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: Los Elefantes: The Worst Journey in the World... 2ª (Lyon)


Apsley
03-02-2004, 02:48 PM
A las cinco de la madrugada, con los pies congelados y las manos insensibles, el faro de la moto iluminó el cartel que indicaba la salida de la carretera que llevaba al pueblo de Fraga. Puse el intermitente y tomé el desvio, por que ya no aguantaba más.
Pasé entonces ante una casona vieja y unos arboles raquiticos y entré en el pueblo, lugar donde no había ni un alma por las calles. La niebla se apoderaba de todo, acrecentando aún más la sensación de soledad y frialdad que me invadía.

Con intención de tomarme un pequeño descanso, me refugié en una gasolinera que estaba cerrada, y decidí que debía poner fin a mi problema con el frío en los pies. Para ello cogí un par de bolsas de basura que llevaba guardadas en el interior de la funda de la tienda de campaña y me las calcé por encima de las botas. Después, poniendo en práctica un antiguo truco ciclista, me puse una medias de lana muy gruesas por encima de la bolsas de plástico y las fijé a las perneras del mono de agua con cinta de embalar. Y ya que había revuelto todo el equipaje en busca de la cinta, aproveché para enroscarla también a la altura de mis muñecas, uniendo y sellando cualquier entrada de aire bajo el mono de agua naranja chillón. La solución, para ser sincero, no resultaba muy estética, pero me consolaba pensar que de aquella forma el aire helado de la noche tardaría más en llegar a mis entumecidos dedos.
*
Si algo recuerdo bien de aquella largísima noche en ruta, es que padecí mucho por culpa del sueño. Conviene recordar que el día anterior me había levantado a las ocho de la mañana, y que durante la tarde anterior a mi partida pasé siete horas repartiendo correspondencia urgente a lomos de mi Vespa de Correos. Llevaba por lo tanto más de veinte horas sin pegar ojo, y debía mantenerme despierto. En aquellas circustancias lo intenté todo para conseguirlo. De vez en cuando, me ponía a cantar a grito pelado, pero lo único que conseguía con aquellos movimientos de cabeza y gesticulaciones varias era descolocarme el sotocasco a la altura de la garganta, con lo que el frío me entraba por el cuello del mono de plástico enfriandome el pecho. Durante muchos kilómetros fuí incapaz de estarme quieto sobre el sillín de la moto, no se si con la intención de encontrar una postura cómoda, o para, con el ejercicio, entrar en calor. Otras veces, para distraerme, *me dedicaba a contar uno a uno los kilómetros *que me restaban para llegar a Barcelona: -doscientos treinta...doscientos veintinueve...doscientos veintiocho-
Cualquier actividad mental *o física era buena para mantenerme despierto sobre la moto, pues con aquellas temperaturas había un gran número de placas de hielo sobre el asfalto. Aparecian sin avisar, y brillaban amenazantes en la oscuridad de la noche.

Hubiese sido mucho mas cómodo, seguro y rápido -e inteligente- haber tomado la autopista de peaje entre Zaragoza y la frontera de la Junquera, pero mis escasos recursos económicos me obligaban a rodar por la carretera nacional. De todas formas, no todo *fué desagradable -frío, niebla,oscuridad ,sueño-. Cuando adelantaba a un camión y me colocaba a su altura, sentía un calor tan breve como intenso. ¡Era delicioso! Y en uno de los tramos de aquella etapa, entre Cervera y Barcelona, encontré un montón de camiones a los que adelantar. En ocasiones rebasaba a dos o tres seguidos, disfrutando de lo lindo de su cálida estela. Cuando me reincorporaba a mi carril les saludaba con el claxón y levantaba mi mano en señal de agradecimiento.
*
Otra cosa que me resultaba agardable era imaginarme la salida del sol. Sumido en aquella oscuridad anhelaba el amanecer, pues suponía que con él llegaría una subida de la temperaturas, y por otro lado se disiparía el sueño terrible que padecía . Pero no resultó ser así.

