Yo llevo años en esto de las motos, (15), siempre he viajado con moto, mis parejas anteriores han subido mas o menos, pero mi mujer, la de ahora no, de echo le he quitado incluso las estriberas a mi preciosa speed y le he puesto una tapa de colin, (esta preciosa), bueno al turron, no consigo explicar este sentimiento que tengo por las motos y todo lo que lo envuelve, desde las carreras, las concentraciones, las salidas, a saludar a alguien que no conozco cuando lo veo venir por el otro lado de la carretera, en fin que me siento unido a todo aquel que disfruta con lo mismo que yo, este sentimiento motero me encantaria que ella lo sintiera, pero creo que con esto se nace o no. Saludos

Compañero, muchas veces es cuestión de paciencia y de ir muy poco a poco. Respetarla por un lado sus deseos, (al igual ella los tuyos), y poco a poco ir encontrando el punto de convergencia entre ambos. Sin prisas, sin estridencias... sin forzar la máquina.
A veces, fruto de pasadas experiencias las personas guardan imágenes no del todo gratas con según qué temas... es normal.... afrontemos el tema sin enfados y mostrando c/u su opinión y sus deseos. Si hay cariño, amor, que es lo principal... igualmente poco a poco deberá ir habiendo una complicidad... pero claro, hay que encontrarla. No le reproches, no le afees su conducta, sino más bien comprenderla y respetarla. (como poníendose de su parte), (dar un paso atrás para después poder dar 2 adelante). Otras veces es cuestión de que poco a poco vaya cambiando de idea sin parecer que cambia de idea... :wink: por lo que la paciencia, la constancia, el buen hacer, la suavidad y el avance progresivo son buenas alidadas. Quizá tenga que ir cayendo por su propio peso la cuestión. Quizá tenga una experiencia traumática... quizá te vea que corres con la moto... en fin, analizad el tema...
Tengo un amigo que la mujer no se quiere montar nunca con él... total... que un día la convencimos y salimos a un pueblo cercano a comer... pues bien, salimos tan campantes... y a la salida del pueblo a mi amigo no se le ocurre otra cosa que empezar a "calentar neumáticos" cual Stonner tumbando de lado a lado la moto..... (yo estaba viendo a su mujer desde mi moto por detrás... y las agarraderas de su moto casi se las arranca...)
En fin... un pelín de empatía y asertividad por parte de tod@s :wink:
Suerte!! :)

te pongo un relato que me gustó mucho y lo pusieron por aqui en su día.
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Uno se cree que por el mero hecho de pertenecer a un colectivo puede dar respuestas a cuantas preguntas se le formulen respecto a dicho colectivo y resulta que, algunas veces, los que ven el tema desde fuera gozan de una perspectiva más amplia y se hacen preguntas respecto a ese grupo que los integrantes del mismo ni se plantean.

Y así me ocurría esta misma mañana mientras mantenía una larga conversación telefónica con mi querido y admirado vecino de página, Juan Urrutia, en la que me planteaba una pregunta sobre moteros que un servidor no ha sabido responder. Me van a permitir mis queridos reincidentes que no le desvele la pregunta hasta dentro de unos párrafos, margen que ruego me concedan para intentar introducirlos en el mundillo de las motos y los moteros.

Y es que un servidor se declara un motero irredento. Menos motero de lo que él quisiera, pues sus obligaciones no le permiten dedicarle a viajar en moto todo el tiempo que desearía, pero motero al fin y al cabo.

Es más que probable que a aquéllos de mis queridos reincidentes que no sean moteros les resulte difícil comprender lo que se llega a disfrutar de la moto como compañera de viaje, las sensaciones que se viven sobre una motocicleta –y no me estoy refiriendo a la velocidad, que puede disfrutarse plenamente de la moto siendo respetuoso con las normas de tráfico- sensaciones que, por intensas, no soy capaz de describirles sino es a base de experiencias que intentaré introducirles en el relato de la manera menos plúmbea de la que sea uno capaz a estas alturas del verano, teniendo en cuenta que servidor todavía no ha disfrutado de sus merecidísimas vacaciones. En honor a la verdad, cuando este artículo vea la luz quien les escribe estará en el quinto pino y con el móvil “fuera de cobertura o apagado”.

