wistrass
09-27-2007, 02:16 AM
copio y pego: http://www.laopiniondemalaga.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=2949&pIdSeccion=2&pIdNoti cia=123897
¿ Y DEL TRÁFICO QUÉ? | In memorian
Un guardia civil murió en la carretera el pasado jueves cuando acudía a atender un accidente de tráfico. Hay que reconocer la enorme labor de seguridad que hacen nuestros vigilantes de tráfico.
Aveces el drama de los accidentes de tráfico nos toca muy cerca.Entonces nos damos cuenta del tremendo sin sentido del comportamiento humano, que es capaz de tolerar como algo normal el hecho de que a diario unas decenas de personas pierdan la vida en nuestras calles y carreteras y varias decenas más queden heridas, algunas para siempre.
Asís, o Paco, no es para los que lo conocíamos un número más. Tampoco debe serlo para el resto de los ciudadanos, porque él era Guardia Civil de Tráfico, uno de los (pocos) miles que literalmente se dejan la piel y hasta la vida para que las carreteras sean seguras, para evitar que se produzcan accidentes y para ser los primeros en ayudar cuando entre todos no hemos conseguido evitarlo.
Maestro
Nos conocimos hace años en su terreno, la carretera, concretamente en el cruce de La Colina, donde estaba prestando servicio de vigilancia y regulación y donde ejerció de maestro conmigo sin él saberlo; nada como un Guardia Civil enamorado de su trabajo para explicarte por qué se ponía donde se ponía, por qué gesticulaba de esa manera y no de otra -la importancia que pueden tener la postura del cuerpo y la posición de manos y brazos cuando se está regulando el tráfico-, por qué dejaba la moto donde la dejaba y no en otro sitio...
Un maestro, como muchos, como todos; un enamorado de su trabajo y entregado a él, como muchos, como todos. Tenían que verlo y escucharlo cuando informaba a conductores despistados, o cuando regañaba -como un padre o como un maestro- al que había hecho algo mal, o cuando abroncaba al que hacía las cosas rematadamente mal. Un Guardia Civil de los de Tráfico, como muchos, como todos.
Lo más grande es que Asís, o Paco, nunca hizo nada pensando en una recompensa; ni siquiera pensaba en "la pela", porque de haberlo hecho no se habría quedado como Guardia Civil de Tráfico; habría pedido destino en una Comandancia, donde se curra también de lo lindo pero donde no se está lidiando a diario con el toro del tráfico; o se habría ido a alguna Policía Autonómica, a ser posible de alguna Comunidad Autónoma de las que tienen otra lengua, donde también se curra pero donde se cobra mucho más y donde las plantillas de personal están más dotadas.
Dar la vida
No hizo nada de eso, se quedó en su Agrupación para protegernos, para informarnos, para ayudarnos, para enseñarnos; y a fe que lo hizo bien, hasta llegar a lo máximo, como lo es el dar su vida en acto de servicio cuando acudía a atender un accidente de tráfico con su compañero de pareja, otro Guardia Civil de los de Tráfico que, siendo del Subsector de Jaén, estaba reforzando la plantilla de Málaga por estas cosas del verano -turistas, Operación Paso del Estrecho, Operaciones "Trastorno" con muchos coches en ruta-; un compañero que ha quedado grave con muchas heridas y fracturas en el mismo accidente en que Asís, o Paco, ha perdido su vida.
Impagable labor
No son los únicos, ni lamentablemente lo serán. Hace unos días, otro Guardia Civil de los de Tráfico fallecía al ser arrollado por un vehículo que se había saltado un control. Suma y sigue constante si les añadimos las vidas truncadas de otras personas, más anónimas para el que esto escribe pero igual de terrible su pérdida, que se anotan a diario en las estadísticas pero que no acaban de calar en nuestras mentes, en teoría inteligentes.
Espero que estas líneas sirvan para que al menos sus lectores sean conscientes de lo que nos jugamos a diario en nuestras carreteras.
Espero que todos sepamos aplicar la prudencia y la prevención también en nuestras calles.
Espero y deseo que todos reconozcamos la enorme e impagable labor que hacen por nuestra seguridad los vigilantes del tráfico, vistan de azul, de verde, con boina, con casco o con gorra.
Espero que allí donde seguro estás, querido Asís, querido Paco, tengas menos trabajo regulando la circulación, aunque seguro que seguirás trabajando como experto, que eso se mantiene siempre y hace mucha falta. Descansa en paz, y gracias por todo, Francisco de Asís, ángel de la guardia, amigo.
