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: Talvi Rally (3a parte y final)


JordiTrident
05-28-2004, 11:07 AM
Se me había olvidado...

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Llegamos al lugar donde se hacía la reunión, que es un circuito permanente de velocidad llamado Kemora, sobre las dos del mediodía. Ya se encontraban allí los colegas de los sides alemanes, así como algunos sides finlandeses, y alguna moto, pero con clavos de unos 9 mm. sobre todo para realizar los últimos dos kilómetros que estaban con unos 10 cm. de hielo, y donde sufrimos alguna caída aunque con más consecuencias de cabreo que físicas.


El campamento de la concentración consistía en una decena de tiendas militares con una estufa de leña en medio, que el personal de la organización se encargaba de mantener en funcionamiento. En cada tienda se metían unas doce personas, que previamente habían llenado el suelo de ramas de abeto para evitar el barrizal que se formaba al deshacerse el hielo y la nieve. A pesar de todo se formó.


Entre última hora del día y la mañana del sábado llegó el resto del personal hasta completar los 158 participantes que se registraron este año. Había una fauna bastante variada: sides con calefacción verdaderamente sofisticados, las más aberrantes chapuzas, el grupo de las motos de países del Este, CZ, Jawa, etc. con los pilotos tocados con típicos sombreros rusos, trails con ruedas ice-racing, alguno incluso venía en moto-nieve, más como curioso que otra cosa. En fin, gente muy diferente y muy común a la vez, sobre todo cuando cae la tarde, y se empieza a beber lo que sea mientras coloque: todo tipo de alcoholes, incluso para heridas mezclado con jarabes para quitarle el mal sabor; alcohol que no se vende en las farmacias si no es con receta médica, para evitar lo que ocurría allí por ejemplo. El fin era ponerse contento, tener una pequeña resaca (rakkulla), ir a la sauna a desprenderse de toxinas, para volver a empezar.


Concursos y pruebas para distraer al personal dentro de un recinto, donde aparte de la indispensable sauna, estaba el bar por si querías comer o beber algo, pues con la inscripción sólo tenías una pequeña comida, medalla a parte, adhesivos a parte. En fin, que la concentración salía por unas 7 u 8.000 ptas. para estar a la altura de las de aquí.


El domingo, de mañana, con una preocupante nevada, comenzamos a desmontar el campamento y a montar las motos para salir lo antes posible, no fuera a ser que esa nieve nos complicara la vida. Después de despedidas, dar y tomar direcciones, comenzamos la vuelta. Alguna caída sin consecuencia en el camino hasta llegar a la carretera principal y ya nos encontramos en ella, nevando pero pudiendo mantener, gracias a las rectas, un crucero aceptable. En una de éstas, adelantando a un camión, uno de nosotros sufre una caída al pisar nieve acumulada en el centro de la carretera, deslizándose unos 70 metros por el suelo, teniendo la gran suerte de que un coche que venía en dirección contraria puede frenar y, en vez de golpear con uno de los innumerables guardarraíles que existen, se estrella con un pequeño terraplén de barro y nieve, no sufriendo más que algún desperfecto la moto, entre ellos la rotura total del carenado, lo que hace suponer un regreso un tanto más dramático.


Después del susto, paramos en una gasolinera con bar, donde se encuentran los sides alemanes. Después de comentar el accidente decidimos ir a pasar la noche a un camping de bungalows que se encuentra a unos 200 kilómetros, siendo los últimos realizados de noche y, al encontrarse la carretera congelada, un poco demoledores para nuestra cabeza. Los bungalows no están mal. Uno de ellos con sauna y chimenea propia, y decidimos quedarnos dos días y hacer en el lago congelado de al lado pruebas con los inventos que llevábamos y los alemanes con sus sides derrapajes bastante impresionantes. Por la noche: cena comunitaria, y después del café unas copas. Pero el asombro llega cuando vemos de donde sacan el alcohol los alemanes. Es una lata de sopa, precintada y todo, que en Alemania vacían para sin ni siquiera quitar la etiqueta llenar de cualquier tipo de alcohol. Después la llevan a cerrar de nuevo, y palabra que queda perfecto. Con razón no se les acababa el material: llevaban unos 10 litros por persona y, claro, sólo podían entrar legalmente en Finlandia uno por persona.


Nos fuimos a dormir bien tarde, y sobre las 4 de la mañana nos despertaron ruidos de motores, aceleradas, cambios de marchas, ¿qué era?. Pues ni más ni menos que personal del pueblo, que se mete en el lago, pone unos conos y... a derrapar, encima de noche. Por eso salen aquí los Vatanen, Mikkola, Kankunen. Pista de pruebas no les falta.


Al otro día realizamos los kilómetros que quedaban hasta Helsinki sin más contratiempo teniendo tiempo, antes de salir el barco, para hacer una rápida visita a los barrios cercanos al puerto, y comprar algún recuerdo, que en casi todos los casos fue un adhesivo, pues los precios eran un disparate.


En el barco lo mismo que a la ida: sauna, buffet para cenar y todo el personal "trompa" por la noche, desde tipos con pinta de secretario de estado, pasando por respetabilísimas señoras que no dudaban en echarnos los tejos en presencia de sus maridos. Realmente toda una experiencia esto del barco.


Desembarcamos, Pasaportes, gasolina, almuerzo y kilómetros, dirección Barna: niebla en casi toda Alemania, lo cual hacía más desagradable el viaje por lo peligroso, y el frío. Parada de despedida en el país de los frankfurts de verdad, para comernos el último en Friburg y entrar a dormir en Francia en una de nuestras queridas y baratas áreas de servicio.


Al día siguiente más kilómetros, ya con el olfato trabajando en La Jonquera.


Llegada aquí. Gasolina y tortilla, pinchos, una Voll-Damm, ensaladilla rusa (que fría), otra Voll-Damm, dos choricitos fritos, pan, dos carajillos, ¿cuánto es?, 1300, ¿se habrá equivocado?: ya estamos en casa.


Viaje realizado por miembros del Moto-Grup La Resaca, que dan las gracias a las dos o tres empresas que no les hicieron ni caso, y eso que se encontraban en época de promocionar sus productos de moto para invierno. No sabemos si van bien, la verdad.


Este viaje, suponemos que como todos, ha proporcionado unas experiencias y situaciones difíciles de plasmar en unas hojas de papel, por lo que todo aquel que tenga interés en saborearlas que se ponga una "Vanguardia" en el pecho, revise la moto y a La Jonquera se va por la Meridiana. Después, siempre recto, hacia el Norte.