Aunque uno empieza a ser motero mucho antes de tener motocicleta, y eso se hace devorando las revistas de motos cuando se es todavía un adolescente y anhelando que llegue el día en la que pueda conseguir la moto de sus sueños –una Bultaco Streaker en el caso de un servidor, hace ya unas cuantas décadas- en la mayoría de ocasiones uno no puede ejercer de motero con todas las de la ley hasta que goza de cierta independencia económica. Recuerda un servidor de su época de estudiante un Vespino GL rojo con el que se estrenó en el “mundo del motor”, con el que, en espera de mejores épocas y más largas rutas, “viajaba” desde su domicilio hasta el Instituto cada día.

El acceso al mundo laboral, a mediados de los ochenta, le permitió a quien les escribe acceder a una viejísima Montesa Impala del 62, casi, casi, una moto de las grandes, que le servía a un servidor para ir al trabajo, acudir a clase por las tardes y aventurarse a alguna que otra excursión de fin de semana. En su fuero interno, quien les escribe ya sentía motero, con un cacharro que era una antigualla y cuya bujía hacía la perla cada dos por tres, pero un motero, con su casco integral, su “Barbour” y su carné de “moto grande” en el bolsillo.

Y cuando por fin aquel motero consiguió trabajar de lo que deseaba y disponía de un sueldo con el que se hubiese podido permitir ser un motero con moto decente, el bebé, la primera hipoteca –y las consiguientes horas extras- y todas esas responsabilidades con las que los jóvenes entrábamos de sopetón en el mundo real, dejaron al joven motero sin tiempo ni ocasión para disfrutar de la moto, y como solución intermedia adquirió su primera Vespa, que le mataba el gusanillo de ir sobre dos ruedas, quedando relegada la moto a mero medio de transporte con el que desplazarse hasta el trabajo y, excepcionalmente, llevar a cabo alguna que otra excursioncilla. Al cabo de dos Vespas, y con el bebé ya crecidito, uno se cruza una tarde con una preciosa Yamaha de 600 c.c. –mi penúltima moto- y se enamora. Y es aquí, mis queridos reincidentes, cuando a los cuarenta se convierte uno, por fin, en motero y conoce de primera mano todas esas sensaciones que todavía no sé cómo explicarles. Sólo decirles que alguna vez que casualmente me he cruzado a mi ex, (mi ex moto, por supuesto) con la que fui tan feliz, aun y teniendo ahora una moto mejor y mucho más potente, siento celos de su actual propietario. Y me dan ganas de cantarle lo que Julio Iglesias a la Preysler, “Lo mejor de tu vida, me lo he llevado yo…”.

Un servidor tiene la teoría de que la felicidad completa no existe. La felicidad se compone de esas pequeñas –o grandes- cosas, que le permiten a uno ser feliz un instante. El secreto para ser feliz reside en saber encadenar el máximo de instantes felices posibles. Pues créanme que encima de una moto, con la carretera por delante y un destino cierto o incierto, un servidor se siente feliz, y esa sensación la compartimos todos los que nos gusta la moto. La moto, además de para llevarnos al trabajo y de utilizarla para hacer los recados en el centro donde es un suplicio circular e imposible estacionar cuando se va en coche, sirve también para ser feliz. Aunque algunas veces tanta felicidad pueda ocasionar algún que otro problemilla doméstico como el que a continuación les relato y que es tan real como la vida misma.

Tarde de verano en la que uno disfruta de unos días adicionales de vacaciones mientras el resto de la familia ya se ha incorporado a sus obligaciones. Suena el móvil y quien les escribe responde. El número que aparece en la pantallita es el del trabajo de la cónyuge de un servidor:

-¿Sí?

