hijarano
09-13-2007, 09:13 PM
Os pongo este post que he copiado de motos.net del usuario "La Vitina", me ha commovido y lo quiero compartir con vosotros. Por el espiritu motero!!!
"""
Perdonad que me meta en este post. No soy de Zaragoza ni tengo moto.
Supongo que algunos ya me conoceréis. Desde que me quedé viuda de una gran persona y un gran motero, me dedico a trabajar por la seguridad vial de los motoristas. De todos los motoristas, con independencia del foro al que pertenezcan, la clase de moto que tengan, sus afinidades y opiniones, etc.
Lo hago porque quiero, nadie me obliga. No cobro nada por ello. Tal vez debería ser yo la que pagase por poder ayudar.
El día 29 es el Patrón de los motoristas, San Miguel Arcángel. Ese día se celebrarán en varios puntos de España homenajes a los compañeros que por desgracia ya no están con nosotros.
Yo recuerdo a mi marido recibir con mucho dolor la noticia del fallecimiento de otro motorista, aunque no lo conociera en persona. Pero jamás, jamás hubiese imaginado que algún día me tocaría a mí sufrir por ello. Era muy experto, conducía con lluvia, nieve, niebla, llevaba muchísimos kilómetros a sus espaldas. Utilizaba la moto como medio de transporte para su trabajo, que le obligaba a viajar mucho por toda España, y también como afición por la que sentía un inmenso amor.
En realidad, mi marido amaba el espíritu motero. Ése que os hace subir montañas por un compañero y bajar valles por compartir amistad y buenos momentos.
Yo no podía comprenderlo. Ahora sí. Mis hijos y yo somos muy afortunados. Nos han contagiado ese espíritu y disfrutamos de muchos valores que los moteros tenéis y que parece que desde fuera cuesta tanto comprender.
Pero quiero que mis hijos amen este espíritu por amor a su padre y también por el ejemplo de su madre. Quiero estar para las duras y para las maduras. Porque he aprendido que todo es demasiado importante como para perderlo en medio minuto. Nadie estamos por encima de nada. Ninguno tenemos la seguridad de decir dentro de un mes estaré aquí.
Quiero apoyar a mi compañero Squat recordando a personas gigantes como Nik y como mi marido. Afortunadamente, fueron tan grandes que dejaron mucho durante su paso por aquí. Pero desgraciadamente ya no están para continuar el camino. Y por ellos y tantos como ellos, por tantas familias que hay detrás de cada mala noticia y de cada número de las estadísticas, os invito a que nos acompañéis en el homenaje del sábado.
Ahora ya no están ellos. Estamos sus mujeres y sus hijos, sus amigos y sus compañeros.
Yo sólo quiero pediros una cosa. Reflexionad sobre esto. La gente nos tiene que escuchar. Pero para que nos escuchen tenemos que gritar. Nadie va a mover un dedo por nosotros si nosotros no lo hacemos.
Los motoristas sois un colectivo de afectados. Pensad en los colectivos afectados en nuestra sociedad por otras causas y valorad por qué los conocéis. Quizá porque han estado como las hormiguitas, trabajando y gritando sin parar, aunque sean muy pequeñas ante los poderosos elefantes.
Tenéis vuestros derechos siendo vulnerados. Pero nadie, nadie, se sentirá en la obligación de ayudaros si vosotros mismos no os movéis.
Sé que venir hasta Madrid y volver en el día es mucho esfuerzo. Pero pensad en cuánto esfuerzo han hecho otros por todos vosotros sin conoceros de nada. Nik era un trabajador infatigable. Nadie le obligaba a hacerlo, pero todo lo que hizo está ahí y no cayó en saco roto. Y después de él, otros tendremos que continuar.
Si queréis que ganemos juntos esta carrera, peleemos juntos. Esforcémonos juntos. Yo sé que hablar de esfuerzo y de hacer las cosas por amor al arte, sin pedir nada a cambio, es casi un sacrilegio en esta sociedad que vivimos. Pero a mí me importa un churro. Luchar por las causas justas siempre ha sido difícil, siempre un reto.
Necesitamos que nos acompañéis el sábado para gritar más fuerte. Tenemos que gritar por los compañeros moteros y por sus familias. Porque más allá del guardarraíl y de las V,ss al cielo continúa la tragedia para los seres queridos de las víctimas. Nadie nos escucha ni nos atiende. Si la sociedad sabe poco de vuestro drama, imaginaos lo que saben de quienes de verdad lo padecemos para toda la vida: nada de nada.
Dicen las noticias que ha incrementado de forma muy alarmante la cifra de accidentes mortales de motos. Compañeros muy jóvenes, en lo mejor de la vida, muchos de ellos dejando viudas muy jóvenes también y con niños pequeños. Os necesitamos para gritar también por nosotras y por nuestros hijos.
