pate
04-11-2005, 06:37 PM
No puedo olvidarlo.
Nunca podré olvidar los momentos de mi vida en los que he pasado vergüenza, y este que os voy a contar es uno de ellos.
Aquel día de verano el sol apretaba de lo lindo, así que el atuendo de la gente, entre la que yo me incluyo, era más bien tirando a fresquito. No puedo relataros con detalle que ropa llevaba, pero si que recuerdo perfectamente que mi calzado eran unas alpargatas de esas de toda la vida con suela de esparto. Se habían puesto de moda otra vez y uno que siempre va a la vanguardía se había agenciado unas de color pistacho.
Terracita de verano, refresco y amigos. Entre ellos uno que se habia agenciado una Kawa 750 GPR, un maquinon para la época.
-Pruebala, es la leche.
-Que no, que no.
-Que sí, trae las llaves del coche y vete a casa en la moto.
Es obvio decir que no me resistí mucho más y acepte. Tras embutirme en su casco, porque mira que tiene la cabeza pequeña el cabrón, ¿o soy yo el que la tiene grande?, que mas dá, rumbo a casa. Primer semáforo y..
-Vamos a ver que tal tira este misil.
La leche, que repris, que pasada, vamos que se me salian los ojos de las órbitas. Segundo semáforo y la suerte se aliá de mi lado y para a mi vera una VFR. Me mira, le miro, y no había nada mas que decir. Pique.
Meto primera, motor altito de vueltas, verde y salgo como una bala, dejando detras mia al de la Honda y una de mis alpargatas. Tuve que parar, dar la vuelta entera a la manzana, e intentar recoger los cuatro pedazos de tela y esparto de lo que antes fue una alpargata y ahora era un despojo machacado por unos cuantos coches.
Claro, el camino a casa fue mucho más fresco para uno de mis pies. Las miradas de todos los vecinos, porque aquel día si que estaban todos en el portal, que había reunión, se dirigieron como flechas a mi pie descalzo y ennegrecido.
Aquel día perdí mucho, un pique, mi orgullo y una alpargata color pistacho.
Un saludo.
Paté.
Nunca podré olvidar los momentos de mi vida en los que he pasado vergüenza, y este que os voy a contar es uno de ellos.
Aquel día de verano el sol apretaba de lo lindo, así que el atuendo de la gente, entre la que yo me incluyo, era más bien tirando a fresquito. No puedo relataros con detalle que ropa llevaba, pero si que recuerdo perfectamente que mi calzado eran unas alpargatas de esas de toda la vida con suela de esparto. Se habían puesto de moda otra vez y uno que siempre va a la vanguardía se había agenciado unas de color pistacho.
Terracita de verano, refresco y amigos. Entre ellos uno que se habia agenciado una Kawa 750 GPR, un maquinon para la época.
-Pruebala, es la leche.
-Que no, que no.
-Que sí, trae las llaves del coche y vete a casa en la moto.
Es obvio decir que no me resistí mucho más y acepte. Tras embutirme en su casco, porque mira que tiene la cabeza pequeña el cabrón, ¿o soy yo el que la tiene grande?, que mas dá, rumbo a casa. Primer semáforo y..
-Vamos a ver que tal tira este misil.
La leche, que repris, que pasada, vamos que se me salian los ojos de las órbitas. Segundo semáforo y la suerte se aliá de mi lado y para a mi vera una VFR. Me mira, le miro, y no había nada mas que decir. Pique.
Meto primera, motor altito de vueltas, verde y salgo como una bala, dejando detras mia al de la Honda y una de mis alpargatas. Tuve que parar, dar la vuelta entera a la manzana, e intentar recoger los cuatro pedazos de tela y esparto de lo que antes fue una alpargata y ahora era un despojo machacado por unos cuantos coches.
Claro, el camino a casa fue mucho más fresco para uno de mis pies. Las miradas de todos los vecinos, porque aquel día si que estaban todos en el portal, que había reunión, se dirigieron como flechas a mi pie descalzo y ennegrecido.
Aquel día perdí mucho, un pique, mi orgullo y una alpargata color pistacho.
Un saludo.
Paté.