- Oye, que a ver si te puedes pasar por Mercadona, que me acabo de acordar que no tengo crema de manos.

- ¿Y no puede ser de otro sitio?

- No. Me gusta la de Mercadona. Es un bote redondo de color rosadito.

- Ya, si sé cual es, pero… ¿no te da igual otra marca?

- Que no, “pesao”. Que me gusta ésa.

- Es que… igual no me da tiempo a llegar.

-¿Qué no te da tiempo? Pero si son las cinco de la tarde. ¿Dónde estás?

- En la Plaza del Pilar.

- ¿En la Plaza del Pilar? ¿En qué Plaza del Pilar?

- En qué Plaza del Pilar va a ser. En la Plaza del Pilar de Zaragoza.

- ¿En Zaragoooozaaaaaaa? ¿Y qué co(piiiiiip) haces tú en Zaragozaaaa?

- Pues he venido a tomarme un cafetito, dando una vueltecilla en moto.

- ¿Una vueltecillaaaa? ¿Hasta Zaragozaaaaaa? Estás loco “perdío”, ¿eh?

- Mujer, no hay para tanto. Ida y vuelta son 500 kilómetros. ¿Qué son 500 kilómetros comparados con la inmensidad del universo?

- Bueno, deja lo de la crema de manos. Ten cuidado y no corras.

- No, no. Probablemente me dé tiempo. Son sólo dos horas y media de camino.
Tres a lo sumo.

- Anda, quita, quita…

Y es aquí cuando más de un reincidente despejará sus dudas –si es que albergaba alguna- de que quien les escribe está loco de atar, a menos que sea usted motero, en cuyo caso me comprenderá perfectamente. Así, un servidor, como lo hace cualquier motero, se suele dar el gustazo de aprovechar una tarde de fiesta para tomarse un café a muchísimos kilómetros de su casa, metiéndose entre pecho y espalda cinco o seis horas de moto por el puro placer de conducir, solo o acompañado de amiguetes moteros. ¿A alguien se le ocurre coger el coche y pegarse 500 kilómetros para tomar un café? No. ¿Por qué? Pues porque nada tiene que ver el coche con la moto. Esa sensación de libertad, circulando con el casco abierto, el aire en la cara por esas carreteras de montaña bailando sobre las curvas, el placer de percibir mil aromas que en coche ni se aprecian… Han de vivirlo para hacerse una ligera idea.

Y no quiero dejar pasar la oportunidad de desmontarles el tópico de que los moteros somos unos gamberros motorizados que nos pasamos la Ley de Seguridad Vial por el forro. Es evidente que en cualquier colectivo, como en botica, hay de todo, y que un solo gamberro motorizado –que no motero- haciendo el cabrito –quitándole años- y adelantando a todo lo que se mueve como si circulara por un circuito es visto por ciento y la madre -además, su vestimenta suele ser llamativa y espectacular-, pero las estadísticas demuestran que los moteros son, al menos, tan decentes como el resto de conductores y suelen estar implicados, porcentualmente, en menos accidentes. Por algo será.

Y llegados a este punto, y esperando que el tostón precedente no les haya hecho abandonar justo cuando viene el intríngulis de esta columna, les desvelo la pregunta que me hacía el amigo Urrutia y que decía tal que así:

- Oye, tú que eres motero. Tengo curiosidad por saber una cosa que me intriga. ¿Por qué los moteros os lleváis tan bien entre vosotros, que os saludáis cuando os cruzáis por la carretera sin conoceros, que charláis cuando os encontráis en un semáforo aunque no os hayáis visto en vuestra vida, mientras que los conductores de coche nos odiamos tanto entre nosotros?

