Cruewel
26-03-2010 01:15:27
Volví a casa el domingo 21 de marzo, tras 10 días de ausencia, andando el Camino de Santiago desde Astorga hasta Arzúa (unos amigos fueron hasta allí en coche y me corrompieron, así que abandoné antes de la última etapa Arzúa - Santiago).
En el Camino hubo de todo menos las rubias de ojos azules, grandes pechos, cuerpos esculturales y rostros siliconoides con que yo había soñado. En general, fue una experiencia bastante solitaria, sobre todo comparada con el Camino que hice hace 5 años, de León a Santiago, cuando no rechacé la compañía de otros peregrinos que conocí por el Camino.
Esta vez quise estar solo con mis dolores, mi música, y mis pensamientos, y charlar ciempre que podía con los lugareños, que solían ser gente afable y abierta a los peregrinos cotillas como yo. Lo importante era cambiar la histeria combinada de mi encantadora mujer y maravillosos dos hijos por paz, silencio, calma...
En fin, me ahorro los detalles porque podría enrollarme eternamente, y empiezo con las fotos, que acompaño de comentarios más o menos sarcásticos.
Todo viaje empieza en alguna parte, en mi caso en la estación de Cercanías de Torrelodones, Madrid.
¿Mucha niña mona pero ninguna sola? En realidad, poca niña mona, pero, como se verá más adelante, mucha abuela simpática.
Mi increíble talento apra la fotografía combinado con mi impresionante estampa me llevan a retrarme regularmente en cualquier objeto capaz de reflejar la luz. Vamos, que hacía fotos hasta de las piedras para evitar los momentos de tedio.
La Estación SUr de autobuses de Madrid, en el intercambiador de Méndez Álvaro.
Nieve nada más pasar el tunel de Guadarrama. ¿Un mal presagio?
Y sin darme cuenta, mi ego y yo ya estábamos en Astorga.
Primera jornada jodidilla, porque sólo había que andar 20 km, pero empecé a las 1400.
Tranquil@s, la próxima serie de fotos no será tan aburrida. Es que dejo lo más pesado al principio, para que de aquí en adelante la cosa sólo pueda mejorar. jejeje
En el Camino hubo de todo menos las rubias de ojos azules, grandes pechos, cuerpos esculturales y rostros siliconoides con que yo había soñado. En general, fue una experiencia bastante solitaria, sobre todo comparada con el Camino que hice hace 5 años, de León a Santiago, cuando no rechacé la compañía de otros peregrinos que conocí por el Camino.
Esta vez quise estar solo con mis dolores, mi música, y mis pensamientos, y charlar ciempre que podía con los lugareños, que solían ser gente afable y abierta a los peregrinos cotillas como yo. Lo importante era cambiar la histeria combinada de mi encantadora mujer y maravillosos dos hijos por paz, silencio, calma...
En fin, me ahorro los detalles porque podría enrollarme eternamente, y empiezo con las fotos, que acompaño de comentarios más o menos sarcásticos.
Todo viaje empieza en alguna parte, en mi caso en la estación de Cercanías de Torrelodones, Madrid.
¿Mucha niña mona pero ninguna sola? En realidad, poca niña mona, pero, como se verá más adelante, mucha abuela simpática.
Mi increíble talento apra la fotografía combinado con mi impresionante estampa me llevan a retrarme regularmente en cualquier objeto capaz de reflejar la luz. Vamos, que hacía fotos hasta de las piedras para evitar los momentos de tedio.
La Estación SUr de autobuses de Madrid, en el intercambiador de Méndez Álvaro.
Nieve nada más pasar el tunel de Guadarrama. ¿Un mal presagio?
Y sin darme cuenta, mi ego y yo ya estábamos en Astorga.
Primera jornada jodidilla, porque sólo había que andar 20 km, pero empecé a las 1400.Tranquil@s, la próxima serie de fotos no será tan aburrida. Es que dejo lo más pesado al principio, para que de aquí en adelante la cosa sólo pueda mejorar. jejeje
