Predicador
06-27-2005, 12:54 AM
Ya estamos aquí!, toda una aventura. La ida la hice como siempre por el camino más largo, me metí por un puerto, por otro y por otro más, como buen coleccionista de curvas que soy.
Una carretera por la cual tenía previsto ir estaba cerrada, lo cual imprimió más aventura al viaje, pues tuve que improvisar otra ruta... al final iba cayendo el sol y tuve que viajar de noche bastante tiempo por carreteras totalmente negras y solitarias hacia mi destino. Béjar.
Muchas curvas y alguna interminable recta que me obligó a volverme más "racing" que "custom", pues llegaba bastante más tarde de lo previsto a mi destino y me quedaba sin luz.
A veces me falta paciencia, y pocas veces uno tiene ganas de llegar a su destino para seguir disfrutando de la máquina, pero esta vez las incertidumbres del camino pudieron con mi entusiasmo.
Pueblos como Piedrahita, Sorihuela..., los pasaba como una exhalación enfundado en cuero y envuelto en el sonido bronco de mi Triumph, ...para volver a ser tragado por la oscuridad, en la soledad romántica e inquietante del motorista.
Todos los insectos buscaban la luz y encontraban la muerte en la máquina humana que se desplazaba a gran velocidad. Mi cara acogía estoicamente cien mil pequeños latigazos de nuestros desafortunados encuentros, mis gafas se iban empañando cada vez más por aquellas breves y mínimas explosiones de esos pequeños milagros voladores.
Tras muchos kilómetros llegué a mi destino y me reuní con amigos para dar cuenta de los manjares de la tierra, al día siguiente, fiesta.
Es un lugar altamente recomendable donde me alojé, cerca de Béjar se llama "El Jardin del Conde", muy tranquilo y bonito (Hotel rural)
Al dia siguiente volví por el Puerto de Béjar, Candelaria, El Barco de Ávila, etc..., muchas carreteras y nivel como para inventarnos una aventura por esa preciosa zona.
Una carretera por la cual tenía previsto ir estaba cerrada, lo cual imprimió más aventura al viaje, pues tuve que improvisar otra ruta... al final iba cayendo el sol y tuve que viajar de noche bastante tiempo por carreteras totalmente negras y solitarias hacia mi destino. Béjar.
Muchas curvas y alguna interminable recta que me obligó a volverme más "racing" que "custom", pues llegaba bastante más tarde de lo previsto a mi destino y me quedaba sin luz.
A veces me falta paciencia, y pocas veces uno tiene ganas de llegar a su destino para seguir disfrutando de la máquina, pero esta vez las incertidumbres del camino pudieron con mi entusiasmo.
Pueblos como Piedrahita, Sorihuela..., los pasaba como una exhalación enfundado en cuero y envuelto en el sonido bronco de mi Triumph, ...para volver a ser tragado por la oscuridad, en la soledad romántica e inquietante del motorista.
Todos los insectos buscaban la luz y encontraban la muerte en la máquina humana que se desplazaba a gran velocidad. Mi cara acogía estoicamente cien mil pequeños latigazos de nuestros desafortunados encuentros, mis gafas se iban empañando cada vez más por aquellas breves y mínimas explosiones de esos pequeños milagros voladores.
Tras muchos kilómetros llegué a mi destino y me reuní con amigos para dar cuenta de los manjares de la tierra, al día siguiente, fiesta.
Es un lugar altamente recomendable donde me alojé, cerca de Béjar se llama "El Jardin del Conde", muy tranquilo y bonito (Hotel rural)
Al dia siguiente volví por el Puerto de Béjar, Candelaria, El Barco de Ávila, etc..., muchas carreteras y nivel como para inventarnos una aventura por esa preciosa zona.