Y tiene razón Urrutia. Cuando dos motoristas se cruzan por la carretera siempre se saludan haciendo la señal de la victoria con los dedos de la mano izquierda, o sacando el pie del estribo si las circunstancias aconsejan no soltar el manillar. Cuando un motorista circula en coche –a veces es inevitable circular enlatado- y ve un motorista detrás de él en una zona con línea continua, se orilla para cederle paso mientras le muestra por la ventanilla los dedos en “uve”. El motorista, que ha identificado a un motero con menos suerte que él –ese día circula en coche- sacará su pie derecho del estribo al pasar, saludándolo. No verá usted jamás a un motero averiado en el arcén, sin que se pare el primer motorista que pase por allí. ¿Por qué ese buen rollo? Pues esta mañana le respondía al amigo Urrutia con un “ni idea, socio”. Porque la verdad es que jamás me había planteado el porqué de tanto buen rollo entre motoristas, cuando ocurre todo lo contrario entre conductores de coche. Que como se despiste uno un segundo al cambiar el semáforo a verde y no salga de forma inmediata, se gana el pobre una pitada monumental.

Y así lleva uno toda la tarde buscando motivos. Buscando el porqué de esa camaradería que nos une a todos sin distinción de país, raza, sexo, creencias, tipo de moto o –como escribía Urrutia en su artículo de la semana anterior- grado de alopecia. Y la verdad es que sólo se le ocurre una cosa y que casa con lo que les comentaba unos párrafos más arriba.

En moto se es feliz. Y cuando uno se siente feliz es mucho más amigable. Es por lo que les recomiendo, mis queridos reincidentes, que sean ustedes moteros aunque no tengan moto. Especialmente cuando circulen en coche. Verán qué diferencia.

Saludos en uve a todos los moteros.

Mi novia no habia subido en una moto en la vida, en el 2005 me compre la CBR600Rr, el primer dia no pase de 80, pero ella me decia que iva muy incomoda y le dolia el culo. Tapice el asiento de atras don 3 dedos de espuma, pero nada...Decidi cambiar de estilo y comprar una moto mas comoda para ella, compre la Tiger, poco a poco se fue acostumbrando, sin correr, si tumbar en exceso y sin hacer el "capullo", bueno pues ya hemos cruzado la peninsula 2 veces (vivimos en Mallorca), una vez desde Barcelona hasta el sur de Badajoz (su casa), cruzando castilla leon y la otra desde barcelona otra vez hasta su casa, pero haciendo todo el norte... Poco a poco, sin correr, parando cuando ella me lo pedia. Ya casi es motera, pero todavia no me deja ni que corra ni que tumbe demasiado....

P.D. Mithruxton :plas: :plas:

A mi me preocupa este tema un poco.

A mi novia si que le gustan las motos y se adapta a todo, a veces pienso que ella tiene mas ganas que yo de que ya llegue.

Ella me dice que piensa montarse conmigo siempre :lol: y que no me va a dejar ir solo en ella...

Yo soy novato y le digo que primero tengo que hacerme a la moto y hasta que no se compre la chaqueta, guantes y casco no la dejo :P

De todas formas yo estoy mentalizado en hacer un viaje donde siempre disfrute ella y yo, si hacer cafradas ni altas velocidades (Aunque sea ella la que me dice que meta gas.... pq esque la joia en el coche me lo hace)....

En fin... algún día me gustaría sentir ese sentimiento motero que se describe en este post, por ahora estoy lejos debido a mi inexperiencia,.


Saludos :)

