kekodi
08-11-2007, 10:14 PM
He recuperado este otro texto del olvido y aquí lo comparto.
Uves.
"Son las tres de la madrugada en la ionosfera del planeta Tierra. Justo en la vertical de la N-I a su paso por Algete, vuela sigilosa la nave de ataque XR-15 de la flota invasora marciana. Todos los extraterrestres se encuentran en zafarrancho de combate preparados para una abducción de muestra, ordenada por el alto mando alienígena. El comandante del platillo grita "¡Scrulb!" y entonces un poderoso rayo succionador surge del aparato interplanetario para absorver a un pobre terrícola. El prisionero es rápidamente conducido a la sala de observación de la nave, donde varios doctores de color verde ayudados de unas enfermeras de tres tetas le someten a pruebas aterradoras. Pasadas dos horas de inspección la nave exploradora envía por radiofrecuencia de combate el siguiente mensaje al General de la flota invasora que permanecía a la espera.
De nave XR-15 a su Babosísima Excelencia, General de la Flota:
La invasión debe ser suspendida. Hemos secuestrado he investigado un terrícola siguiendo sus órdenes y el resultado no ha podido ser más insatisfactorio. El ser terrestre va cubierto por completo por una capa protectora de cuero y kevlar lo que nos ha obligado a realizar esfuerzos increibles para tomar muestras de sangre. Dichas muestras resultaron sorprendentes, pues el analizador de protones obtuvo un índice de alcohol etílico superior al considerado como mortal en nuestra especie y se clasificó su grupo sanguíneo como J&B.
Su cráneo se remata con un refuerzo blindado semiesférico que ha soportado sin inmutarse repetidos golpes de test. Para poder trepanarle, hemos roto doce serruchos de quirófano, y cuando por fin hemos logrado acceder al núcleo craneano central, hemos descubierto una masa gelatinosa de sabor ácido y que olía a líquido de baterías en descomposición. Suponemos que se trata de una sustancia venenosa que usará como arma defensiva. Durante la trepanación, al contrario que otras especies, ni se ha molestado y el tío grosero no paraba de intentar meterle mano a las enfermeras, de reirse y de decirnos que se jugaba las ruedas a que nos ganaba en una carrera hasta Moratalaz.
Y si todo esto ha resultado sorprendente, lo peor ha sido el tramo final de los experimentos. Sus testículos son metálicos, huelen a combustible inflamable, miden unos dos metros de alto y su espesor es tal que le obligan a abrir las piernas de forma continuada. En la parte delantera llevan una luz capaz de variar en dos posiciones o de sacar unos destellitos naranjas. En la parte posterior hay otra luz roja y de vez en cuando los mismos destellitos naranjas, pero lo que más aterroriza es que sale un humo blanquecino por una especie de tubo. El doctor Sprogglesx ha querido respirar como prueba un poco de este gas y rápidamente ha perdido su verdor natural, se ha puesto morado y ha perdido el conocimiento en la misma sala de pruebas.
Estos adminículos reproductores tan extraordinarios disponen, para su traslado y para que se puedan apoyar sobre el suelo, de unas bandas de goma redondas rellenas de aire. Estábamos investigando todo esto cuando una de las enfermeras afirmó que aquello no podían ser sus órganos reproductores, asegurando que un poderío así ni su novio. Esta declaración dejó de tener valor cuando el propio espécimen dijo: "Bueno tíos, ¡ya me estais hinchando los cojones!" y se puso a mover a toda velocidad una de las bandas de goma y a hechar humo por el tubo, de tal forma que todos tuvimos que salir de allí despavoridos.
Sé que fue una cobardía por nuestra parte, pero nos vimos obligados a devolverlo a la tierra. Fue entonces cuando ocurrió lo más increible. En cuanto el terrícola pudo apoyar sus adminículos sobre una clase de pavimento negruzco sonó un rugido y comenzó a desplazarse sobre sus propios órganos a velocidades cercanas a los trescientos kilómetos por hora. Por todas estas cualidades sorprendentes, proponemos respetuosamente que la invasión ni siquiera se intente y que mejor nos vamos todos a otra galaxia, que aquí la cosa estámuy fea.
Epilogo
La flota invasora se encuentra ya a miles de años luz de aquí y a nuestro amigo salvador nadie le ha agradecido su labor. Es más, una pareja de la Guardia Civil le ha puesto un multón de no te menees por circular con el cráneo abierto y cuando ha contado lo que le ha pasado a sus amigos se han reído de él."