¿ Y DEL TRÁFICO QUÉ? | In memorian
Un guardia civil murió en la carretera el pasado jueves cuando acudía a atender un accidente de tráfico. Hay que reconocer la enorme labor de seguridad que hacen nuestros vigilantes de tráfico.
Aveces el drama de los accidentes de tráfico nos toca muy cerca.Entonces nos damos cuenta del tremendo sin sentido del comportamiento humano, que es capaz de tolerar como algo normal el hecho de que a diario unas decenas de personas pierdan la vida en nuestras calles y carreteras y varias decenas más queden heridas, algunas para siempre.
Asís, o Paco, no es para los que lo conocíamos un número más. Tampoco debe serlo para el resto de los ciudadanos, porque él era Guardia Civil de Tráfico, uno de los (pocos) miles que literalmente se dejan la piel y hasta la vida para que las carreteras sean seguras, para evitar que se produzcan accidentes y para ser los primeros en ayudar cuando entre todos no hemos conseguido evitarlo.
Maestro
Nos conocimos hace años en su terreno, la carretera, concretamente en el cruce de La Colina, donde estaba prestando servicio de vigilancia y regulación y donde ejerció de maestro conmigo sin él saberlo; nada como un Guardia Civil enamorado de su trabajo para explicarte por qué se ponía donde se ponía, por qué gesticulaba de esa manera y no de otra -la importancia que pueden tener la postura del cuerpo y la posición de manos y brazos cuando se está regulando el tráfico-, por qué dejaba la moto donde la dejaba y no en otro sitio...
Un maestro, como muchos, como todos; un enamorado de su trabajo y entregado a él, como muchos, como todos. Tenían que verlo y escucharlo cuando informaba a conductores despistados, o cuando regañaba -como un padre o como un maestro- al que había hecho algo mal, o cuando abroncaba al que hacía las cosas rematadamente mal. Un Guardia Civil de los de Tráfico, como muchos, como todos.
Lo más grande es que Asís, o Paco, nunca hizo nada pensando en una recompensa; ni siquiera pensaba en "la pela", porque de haberlo hecho no se habría quedado como Guardia Civil de Tráfico; habría pedido destino en una Comandancia, donde se curra también de lo lindo pero donde no se está lidiando a diario con el toro del tráfico; o se habría ido a alguna Policía Autonómica, a ser posible de alguna Comunidad Autónoma de las que tienen otra lengua, donde también se curra pero donde se cobra mucho más y donde las plantillas de personal están más dotadas.
Dar la vida
No hizo nada de eso, se quedó en su Agrupación para protegernos, para informarnos, para ayudarnos, para enseñarnos; y a fe que lo hizo bien, hasta llegar a lo máximo, como lo es el dar su vida en acto de servicio cuando acudía a atender un accidente de tráfico con su compañero de pareja, otro Guardia Civil de los de Tráfico que, siendo del Subsector de Jaén, estaba reforzando la plantilla de Málaga por estas cosas del verano -turistas, Operación Paso del Estrecho, Operaciones "Trastorno" con muchos coches en ruta-; un compañero que ha quedado grave con muchas heridas y fracturas en el mismo accidente en que Asís, o Paco, ha perdido su vida.
Impagable labor
No son los únicos, ni lamentablemente lo serán. Hace unos días, otro Guardia Civil de los de Tráfico fallecía al ser arrollado por un vehículo que se había saltado un control. Suma y sigue constante si les añadimos las vidas truncadas de otras personas, más anónimas para el que esto escribe pero igual de terrible su pérdida, que se anotan a diario en las estadísticas pero que no acaban de calar en nuestras mentes, en teoría inteligentes.
Espero que estas líneas sirvan para que al menos sus lectores sean conscientes de lo que nos jugamos a diario en nuestras carreteras.
Espero que todos sepamos aplicar la prudencia y la prevención también en nuestras calles.
Espero y deseo que todos reconozcamos la enorme e impagable labor que hacen por nuestra seguridad los vigilantes del tráfico, vistan de azul, de verde, con boina, con casco o con gorra.
Espero que allí donde seguro estás, querido Asís, querido Paco, tengas menos trabajo regulando la circulación, aunque seguro que seguirás trabajando como experto, que eso se mantiene siempre y hace mucha falta. Descansa en paz, y gracias por todo, Francisco de Asís, ángel de la guardia, amigo.