mira, mi actual pareja, la madre de mi hija, me conoción encima de la moto, bueno realmete, cierto k habia llegado al garito donde ella curraba en moto... pero más bien, me creo k conducia el angel de la guarda, o el piloto automático de "gertrudis"... por que yo , digamos estava etilicamente mermado...Bién la esperiencia de ir en moto, de ella, se resumia a un par de salidas a la esquina, en la BMW de su por aquel entonces, novio, k tenia de todo, pero es más tacaño k los supertacañanos, (con deciros k tenía un porsche 911, y no lo sacaba del parking, por nopagar el seguro... y la BMW k-100 Bavaria, 3/4 de lo mismo, cuando se tenia k mover, le cogía la c-15 a su viejo, o el ford fieesta de la novia...) Bueno k me voy del tema, pues eso, k me conoció en moto, a partir de entonces, se tuvo k adaptar si o sí al ir moto, pues para mí el coche es una herramienta de trabajo, y a la k acabo mi jornadam, se keda aparcado hasta el siguiente día. Le compré un casco, una chupa, unos guantes,...empezamos a hacer salidas y concentraciones, cada fin de semana, lugo le regalé un MONO, y ahí fue donde le salieron los callos del culo, conmigo y "Gertrudis"(la moto k tenía por aquel entonces, y k aún duerme en mi garaje) recorrimos toda España y Media Europa... Se kedó embarazada, en una concentración, nos entemaos k lo estaba en otra.. (tenia algunas faltas, pero como a ella el periodo siempre le venia cuando le daba la gana, tampoco le dimos importancia, hasta k se pasó por un centro de análisis y se lo confirmaron)... lo dicho, depués, durante el embarazo, lógicamente no ha montado, y posteriormente con el nacimiento de la cria, pues idem, ahora 4 años después, en navidades, le tuve k regalar otro casco nuevo, (k de momento sólo ha usado enb la comida de navidad del club), porque ya me soltó, k tenía "mono" de moto, y ke la cria ya era mallorcita para kedarse con los abuelos, en algunas saliditas domingueras....con eso keda todo explicao..

El relato de hijarano chulísimo, se me han puesto los pelos como escarpias. :atope:

Ser motero es una enfermedad como otra cualquiera, se suele contraer de muy joven.
Yo trabajo de noche, y algunos sábados se llegar de trabajar a las 8 de la mañana del domingo, a las 10 arriba, ruta de 500 km. llegar a casa, cenar, ducha y a trabajar. En esas me pregunto, ¿porque?
Y aunque hay razones plausibles, ninguna sirve.
Es una enfermedad. Y bienvenida sea, que las hay peores...

Cambia de mujer.

En mi caso, mi hermana y mi padre eran moteros además de mi mejor amigo. Yo siempre hacía de desinteresando, diciendo que ¡que peligro!...
Hace un año, me compre una scooter para circular por Madrid para mi trabajo. Era cuestión de un mes. Ya decía NECESITO una moto. Empezé a investigar. Miré Suzuki GSR600.... pués no. Kawa Z750.... tampoco... Honda Hornet... en Madrid hay montones de ellos... Descubrí la Street Triple. Desde el momento que la ví, dije esa está hecha para mí. En seis meses pasé de una persona desinteresada en motos a un obseso.

Por otro lado, mi novia se puso triste ayer al vender la scooter que era también SU entrada en el mundo de las motos, como paquete. La verdad es que hemos ido por todos sitios en la moto por la comodidad.

Así, lo que quiero decir es que el sentimiento motero sí que se nace con ello. Pero, en algunos casos tarda en salir de dentro (por cierto tengo 33 - así que estoy triste por todos esos años de locura que he perdido).

El futuro es: :ride: :ride: :ride: :ride: :ride: :ride: :ride: :D :D

Para mi ir en moto es lo mejor de la vida, na hay nada comparable a ir en moto, bueno solo una cosa, pero esta no la puedes hacer cuando tu quieras......

Totalmente de acuerdo contigo Xavi, y no veas la cara de felicidad que ponemos los mallorquines cuando desembarcamos la moto en Barcelona y Valencia y sabes que tienes a tu disposición todas esas carreteras para recorrerlas, uffff, orgásmico.... :D :D :D

es cierto, es lo que mas hecho a faltar de vivir en Mallorca, el tener siempre las mismas careteras. Ya estoy deseando que llegue aosto y desembarcar en mi ciudad y hacer 500Km sin repetir curva.....