Amaneció justo al tiempo en que entré en Barcelona, pero lo único que trajo el sol, lejos de mis expectativas, *fué aún más frío. Mas frío ¡Hacía tanto frío! Tanto, que pensé seriamente, y por primera vez, en regresar a casa. Primera crisis: ¿dónde iba? ¿qué pretendía? ¿merecía la pena aquella extravagancia? Es posible que no fuese así -quiero decir: que las temperaturas no descendiesen- pero tras una noche tan dura estaba destemplado, muerto de sueño y bastante desanimado. Y además, la sola idea de que aún me quedaban seiscientos kilómetros para llegar a Lyon, acabó por derrotarme. Siempre, en cualquier viaje que emprendas, hay un minuto en el que el sentido común te aconseja que abandones. Te sumerges en una crisis, todo se transforma y nada es ni se parece a lo que habías visto anteriormente, imaginado o leído. Pero en aquel minuto decisivo, en ese minuto largísimo de crisis, me obligé a sacar lo mejor de mi mismo y vencí al desánimo. Luego, con el tiempo, con el esmeril del recuerdo, y suavizada la tragedia comprendí que se trató, posiblemente, del mejor instante de mi viaje.
*
Pasada Barcelona me detuve a repostar y me replanteé la situación. No llegué a ninguna conclusión. El caso es que después continué con el viaje, sin saber muy bien por qué. Quizá por que en la sucursal de Correos donde yo trabajaba habían hecho una "porra" de a mil pesetas sobre si conseguiría o no conseguiría llegar a Loh. Mi honor motorista, en un trabajo de motoristas, estaba en juego. O quizá continué por que el invento que había desarrollado para el frío en mis pies - bolsas de plástico, cinta de embalar y medias gruesas sobre las botas- funcionaba y al menos ¡ya sentía los dedos!. El caso es que continué, porque deseaba con todas mis fuerzas ir a los Elefantes.
*
A las doce de la mañana llegué a Gerona, y tres horas después entré en Francia.

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Había llegado a Francia, y no era poco. La mañana avanzó con la mísma celeridad con que se movían los BMW y los Mercedes que me adelantaban cuando rodaba por la autopista de peaje A9.
Pocas cosas hay tan aburridas como una autopista de peaje. Todo es recto y no hay ni una sola curva, ingredientes perfectos para quedarte dormido en cuanto te descuides. Y además, las áreas de servicio son carísimas, pero a mí aquello me daba igual porque no podía permitirme el lujo de parar en ellas. Y es que al entrar en Francia, tuve que tomar una decisión “salomónica”, pues mirando el mapa observé que si continuaba hacia el norte por las carreteras nacionales francesas nunca llegaría a Lyon. Estas carreteras son un laberinto que discurre por infinidad de poblaciones (nunca sabes cuando entras ni cuando sales de un pueblo) unidas por otra infinidad de glorietas -”¡vous ne pass le priorité!- adornadas con millones de entradas y salidas a coloridos centros comerciales. Así que mi dificil decisión consistía en en elegir entre la posibilidad de de ir por nacionales y poder comer y no llegar nunca a Lyon, o pagar peajes y por lo tanto quedarme sin presupuesto para la comida...

Opté por pasar un poco de hambre, y de esta forma poder llegar a mi destino antes de la caida de la noche .
Pero lo peor de aquel tramo, mi verdadero enemigo entre la Junquera y Lyon, no fué el aburrimiento, ni el frío, ni tan siquiera el hambre: mi verdadero enemigo fué el sueño. Llegué a tener tanto sueño que mis problemas con el frío quedaron relegados a otro plano, y prometo que hubo instantes en que se diría que perdía la razón sin tener muy claro que era lo que hacía, por dónde pasaba o a qué aspiraba con aquel marathón. Por suerte en la A9 toda era recto, recto, recto, y sólo toqué el freno al llegar a la altura de Orange, donde encontré un desvío hacia la A7 en dirección a Montelimar. Después llegó otra sucesión de largas rectas, mas áreas de servicio, más gasolineras, y cientos de indicadores azules que pasaban incansables sobre mi cabeza.

Recuerdo que, a esas alturas del viaje, me provocaba sobremanera ver a las orillas de la autopista un anuncio de un hotel. Eran algo irresistible aquellos reclamos luminosos muy vistosos que me prometían una ducha caliente y una cama límpia. ¡Cuanto hubiera dado yo por meterme en aquellos momentos en una cama! De hecho, en un par de ocasiones la tentación llegó a tal punto que estuve en un “tris” de poner el intermitente y desviarme abandonando con ello mi empresa de llegar a Loh. Pero debía llegar a Lyon, debía llegar a Lyon: -”tengo que llegar a Lyon”- me repetía una y otra vez.