Uves.
"Son las tres de la madrugada en la ionosfera del planeta Tierra. Justo en la vertical de la N-I a su paso por Algete, vuela sigilosa la nave de ataque XR-15 de la flota invasora marciana. Todos los extraterrestres se encuentran en zafarrancho de combate preparados para una abducción de muestra, ordenada por el alto mando alienígena. El comandante del platillo grita "¡Scrulb!" y entonces un poderoso rayo succionador surge del aparato interplanetario para absorver a un pobre terrícola. El prisionero es rápidamente conducido a la sala de observación de la nave, donde varios doctores de color verde ayudados de unas enfermeras de tres tetas le someten a pruebas aterradoras. Pasadas dos horas de inspección la nave exploradora envía por radiofrecuencia de combate el siguiente mensaje al General de la flota invasora que permanecía a la espera.
De nave XR-15 a su Babosísima Excelencia, General de la Flota:
La invasión debe ser suspendida. Hemos secuestrado he investigado un terrícola siguiendo sus órdenes y el resultado no ha podido ser más insatisfactorio. El ser terrestre va cubierto por completo por una capa protectora de cuero y kevlar lo que nos ha obligado a realizar esfuerzos increibles para tomar muestras de sangre. Dichas muestras resultaron sorprendentes, pues el analizador de protones obtuvo un índice de alcohol etílico superior al considerado como mortal en nuestra especie y se clasificó su grupo sanguíneo como J&B.
Su cráneo se remata con un refuerzo blindado semiesférico que ha soportado sin inmutarse repetidos golpes de test. Para poder trepanarle, hemos roto doce serruchos de quirófano, y cuando por fin hemos logrado acceder al núcleo craneano central, hemos descubierto una masa gelatinosa de sabor ácido y que olía a líquido de baterías en descomposición. Suponemos que se trata de una sustancia venenosa que usará como arma defensiva. Durante la trepanación, al contrario que otras especies, ni se ha molestado y el tío grosero no paraba de intentar meterle mano a las enfermeras, de reirse y de decirnos que se jugaba las ruedas a que nos ganaba en una carrera hasta Moratalaz.
Y si todo esto ha resultado sorprendente, lo peor ha sido el tramo final de los experimentos. Sus testículos son metálicos, huelen a combustible inflamable, miden unos dos metros de alto y su espesor es tal que le obligan a abrir las piernas de forma continuada. En la parte delantera llevan una luz capaz de variar en dos posiciones o de sacar unos destellitos naranjas. En la parte posterior hay otra luz roja y de vez en cuando los mismos destellitos naranjas, pero lo que más aterroriza es que sale un humo blanquecino por una especie de tubo. El doctor Sprogglesx ha querido respirar como prueba un poco de este gas y rápidamente ha perdido su verdor natural, se ha puesto morado y ha perdido el conocimiento en la misma sala de pruebas.
Estos adminículos reproductores tan extraordinarios disponen, para su traslado y para que se puedan apoyar sobre el suelo, de unas bandas de goma redondas rellenas de aire. Estábamos investigando todo esto cuando una de las enfermeras afirmó que aquello no podían ser sus órganos reproductores, asegurando que un poderío así ni su novio. Esta declaración dejó de tener valor cuando el propio espécimen dijo: "Bueno tíos, ¡ya me estais hinchando los cojones!" y se puso a mover a toda velocidad una de las bandas de goma y a hechar humo por el tubo, de tal forma que todos tuvimos que salir de allí despavoridos.
Sé que fue una cobardía por nuestra parte, pero nos vimos obligados a devolverlo a la tierra. Fue entonces cuando ocurrió lo más increible. En cuanto el terrícola pudo apoyar sus adminículos sobre una clase de pavimento negruzco sonó un rugido y comenzó a desplazarse sobre sus propios órganos a velocidades cercanas a los trescientos kilómetos por hora. Por todas estas cualidades sorprendentes, proponemos respetuosamente que la invasión ni siquiera se intente y que mejor nos vamos todos a otra galaxia, que aquí la cosa estámuy fea.
Epilogo
La flota invasora se encuentra ya a miles de años luz de aquí y a nuestro amigo salvador nadie le ha agradecido su labor. Es más, una pareja de la Guardia Civil le ha puesto un multón de no te menees por circular con el cráneo abierto y cuando ha contado lo que le ha pasado a sus amigos se han reído de él."