Mi ilusion, era volver a tener una moto, digo " ilusion " de manera ciertamente egosita, para venirme a granada tuve que vender la cbr para venirme con pili.
Mi vision de tunel solo veia motos, asi que solo queria una moto sobre todas las cosas, incluso llegue a decirle que nunca volveria a tener una, de esto me rio ahora, pero antes lo pensaba ( gracias a ti Pili se que ahora no es cierto , hay dos en casa ).
Mi idea era seguir teniendo una deportiva, aparecio un muchacho que era tornero y se compro un speed triple, ahi se me cayo el alma , lo wapisima que era, asi que la TT600 murio y empezamos a mirar motos.
Fuimos buscando una moto que nos sirviera a los dos, una moto que colmase mis deseos y los suyos de comodidad.
ahi la encontramos la Tiger, casi por equivocacion.
Yo queria viajar, pero ella no contemplaba sus vacaciones en una moto, ella queria ver playas, lugares exoticos, disfrutar de playas etc....
se me quejaba y con razon de que eso no era lo que ella queria, incluso discutiamos por esto....
con el paso del tiempo, hemos llegado a equilibrar nuestros deseos, ella decide los lugares de vacaciones y yo la ruta, fifty fifty.....
Con el paso del tiempo, se saco el carnet y ahroa disfruta de su propia moto, ella decide los lugares de vacaciones y yo la ruta.
PD " Es mas, creo que ahora que nadie nos oye, que ella es mas motera que yo, por que quien coño aguanta siete mil kilometros eguidos, viendo la parte trasera de un casco swin importarle donde vayamos ( te quiero mi vida ) "

"Estripando a fondo, con el frío viento intentando atravesar mi cazadora de cuero negro, agarrado a un par de semimanillares, con el cuerpo tan plano como podía y con el gas a fondo, no me costaba nada imaginarme a mí mismo en medio de un grupo de colegas, al comienzo de los años sesenta. Entre mis rodillas había una Triumph sedienta de vueltas, con un motor bicilíndrico en paralelo. A través de mis gafas veía un par de relojes de fondo blanco, y ante mí, una hilera de motoristas en máquinas todas ellas parecidas." Al salir de la curva rosqué entonces el puño de gas y la triumph se lanzó con todo el empuje y par motor del que dispone un motor bicilíndrico en paralelo. Fué un momento mágico, porque su chasis la mantuvo estable mientras mostraba esa mezcla de aceleración y estabilidad. " .
Son momentos difíciles de definir, que sólo son entendibles cuando se pilota moto.

