los guardias salieron ilesos, y que también el Talbot (que había salido estupendo de motor...) había salido indemne. No se pudo decir lo mismo del Toledo del sargento. Pura ceniza, lo mismo que 200 Has. de pino mediterráneo, y dos corrales del pueblo con sus ovejitas dentro.

Una vez con Vladimiro, nuestra misión debería ser quemar toda la información que pudiera delatarnos de algún modo y ayudar a empaquetar los fajos de billetes y las joyas, para que el cubano pudiera ponerlas "a salvo". Pero el asunto no convenció del todo a Antón, lo supe por su mirada, esa, la fria, la asesina. Dedujo sabiamente que una vez desaparecida la información, que los capos estaban todos a buen recaudo y que el jefe estaba muerto, lo unico que pretendía el cubano era un exilio en Brasil forrado de pasta, y con nosotros muertos de asco en el trullo.

No entraré en detalles, pero fue muy desagradable ver como perdía el cubano un dedo tras otro, mientras se retorcía de dolor en la silla atado. Al menos me queda el consuelo que su muerte posterior fue muy rápida, una vez cargado todo el dinero en un coche que habiamos robado, Antón colocó una granada de fragmentación dentro de la camisa del cubano, y me dijo de esperarle allí. Unos minútos mas tarde apareció con un tipo que solía mendigar al cual le había dejado inconsciente, y mas tarde fue a buscar al vigilante jurado que un día no le dejó entrar en el bingo de al lado.

Al encontrarlo le dijo todo chulo.....

-Que ruso?.....vienes otra vez borracho....ya te dije que aqui el amo soy yo, que soy como Stalin y que tu.....aqui no entras mientras esté yo de portero aqui....-Dijo el incauto.

De la primera ostia, le saltó dos dientes, y una vez hecho eso salió corriendo para que el infeliz le siguiera, cosa que el muy ignorante hizo, y lo hizo hasta donde el ucraniano quería, hasta el local donde estaban el cubano, el mendigo y yo esperando alucinao y dandole unos tragos a una botella de Licor 43, para los nervios. Una vez alli, lo que siguió fue muy rápido, el segurata se quedo parado al ver la sangre, el tipo atado sin dedos en las manos, el mendigo tumbado y yo, de refuerzo. Dos leches bastaron para dejarlo medio grogui, y antes de la puntilla tuvo que oir.

-Mi abuelo de mi, morir en Gulag por culpa de Stalin. Si tu Stalin, yo vengar mi abuelo- El bueno de Antón, siempre tan familiar, pensé yo.

Y dicho eso, le descerrajo dos tiros, uno en una rodilla, y el otro en los huevos. Lo demás vino del tirón, el mendigo recobró en parte la cosnciencia, y por eso tuvo un tiro en la cara, que se la desfiguró por completo.

-Ese seras "tú", este otro grande, seré "yo". Y ahora corre al coche que esto va a explotar en dos minútos.

Salí corriendo como pude cagao de miedo, borracho, y con la preocupación de que coño iba a ser de mi, porque visto lo visto, no auguaraba nada bueno para mi estupendo cuerpo.

Antón salió a todo trapo con el coche, me sugirió que deberiamos hablar con Adolfo, el del Ferry, para salir de incognito de la isla. Y asi lo hicimos. Fue mas facil de lo previsto, el cuñao de Adolfo, que solía viajar en el Ferry con un camión, nos escondió en la cabina, hizo la vista gorda y puso ojos de lechuza cuando Antón le soltó por el favor, dos mil euracos a cada uno. Sabiamos que era buena gente y que jamás dirian nada. No había mucha policia en el puerto. La explosion del local donde estuvimos antes, el posterior incendio de toda la manzana de casas, la propagación por el barrio de humo tóxico producido por los productos químicos de las drogas, hizo que estuvieran muy distraidos como para prestar atención a los buques.

En medio de la travesía salimos a tomar el fresco a cubierta, allí vimos con alegría al buen cura que tan bien nos recibió en su parroquia, el pobre hombre se dirijía a un nuevo destino acompañado por un vicario y por un médico siquiatra.

-Veras como el aire de la meseta te sienta bien.....allí descansaras y alejaras al diablo del sexo y del alcohol de ti....-le decían en el preciso instante que nos vió. Solto un gritito apagado, y salió corriendo tirandose por la borda, cayendo en la estela de las helices, y dandolo por desaparecido dos horas mas tarde.......Descanse en paz.

Lo que sigue lo abreviaré. Antón se porto como lo que era, como mi hermano, repartió el dinero, (mucho dinero os lo juro), y ahora vive en una población catalana con la hija del notario, tiene dos hijos gemelos, y un negocio de import-export de alcohol ruso y de vinos del Penedes.

Yo.....que decir de mi. Ahora soy accionista de un concesionario B.M.W. en la Mancha. Tengo una K1200 y un M5, y añoro mi Speedmaster, pero consigo olvidarla con mi mujer....la Vicky. ¿que os pensabais o que?.>>

Tony Perry.

Siempre a su servicio.

Cuando tenga un rato busco el del lío de Patè con Sharon Stone...

joder me e leeido todo del tiron buenisimo

buenisimo, llevo la mitad, para mañana más

no lo había leido,gracias

¡¡ Qué bueno.....!! Media hora enganchá .............

No tardes en buscarte más .............

Saludos

Muy bueno...... lectura de calidad

Buenisimo.... .queremos más...