Muchas gracias.
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Perdonad que me meta en este post. No soy de Zaragoza ni tengo moto.
Supongo que algunos ya me conoceréis. Desde que me quedé viuda de una gran persona y un gran motero, me dedico a trabajar por la seguridad vial de los motoristas. De todos los motoristas, con independencia del foro al que pertenezcan, la clase de moto que tengan, sus afinidades y opiniones, etc.
Lo hago porque quiero, nadie me obliga. No cobro nada por ello. Tal vez debería ser yo la que pagase por poder ayudar.
El día 29 es el Patrón de los motoristas, San Miguel Arcángel. Ese día se celebrarán en varios puntos de España homenajes a los compañeros que por desgracia ya no están con nosotros.
Yo recuerdo a mi marido recibir con mucho dolor la noticia del fallecimiento de otro motorista, aunque no lo conociera en persona. Pero jamás, jamás hubiese imaginado que algún día me tocaría a mí sufrir por ello. Era muy experto, conducía con lluvia, nieve, niebla, llevaba muchísimos kilómetros a sus espaldas. Utilizaba la moto como medio de transporte para su trabajo, que le obligaba a viajar mucho por toda España, y también como afición por la que sentía un inmenso amor.
En realidad, mi marido amaba el espíritu motero. Ése que os hace subir montañas por un compañero y bajar valles por compartir amistad y buenos momentos.
Yo no podía comprenderlo. Ahora sí. Mis hijos y yo somos muy afortunados. Nos han contagiado ese espíritu y disfrutamos de muchos valores que los moteros tenéis y que parece que desde fuera cuesta tanto comprender.
Pero quiero que mis hijos amen este espíritu por amor a su padre y también por el ejemplo de su madre. Quiero estar para las duras y para las maduras. Porque he aprendido que todo es demasiado importante como para perderlo en medio minuto. Nadie estamos por encima de nada. Ninguno tenemos la seguridad de decir dentro de un mes estaré aquí.
Quiero apoyar a mi compañero Squat recordando a personas gigantes como Nik y como mi marido. Afortunadamente, fueron tan grandes que dejaron mucho durante su paso por aquí. Pero desgraciadamente ya no están para continuar el camino. Y por ellos y tantos como ellos, por tantas familias que hay detrás de cada mala noticia y de cada número de las estadísticas, os invito a que nos acompañéis en el homenaje del sábado.
Ahora ya no están ellos. Estamos sus mujeres y sus hijos, sus amigos y sus compañeros.
Yo sólo quiero pediros una cosa. Reflexionad sobre esto. La gente nos tiene que escuchar. Pero para que nos escuchen tenemos que gritar. Nadie va a mover un dedo por nosotros si nosotros no lo hacemos.
Los motoristas sois un colectivo de afectados. Pensad en los colectivos afectados en nuestra sociedad por otras causas y valorad por qué los conocéis. Quizá porque han estado como las hormiguitas, trabajando y gritando sin parar, aunque sean muy pequeñas ante los poderosos elefantes.
Tenéis vuestros derechos siendo vulnerados. Pero nadie, nadie, se sentirá en la obligación de ayudaros si vosotros mismos no os movéis.
Sé que venir hasta Madrid y volver en el día es mucho esfuerzo. Pero pensad en cuánto esfuerzo han hecho otros por todos vosotros sin conoceros de nada. Nik era un trabajador infatigable. Nadie le obligaba a hacerlo, pero todo lo que hizo está ahí y no cayó en saco roto. Y después de él, otros tendremos que continuar.
Si queréis que ganemos juntos esta carrera, peleemos juntos. Esforcémonos juntos. Yo sé que hablar de esfuerzo y de hacer las cosas por amor al arte, sin pedir nada a cambio, es casi un sacrilegio en esta sociedad que vivimos. Pero a mí me importa un churro. Luchar por las causas justas siempre ha sido difícil, siempre un reto.
Necesitamos que nos acompañéis el sábado para gritar más fuerte. Tenemos que gritar por los compañeros moteros y por sus familias. Porque más allá del guardarraíl y de las V,ss al cielo continúa la tragedia para los seres queridos de las víctimas. Nadie nos escucha ni nos atiende. Si la sociedad sabe poco de vuestro drama, imaginaos lo que saben de quienes de verdad lo padecemos para toda la vida: nada de nada.
Dicen las noticias que ha incrementado de forma muy alarmante la cifra de accidentes mortales de motos. Compañeros muy jóvenes, en lo mejor de la vida, muchos de ellos dejando viudas muy jóvenes también y con niños pequeños. Os necesitamos para gritar también por nosotras y por nuestros hijos.
Muchas gracias.
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