Pues a mi mujer le está entrando el gusanillo de las motos, os cuento mi historia. Siempre he tenido maxiscooter desde que saque el carnet en 2003. En 2006 se me viene a la cabeza la idea de comprarme una moto de verdad, mi mujer como no, me va dando coba y quitándome las ganas con eso de que hay mucho gasto y venía la boda. En abril del 2007 me caso y a la vuelta del viaje de novios cuando iba del Aeropuerto de málaga a Algeciras para coger el ferry, le comento a mi mujer que era buena idea de pasarme por Algeciras (concesionario Triumph de Paco) para ver la Triumph Tiger que había visto por internet y que por precio ni se me pasaba por la cabeza. Ella accedió y una vez en el concesionario, me recibe Paco y me dice, que tenía una allí que entregaba al día siguiente.
Cuando mi mujer ve la maquina me pregunta con una sonrisa ¿puedo subirme? no me hizo falta contestar. Nos montamos en parado y a mi se me puso una sonrisa en la cara que se me notaba a leguas.
Después de hablar un rato con Paco sobre esa maquina, me despido de ella mirándola como el gato de Srek, nos subimos en el coche y camino del ferry me dice mi mujer ¿te ha gustado? no le contesté porque mi cara me delataba y me dice ella "a mi si me ha gustado" "si quieres te la compras". Los ojos me hicieron chirivitas, no me lo podía creer, me animaba a comprarme una moto de 2 kilos cuando mi opción no pasaba de una vstrom 650.
Bueno aguanté dos días por si había tenido fiebre o algo parecido y al no comentarme nada no me lo pensé, cogí el teléfono y la encargué.
A la semana recibo una llamada de Paco comentándome que la moto estaba allí, que había llegado superrapido. Me faltó tiempo para marcharme a Algeciras a recogerla y hacer todo el tema de la importación.
Cuando llego a Ceuta con mi nueva moto, me voy a su trabajo para enseñarsela y me dice: que bonita, es preciosa, creo que has acertado con el color, ah un momento, espera que tengo una sorpresa para darte.
Y yo me preguntaba, a ver que me trae ahora, lo mismo me va a regalar algún accesorio. ¿A que no sabeis lo que se saca del bolso? Pues se saca el famoso Predictor, con dos rayas donde indicaba que ibamos a ser padres y me dice: enhorabuena Papi, que sepas que no voy a catar la moto en mucho tiempo (riesgo aborto, ya le ocurrió otra vez), todo eso con cara de pena.
Yo pensé, uff con la ilusión que tenía en pegarme unos viajillos con la parienta., pero bueno que se le va a hacer. Y nada el 02 de febrero de este año nació Ivan y que os voy a contar babas por todos lados.
Y hace tres semanas, que el niño ya estaba mas espabilado y ha empezado a aguantar cuatro y cinco horas entre tomas, me dice: "bueno que a ver cuando me llevas en la moto, que ya no tengo barriguita y tengo ganas de probarla", le dije sin pensarlo, coge el casco que nos vamos y estuvimos dos o tres horas dando vueltas y disfrutando le mi copito de nieve.
Ahora cada vez que llega el viernes me dice: a ver si Ivan se porta bien este fin de semana y podemos dejarlo unas horas con mi madre, que tengo mono de moto.
Nunca podía pensar que esas palabras salieran de su boca, ya que siempre ha sido reacia a montar en moto si no era por fuerza mayor.
Creo que la Tiger, no solo me ha dado el zarpazo a mi.

Que historia tan bonita Zapatiya.
Al final repartió leches a diestro y siniestro xD

El relato que publica Hijarano lo puedo subscribir al 100%. Esto de las motos se lleva dentro, en la sangre, y se despierta en un momento determinado, a algunos antes y a otros después. Yo mismo no me acuerdo ni de cuando fué la primera vez que me gustó una moto, ha sido desde siempre. Mi padre ya era muy aficionado, tengo una foto de el y un amigo en el Puerto de Paniza en el año 1955 con su Vespa, la excursión era Castellón a Pamplona para ver los San Fermines. Una de las primeras fotos que tengo de pequeño, no tenía ni un año, estoy con mi madre que me aguanta sentado sobre el asiento de la Vespa de mi padre, es del año 1958, ahora voy a cumplir 51 añitos de na. Esa Vespa la conducí yo cuando me saqué el carnet, fué mi primera moto gorda despues del Vespino.
Mi hermana es igual que yo, no lleva moto, pero no se pierde una salida con mi cuñado, RT1150. A mi mujer le pasa lo mismo, su padre con moto desde que hizo la mili, casi en tiempos de los romanos, salía a probar las motos del cuartel en Valencia (BSA y Norton) y se venía a Castellón a ver a su novia, mi suegra, allá por los años 50. A mis hijos se les nota que lo llevan en la sangre, montan de pasajeros divinamente, es como si no estuvieran en la moto, como si fuera solo.
Hace como unos 8 años, por circunstancias de la vida, trabajé a 100 km de mi casa y no quería trasladar a la familia de domicilio, así que tras ir un tiempo con la lata, me compré una Honda CB500 y me dió la vida, pasé de ir al trabajo con una mala leche enorme a disfrutar de cada uno de los kilometros, 200 km ida y vuelta, una pasada, os lo juro.
Uso la moto todo lo que puedo, este ultimo mes, por circunstancias, la tuve parada y ayer no la pude arrancar, las bujías que necesitan cambio, las he limpiado, pero nada, no arranca, así que el martes al taller a que la pongan a punto, que sin moto me falta una parte importante de mi vida y me pongo hasta de mala leche solo de pensar que no puedo montar en moto.
Yo difruto encima de una moto hasta yendo a por el pan. En mi casa no dudan que vehículo he cogido, si puedo escoger, es siempre la moto. El coche es el ultimo remedio.