Y lo conseguí. En un alarde de arrojo y determinación, entré triunfal en Lyon a las seis de la tarde. Era el final de la primera etapa y casi había llegado la noche. Llovía intensamente, por lo que sin perder un minuto entré a la ciudad por la primera entrada que encontré, y fuí a dar a un lugar muy curioso: el barrio árabe. Crucé un par de avenidas, y me detuve ante el primer hotel que ví. Un cartel cutre titilaba debilmente colgado en una esquina. Era un local que ofrecía camas económicas y tenía, cerca de la recepción, una barra americana forrada de terciopelo rojo. ¿Una barra americana en el barrio árabe? ¡era increíble! Pero tenían camas, y eso era lo realmente importante.
Aquel negocio lo regentaba un argelino cuarentón, argelino puro con bigote y camisa hortera a cuadros, que apesar de su cara de pocos amigos fué muy amable conmigo. Me ofreció un cuarto que tenía cerradura -insistió en ello- y se preocupó de guardar mi moto a resguardo de la lluvia en el patio trasero del hotel.

Mi último esfuerzo de la jornada consistió en pasear, con las piernas entumecidas, bajo la lluvia en busca de un bar o supermercado donde comerme un bocadillo. Cuando salí del hotel busqué con morbo a las chicas de la barra americana, pero allí no había nadie.

Encontré, eso sí, una sandwichería en una bocacalle a cien metros del hotel, y después de comerme un par de baguettes y una cocacola dí media vuelta y regresé. ¡Por fin iba a dormir!

A las siete de la tarde me metí en el saco, que había extendido sobre la cama, y sólo tuve el tiempo suficiente para pensar que lo que sentía en ese instante debía ser algo muy parecido a la felicidad.

Continuará.



Apsley.

xoxe
03-02-2004, 03:29 PM
:D

Armageddon
03-02-2004, 03:36 PM
:roll: :roll: Increible, cada día me gusta más este subforo.

v'sssssss

tfedi
03-02-2004, 03:59 PM
:lol:

V'sss

Mariano
03-03-2004, 08:55 AM
Con dos cojones y un palito, Apsley.
Vssss

Viktor
03-03-2004, 09:19 AM
Vengaaaa mas, mas, mas..!!!!!

Quien me iba a decir a mi que un foro de moteros, iba a despertarme de nuevo la pasion por la lectura...!!!!! :twisted: :twisted:

Sois todos muy grandes..!!!

triumpho
03-03-2004, 04:23 PM
Joder Aspley la verdad es que me dejas impresionado con estos relatos y ole tus huevos por que hay que tenerlos bien puestos para viajar en esas condiciones. Yo que estaba todo orgulloso por haber llegado de Zurich a Oviedo de un tiron, claro que todo por autopista, en verano, con la Tiger, y con el super equipo de goretex.... Espero ansioso la siguiente parte.

Saludos

xoxe
03-03-2004, 08:11 PM
Creo que hablando de frío luego deberías relatar tu viaje de Madrid a Albacete y, regreso a Madrid en Vespa años antes de los Elefantes, viajando de paquete de un agerrido mensajero. ¿No eres cuasi alcohólico desde entonces?…… :D :D

03-04-2004, 09:02 AM
Cuanto más leo estos relatos más pena me doy y más consciente soy de lo flojo que soy (a ver si ahora con la Bonnie...).

MCP
03-04-2004, 11:35 AM
¡¡¡"Demasié pal cuerpo"!!! :lol:

Ta lueguínnn

JJL
03-09-2004, 06:31 PM
8O 8O 8O 8O ¡Cuantas ganas! ¡Cuanto espiritú! ¡Que capacidad de sufrimiento!

¡Cuanto me queda por aprender en esto de las motos.!
Me lo estoy pasando bomba con este subforo.

sprinter
03-10-2004, 12:19 PM
Apsley...o dejas de contar historias para no dormir o nuestra autoestima como moteros intrépidos va a sufrir un duro varapalo.....y es que cuando pienso que soy "algo" en esto de las motos con mi supertraje de gore-tex,cordura,etc....y luego me leo tus relatos.... :( :(


Saludos campeón...
:wink:

TIGER
03-12-2004, 09:27 AM
¡¡¡a la altura del betun nos deja¡¡¡¡¡

pero quiero oir mas ¡¡¡¡ y quedar peor aun¡¡¡¡ :D :D

Neott
03-25-2004, 08:12 PM
Nunca me he tenido por un "sunshine biker", pero comparado contigo, lo soy elevado al cubo.

JordiTrident
03-26-2004, 11:16 AM
Joder Apsley, que nivel literario...y aventurero. :D :D :D

Cuando acabes tu relato, prometo contar también mi experiencia Elefantera en la que compartí viaje con una Vespa 200 i Piaggio Hexagon (para que os hagáis una idea...)

pi
03-29-2004, 02:00 PM
Apsley que nos has dejado colgados, sigue capullin…