Me ha hecho gracia el relato de Hijarano porque yo tambien hago eso, en raya continua o discontínua, me aparto a la derecha y cedo el paso a las motos, jajajaja, me ha llegado al alma, jajajjaja.

Porque nos saludamos los motoristas? pues por eso, porque somos felices encima de una moto y sabemos que el que viene de cara tambien lo es, la moto da vida, lo único que hay que hacer es disfrutarla con conocimiento, sin hacer animaladas, que nos puede ir la vida en ello.

Hay una cosa que he notado ultimamente, sobre todo desde que las 125 se pueden llevar sin carnet de moto, se ha montado en moto gente que la usa por obligación, para desplazarse al centro y esos tios no tienen sentimiento motero, ni saludan, ni sonríen ni nada. Son unos sosos o no se identifican con la moto.

Bueno no me enrollo más, que disfrutéis de vuestras motos mucho tiempo sin percances, y que no se pierda la V.

VVVVVVVVVVVVVVVVVV'SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Stingray

Cambia de mujer.
IMplosible, motos he tenido muchas, (9), y mujeres....jajaja, pero como esta la verdad es que no

Tenia razon, esto del "sentimiento motero", no se inculca, se puede llegar a despertar en alguien eso no lo dudo son miles de razones que te pueden atraer de esto de las motos, a mi por ejemplo a parte de disfrutar de la carretera cada vez que me siento en una, es el coincidir con gente, salir, disfrutar de algo que muchos compartimos. Yo cuando empeze en esto de las motos me ocurrio algo que nunca olvidare, el que por ese entonces era mi suegro me hizo una moto, el era mecanico de BMW, y compro una moto que estaba siniestrada y entre el y yo la pusimos a punto, yo me gaste una autentica barbaridad para aquel entonces y sobre todo para mi bolsillo, la broma me costo entre todo unas 500000 de las antiguas pesetas, era una Bmw r 100 rt, sin carenado, la habiamos hecho naked, con sus defensas y todo lo de metal cromadito, pintada en un negro con destellos azulones, un manillar ancho, espejos cromados, maletas rigidas,,,,,,, etc,..... de verdad una preciosidad de moto, bueno pues despues de llevar una scooter de 50 esa fue la moto con la que me desvirgue en esto de ser motero, en la primera salida que tuvimos a morataya el iba con su mujer, una tia cojonuda mi ex-suegra, con una bmw gs100 paris dakar roja y blanca, y yo con la que por entonces era aun mi novia, bueno el tema, despues de empezar a rodar tube un problemilla con una de las menbranas de un carburador, se habia roto y tan solo me iba un cilindro a alto regimen, por lo que nuestra marcha de regreso era muy lenta, parabamos en el arcen a menudo para que la moto se enfriase, y hay es cuando me enganche a esto, en cada parada que haciamos, pasaban cientos de coches pero ninguno paraba al ver a dos parejas de moteros en el arcen, pero siempre que pasaba una moto, no dudaba ni un segundo en parar y preguntar si todo estaba bien y se podia ayudar en algo, eso no tiene precio para mi , y eso es lo que me hizo sentirme parte de algo diferente, de algo grande, esas vivencias se las trasmito a mi mujer actual, pero hay algo que ha cambiado, a parte de que los actores principales son otros, en nuestras vidas aparecio el año pasado un niñito del chad que se llama Carlos, y la verdad incluso a mi me ha cambiado mucho la mentalidad, ella no sube por un instinto de proteccion que tambien me emociona, en fin con este post tan solo queria dejar patente como siendo tantos moteros, cada vez mas, seguimos siendo diferentes al resto de los mortales, saludos y muchas gracias por compartir vuestras vivencias, vssssssssssss